El objetivo de este artículo es presentarles un recorrido de escasos 25 kilómetros que concentra grandes atractivos tanto para el turismo literario como para el turismo religioso. Se trata de la ruta entre las localidades de Padrón y Santiago de Compostela, ubicadas en la provincia de A Coruña (Galicia, España). Hoy día es considerada una etapa del Camino de Santiago Portugués (también el destino del llamado Camino de la Pedronía) y así la podrán encontrar en varios sitios de Internet, pero la importancia de Padrón es de tal magnitud que este pueblo se considera la cuna del Camino Jacobeo.
De acuerdo con la tradición, aquí finalizó su periplo el barco de piedra en que los discípulos Teodoro y Atanasio traían desde Palestina los restos del apóstol Santiago, después de su martirio. El Pedrón, la piedra de granito donde fue amarrado el barco del apóstol, y de la cual proviene el nombre de la población, era originalmente un altar romano dedicado a Neptuno. Hoy en día, esta piedra de tanto significado para el Camino Jacobeo está ubicada bajo el altar mayor de la iglesia de Santiago, un templo del siglo XII ubicado en pleno centro de Padrón, al lado del río Sar.
El casco histórico del pueblo merece sin duda una visita. Repleto de cafés y albergues para peregrinos, tiene atractivos religiosos de mucho interés, y también cuenta con una gran presencia de elementos propios del turismo literario. De hecho, se ha desarrollado una Ruta Padrón Literario que merece la pena recorrer. Nosotros mismos, en este artículo, hablaremos acerca de algunos de sus hitos, aunque existen muchos más, y todos merecen la pena. Uno de tales hitos es la plaza de Macías “O Namorado” (El Enamorado), un hermoso conjunto arquitectónico al que presta su nombre este trovador medieval, originario de la cercana localidad de Carcacía.
Saliéndonos un poco del ámbito de este artículo, pero por un motivo perfectamente comprensible, diremos que en Padrón se puede encontrar una gastronomía de primer nivel, centrada sobre todo en dos productos: los famosos pimientos de Herbón, conocidos en toda España por su famosa característica de que uns pican e outros non (unos pican y otros no), y la lamprea, especie acuática que lleva chupando la sangre de sus víctimas desde mucho antes de los dinosaurios, y que es considerada una auténtica delicia por sus miles de fanáticos.
La casa-museo de Rosalía de Castro (1837-1885) es uno de los principales atractivos literarios de Padrón. Además de ocupar un lugar destacado en la historia de la literatura española, Rosalía es la cabeza del Rexurdimento (Resurgimiento) del idioma gallego en el siglo XIX, después de haber ocupado durante siglos un papel secundario en la cultura. Los versos en gallego de Rosalía, especialmente sus poemarios Follas Novas y Cantares Gallegos, representan para muchos autores la más pura encarnación del alma de Galicia. Debido a ello, la casa de Rosalía recibe a numerosos visitantes a lo largo del año. Por supuesto, esta famosa poetisa es también protagonista de su propia ruta turística.
A pocos kilómetros de Padrón se encuentra Iria Flavia, una localidad que juega un papel importante en el Camino de Santiago y la leyenda jacobea, al ser la sede episcopal antecesora de la de Santiago. De Iria era precisamente el obispo Teodomiro, quien se encargó de comprobar que los restos encontrados en el bosque del Libredón a principios del siglo IX, en lo que ahora es la ciudad de Santiago, correspondían realmente al apóstol.
Iria Flavia es también el lugar de nacimiento de Camilo José Cela (1916-2002), uno de los escritores más importantes de la lengua castellana, galardonado con premios tan prestigiosos como el Cervantes o el Nobel de Literatura. Cela es reconocido por obras como La familia de Pascual Duarte, La colmena o la que quizás sea mi favorita: Cristo versus Arizona. Hoy día, la Fundación Cela gestiona un museo dedicado a explorar la intensa vida de este autor, que revolucionó en muchos aspectos la novela del siglo XX. Esta fundación ha creado también tres rutas literarias de gran interés, que recomendamos encarecidamente transitar.
Desde Iria, debemos seguir caminando hacia Santiago a lo largo de la carretera N-550, en la cual es una imagen muy común la de peregrinos solitarios y en grupo, recorriendo a pie o en bicicleta este tramo del Camino, que por cierto se encuentra tapizado de albergues y restaurantes.
Al igual que sucede con el Monte del Gozo en el Camino Francés, el Milladoiro es el lugar desde donde los peregrinos que recorrían el Camino Portugués veían por primera vez las torres de la catedral de Santiago. Hoy en día es un área fuertemente urbanizada y una de las localidades más multiculturales de toda la zona.
Desde el Milladoiro tan solo nos queda un breve paseo de cinco kilómetros hasta Santiago de Compostela, el final de un Camino que recorre prácticamente toda Europa y que ha sido visitado por millones de peregrinos durante los últimos mil años. Santiago es una ciudad repleta de atractivos turísticos, comenzando por su impresionante catedral y las plazas adyacentes: Platerías, Quintana y la Plaza del Obradoiro, considerada por muchos entre las más hermosas de Europa. Recorrer el casco histórico de esta ciudad es sin duda todo un placer para los sentidos.
Santiago cuenta también con grandes atractivos para el turista literario. Uno de los más destacados es la ruta dedicada a Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936), uno de los dramaturgos más destacados del siglo XX, que también escribió poesía y novelas de tanta proyección como las Sonatas o Tirano Banderas, una de las iniciadoras del género de “novelas de dictador” que luego cultivarían Asturias, García Márquez o Vargas Llosa. La ruta de Valle Inclán recorre diversos lugares de Santiago, como la estatua del autor, ubicada en la Alameda (la foto es imperdible), su tumba en el cementerio de Boisaca o diversos edificios que aparecen mencionados en sus escritos.
Pero hay otros muchos atractivos literarios en esta ciudad, cuyo casco histórico pertenece a la lista de la UNESCO de Patrimonio de la Humanidad. Uno de ellos es la Casa de la Troya, que fungió como pensión de estudiantes a finales del siglo XIX y fue inmortalizada en la novela La casa de la Troya, escrita por Alejandro Pérez Lugín (1870-1926). Actualmente, es un museo que puede visitarse para conocer cómo era la vida de los estudiantes universitarios de aquella época. La tumba de la ya mencionada Rosalía de Castro, en el Panteón de los Gallegos Ilustres, dentro de la iglesia del convento de Santo Domingo de Bonaval (que alberga, por cierto, un interesantísimo Museo del Pueblo Gallego) es otro de los muchos atractivos literarios de Santiago.
Esta ciudad ha sido, asimismo, el escenario de numerosas novelas en castellano y en gallego; también aparece, por supuesto, en películas e innumerables documentales. Hacer una lista completa de ello se sale totalmente de los límites de este artículo, que tenía un objetivo más modesto: presentar algunos de los atractivos literarios y religiosos que se agolpan en este interesante trayecto entre Padrón y Santiago, y esto creemos que se ha conseguido.