Si me hubieran dicho hace 4 meses que se venía una pandemia mundial por un virus que nació en China, y que esto nos llevaría a una cuarentena encerrados en casa con un paro económico mundial, hubiera pensado sin dudar que se trataba de un guión cinematográfico donde al final un grupo de héroes nos salvarían de una desgracia.
Pero sucedió, y fue tan real que ahora mismo escribo desde casa, donde he montado una pequeña oficina y, a su vez, el centro de operaciones de la compañía de turismo que dirijo desde hace 9 años.
Esta pandemia nos ha ayudado a entender nuestro medio de una manera distinta. Nos ha llevado a asimilar la importancia del turismo no solo para los que viajan, sino para todos los que somos eslabones de esta cadena de valor que hoy se reinventa y exige mejores actores en la llamada “industria sin humo”.
Algunos lo han tomado de forma drástica. El cierre de oficinas volvió inoperantes a empresas que ya se asimilaban en una consolidación fija, creadas bajo modelos tradicionales que jamás buscaron trasladar sus servicios de manera digital y, gravemente, que no entendieron la cercanía y empatía hacia los consumidores como una pieza clave en su ajedrez técnico.
Otros, vieron la oportunidad de reinventarse y tener un mayor posicionamiento a través de las redes. Estas compañías aprovecharon la situación para transformar procesos de marketing, de operaciones, formas y fondos. En este sentido, la digitalización del medio se volvió un escaparate que puso las bondades y maravillas de viajar a un clic de distancia, haciendo que los viajeros voltearan a verlas y guardaran esa información en un apartado cerebral que los recordará cuando se sientan seguros de volver a viajar.
Dicho esto, quiero destacar a estos actores que se convirtieron en héroes del turismo. Porque eso justamente es lo que ahora necesitamos: héroes que encuentren en esta crisis la oportunidad de reordenar las prioridades del medio. Estos héroes han rescatado empleos que se perdieron por la falta de flujo, y a su vez, comprendieron las nuevas prioridades de cuidado e higiene que desde hace tiempo urgía reestablecer.
Los héroes de los que hablo son aquellos hoteles, agencias, medios y operadores que han sabido llevar al turismo a su próxima etapa de apertura. Y esta etapa justamente exige una mayor responsabilidad del medio respecto al cuidado de los destinos, del empuje al turismo local y de la apreciación por los viajeros y sus necesidades de seguridad y salud.
La nueva normalidad trae consigo un nuevo turismo. Una nueva manera de hacerlo, de promoverlo y disfrutarlo. Y a pesar de que trajo quiebras y cierres que (por su naturaleza) causan tristeza e incertidumbre, también trajo nuevos bríos y posicionamiento para las marcas que han sabido adaptarse y sobrevivir. Decía mi mentor en alguna ocasión: “En tiempos de crisis, existen aquellos que lloran y también los que venden pañuelos”.
Es momento de convertirnos en héroes y entender que el medio ya cambió, y que ese cambio exige mejores compañías, más humanas y empáticas con todos los actores que hacen posible la operación turística de cada lugar.
Aplausos para los que son héroes, y buen augurio a los que siguen buscando la capa.
