Hoy he estado en el Santuario de la Balma (en Sorita, España) con un grupo de personas de la provincia de Castellón y he podido comprobar que algunos de ellos no conocían este enclave tan importante, tan bello y tan emblemático de nuestra provincia.
Y digo esto porque quiero destacar la belleza de muchos lugares de nuestras comarcas que son desconocidos para muchos de nosotros que hemos viajado a Roma, París y otros marquetizados lugares sin conocer nuestro entorno más inmediato.
La Balma, como su nombre indica, es un entrante en la roca grande y capaz de albergar en su interior uno de los dos santuarios naturales de la provincia; el otro es la Cueva Santa de Altura, y en él encontramos la belleza de la caliza roca que se adentra en la tierra y cuya pared exterior fue construida allá por los siglos XVI y XVII.
Este enclave se sitúa en el término municipal de Sorita del Maestrat, al norte de las comarcas valencianas y perteneciente a la de Els Ports. Llegamos allí tras recorrer el pueblo y, discurriendo paralelo al río Bergantes, vislumbramos a lo lejos el Santuario y la hospedería que hay en sus inmediaciones hasta llegar al cruce que, finalmente, nos acerca hasta el aparcamiento que hay a los pies del mismo, no sin antes pasar por la Cruz Cubierta, donde cada siete de septiembre tiene lugar la batalla entre el bien y el mal ante miles de personas que participan en la romería al lugar.
La cúpula del templete está pintada por Francisco Cruella y ella nos acerca a una de las tradiciones del lugar. Nos acercamos a través de un valle amplio en el que se puede ver el único río de la Comunitat Valenciana que vierte sus aguas al Ebro con muy poca agua y que discurre, cual Guadiana, apareciendo y desapareciendo entre los cantos rodados del lecho del cauce.
Atravesamos la sala habilitada para exposiciones y otros menesteres para discurrir por un pasadizo que nos descubre unas hermosas vistas sobre los montes del Maestrazgo y la propia población que dista a dos kilómetros de donde nos encontramos.
Nos agachamos en varios tramos del recorrido dada la altura del camino y llegamos hasta la puerta del Santuario que, tras el incendio del año 2011, tiene la parte superior de color negro y, tras atravesar la puerta, encontramos una sala con la Virgen de la Balma en el centro, a la cual la rodea una valla metálica hacia la cual se acerca la gente para rogarle alguna situación personal, hacer fotos u observar con atención la belleza del lugar.
Sin embargo, la gente se asombra al conocer los rituales y exorcismos que allí se realizaban hace unos siglos a aquellas personas, especialmente mujeres, que con convulsiones echaban espuma por la boca y las consideraban como endemoniadas. Todavía no conocían los ataques de epilepsia.
Desde que en el siglo XV encontraron en esta Balma una imagen de la Virgen, el lugar ha sido objeto de gran culto y devoción y en la actualidad es un lugar de visita de muchos castellonenses que repiten la visita o que acuden por primera vez a ver un enclave espectacular que requiere ser vivido. Espero que, si no lo has visitado nunca, lo conozcas pronto.
Fotos del Santuario de la Balma
