Manos mapamundi

Las diferentes definiciones nos cuentan que la globalización, es un estado de conexión permanente. La Real Academia Española la define como una acción de integrar cosas diversas, o extensión de ámbito propio de instituciones sociales políticas y jurídicas al plano internacional, podríamos decir entonces que es una interconexión de los elementos políticos sociales, jurídicos, económicos y demás hechos ligados de los países, que permanentemente se encuentran intercambiando información, un proceso de retroalimentación a nivel mundial.

En cuanto a la cultura, según la UNESCO «es el conjunto de rasgos distintivos espirituales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social. Ella engloba además de las artes y las letras, lo modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, creencias y tradiciones«.

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Sería acertado entones pensar que, en el proceso de la globalización, la cultura de los países o sociedades, se van impregnando una de otras, y que esto puede ir transformándolas lentamente, materializar dentro de cada cultura determinadas cuestiones pertenecientes a otras, lo que significaría la perdida de las características propias de los pueblos. Este impacto es un hecho, pero no necesariamente negativo; como lo explica la Arquitecta María Del Carmen Diaz Cabeza en «Criterios y conceptos sobre el patrimonio cultural en siglo XXI«; porque buscando la reafirmación de la identidad cultural, se podrá enfrentar este suceso, para no perderla.

La socióloga contemporánea Saskia Sassen expresa en su libro «Una Sociología de la Globalización” lo siguiente ,»procesos transnacionales como la globalización política, economía y cultural enfrentan a las ciencias sociales con una serie de desafíos teóricos y metodológicos, debido a que lo global (ya se a una institución, un proceso, una práctica discursiva o un imaginario) trasciende el marco exclusivo del Estado-Nación y al mismo tiempo habita parcialmente los territorios y las instituciones nacionales», es así que, estos procesos afectan directa o indirectamente a las comunidades.

Dejando a un lado el aspecto económico, podemos observar con facilidad que la globalización, alimentada por los avances tecnológicos en la comunicación, como internet, televisión, cine, las más visibles, actúan como un medio para una posible introducción de ideales diferentes, costumbres, expresiones que se filtren en la cultura y opere en perjuicio de esta.

Por estas cuestiones es importante forjar en las comunidades, las personas, una alta valoración de su historia, costumbres, tradiciones, con el fin de estar en condiciones de contrarrestar estos efectos negativos, será tarea ardua; conectar con los pueblos y trabajar en ello, como lo es en muchos aspectos y este en especial, es fundamental el papel de los gobiernos, que deberán, primero concientizarse, prepararse, y a través de políticas acordes acompañar a la sociedad.

Si avanza el efecto de desculturización, incide directamente sobre el valor que pierde un territorio o región en cuanto a su poder de atracción, para los visitantes y turistas, ya que no representará una oferta diferenciada sino más bien, una oferta que tiende a ser más homogénea ¿si un destino quiere venderse y satisfacer a los visitantes en un mercado que invita a la calidad, la excelencia, y la innovación, qué oportunidades tendrá volviéndose monótono?

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Por Laura Gabriela Esposito

(Necochea, Argentina). Soy una entusiasta estudiante de turismo, me considero una persona proactiva que se esfuerza por dar lo mejor en cada proyecto, adoro los retos, deseo desarrollarme profesionalmente y evolucionar, buscando oportunidades que me permitan hacerlo. Mi motivación es mi guía y me es muy fácil adaptarme a diferentes situaciones, mi objetivo es poder transformar el conocimiento en acción, con una mirada siempre holística.

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