Actualmente, el turismo de aventura es un segmento altamente demandado. Según estimaciones de la Sectur Federal, aproximadamente el 20% de los viajeros que llegan a México lo hacen en busca de este tipo de actividades. Sin embargo, hace 25 años prácticamente no se hablaba del tema, ni los empresarios ni las entidades gubernamentales consideraban apostar por esta industria. Aun así, Ernesto Parra Calderón, al que consideraban un «loco por la aventura», tenía un sueño: dedicarse a ser guía de turismo de aventura, algo que eventualmente materializó al crear la empresa Mayan World Adventures.
Mayan World Adventures es una empresa de turismo de aventura ubicada al sur de Chetumal, en la frontera con Belice, que ofrece actividades en medio de la naturaleza, como acampar, senderismo, observación de flora y fauna, kayak, rapel, visitas a cenotes y observación sideral.
Los inicios de Mayan World Adventures
A Ernesto siempre le apasionó la naturaleza: las playas, los ríos, las montañas; soñaba con un estilo de vida en el que pudiera controlar su tiempo y dedicarse a recibir a viajeros deseosos de aventura. Anhelaba convertirse en guía y ser el encargado de llevarlos a descubrir la selva y mostrarles la belleza de cada rincón natural.
Hace 25 años, luego de tomar un curso de turismo de aventura ofrecido en conjunto por la Secretaría de Turismo y la Universidad de Quintana Roo, se dio cuenta de que ahí estaba su vocación y que quería dedicarse a ello toda su vida. Pero en el estado no había compañías donde pudiera trabajar; “todo era sol y playa”, me dice. Al tiempo, terminó desarrollando proyectos para el gobierno y trabajando como profesor e instructor, hasta que un día decidió fundar su propia empresa.
Tras tres años de persistencia, esfuerzo y trabajo, logró establecer acuerdos con agencias de viajes que le enviaban grupos de turistas deseosos de este tipo de actividades. En un principio, los recorridos eran rústicos: iban directamente a acampar a la selva, y, como podían, cargaban con material, equipo, souvenirs y alimentos. Aunque ofrecía a los visitantes una experiencia única e inolvidable, había comodidades que solicitaban y que no se les podían ofrecer, como un buen baño.
Después, en el año 2005, surgió la oportunidad de comprar un terreno de 115 hectáreas en la zona selvática del municipio de Othón P. Blanco, a 100 kilómetros al sur de la ciudad de Chetumal, Quintana Roo, entre los poblados de Esteban Baca Calderón y La Unión. En la punta del cerro instaló su campamento base, donde construyó una palapa principal con cocina, baños, regaderas y terraza. Alrededor, acondicionó el área para instalar casas de campaña. Plantó árboles y creó senderos que conectaban las diferentes zonas del campamento, permitiendo a los visitantes explorar la selva circundante. Así fue como surgió lo que hoy es Mayan World Adventures.
Con el paso del tiempo, logró posicionarse muy bien entre turistas alemanes y franceses. Otros segmentos que ha conseguido conquistar incluyen grupos de estudiantes, escuelas de preparatoria, universidades y clubes de ciclistas, así como grupos de amigos y familias.
Los retos
El camino no ha sido fácil; los retos van desde el trato con la comunidad local y la gestión del lugar hasta la promoción y el marketing digital.
Aunque actualmente mantiene una relación positiva y de colaboración con la gente de La Unión (la comunidad más cercana), no siempre fue así. Al principio, era visto con desconfianza, y algunos intentaron aprovecharse de su falta de conocimiento sobre las dinámicas locales. Incluso tuvo que recurrir al tribunal agrario para resolver algunos conflictos relacionados con el acceso a la tierra.
También le ha costado encontrar colaboradores con una fuerte actitud de servicio, proactividad y capacidad para resolver problemas. En épocas más recientes, ha habido falta de personal, ya que muchos prefieren trabajar en la construcción del Tren Maya o en zonas cercanas del lado de Belice, donde reciben un buen salario.
El clima es otro desafío con el que debe lidiar; al estar en medio de la selva y a merced de la naturaleza, en ocasiones no puede realizar las actividades programadas, ya sea porque el nivel del río sube e impide realizar paseos en kayak, porque la fuerte lluvia dificulta el senderismo o porque los caminos previamente trazados se ven obstaculizados por árboles caídos. Pero, aunque las cosas no salgan como se planearon, el visitante no tiene por qué darse cuenta. “Se debe sonreír y decirles que no se preocupen de nada, que ya se está buscando una solución”, me dice.
Otro tema complicado ha sido el marketing. Ernesto admite ser muy bueno en logística y operación, pero su punto débil radica en la promoción y las ventas, especialmente en lo que respecta al manejo de redes sociales. Sabe que es algo en lo que debe trabajar, por lo que ya está buscando a alguien que lo apoye.
Además, algo que afectó a prácticamente todos los empresarios turísticos fue la pandemia de Covid, razón por la cual Mayan World Adventures tuvo que detener sus operaciones por un tiempo. Justo antes de esa época, las cosas iban muy bien: recibía prácticamente cada semana hasta dos grupos de aventureros que se enteraban del campamento gracias a la promoción de boca en boca. Sin embargo, después de ese evento, continúa esforzándose por llevar su proyecto al siguiente nivel.
Presente y futuro de Mayan World Adventures
La actualidad de Mayan World Adventures se caracteriza por estar en una etapa de transición y reconstrucción. Tras el impacto de la pandemia, el negocio se encuentra en un proceso de reactivación. Aunque el flujo no es el mismo que antes, los visitantes han comenzado a regresar; para lo que queda del año ya tiene agendado recibir a dos grupos y se espera sean más.
Como parte de sus estrategias, Ernesto participó en el evento ATMEX 2024 en la ciudad de Chetumal, con el objetivo de conseguir alianzas con agencias de viajes y operadores que le ayuden a tener mayor exposición y más clientes.
Hacia el futuro, le gustaría incursionar más en el glamping, ofreciendo a los aventureros una experiencia más cómoda y lujosa en medio de la naturaleza. Esto implicaría reemplazar las tiendas de campaña tradicionales por tiendas más amplias y confortables, con detalles como tapetes, colchones amplios y cómodos y una decoración más cuidada.
Otro sueño a largo plazo es construir cabañas en una espacio de su propiedad al que llamaría «la zona del amanecer». Estas tendrían baño propio, regaderas y ofrecerían una vista espectacular del amanecer sobre los humedales.
Para Ernesto, el éxito no se mide únicamente en términos económicos. Encuentra satisfacción en ver su sueño hecho realidad, en mostrar la belleza de la zona a otras personas, en contagiar su pasión por la naturaleza y en generar un impacto positivo en las comunidades cercanas. Además, disfruta ampliamente platicar con sus clientes, conocerlos y aprender de ellos.
Está orgulloso de haber inspirado a otros: hay al menos dos casos de emprendedores locales que han encontrado en su proyecto algo digno de imitar, ya sea en el concepto de hospitalidad o en los recorridos turísticos. Ernesto se muestra dispuesto a colaborar con ellos siempre que lo soliciten.
Si deseas conocer más sobre el proyecto o consultar precios de paquetes para grupos, te invito a visitar: https://www.instagram.com/mayanworldadventures/