México el ombligo de la luna

¿Quién no se ha dado cuenta de lo que esta compuesto el mundo? Lleno de colores, abundante en alegría, sabores, olores, formas, tradiciones, culturas, fiestas y gastronomía.

En el mundo sólo he conocido un lugar que sobresale por sus influencias prehispánicas y contemporáneas, que ha sabido levantarse para crear un abanico de opciones y oportunidades a todo aquel que se atreve a conocerlo y vivirlo; un país que lleno de biodiversidad, ecosistemas, flora y fauna, emerge en un mundo artesanal, donde las tradiciones abundan y que sin más, son nuestra mayor riqueza, la cultura de México.

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La vida emerge en un México mega diverso, donde ciertamente no llegamos a entender su realidad. Se vegeta en pleno siglo XXI, se dice vivir en la “pobreza” y en tantas arbitrariedades, pero no se comprende la riqueza que tenemos. Me atrevo a afirmar con profunda seriedad que somos el país más rico del mundo, pues poseemos todo para vivir y ser vividos, poseemos valores culturales, religiosidad y recursos naturales que nos distinguen de otros; la diferencia es el uso y el aprovechamiento que se le ha dado a nuestros recursos, a nuestros atributos.

Somos una cosmovisión del pasado, que se rige por conductas ancestrales, nuestro país es la visión y nosotros sus ojos. Somos el producto de los grandes intercambios culturales y hoy en día, es lo que nos ha hecho tener una cultura fuertemente arraigada a nuestra identidad.

Estamos compuestos por 32 entes que forman nuestro núcleo cultural y religioso, sin embargo, no carecemos de cultura, no somos la imagen de ser “poco culturales, rodeados de nopales, enclavados en montañas y sierras, ni salvajes buscando domesticaciones más allá de las élites sociales.» Somos mexicanos, que defendemos ciertamente lo nuestro, lo que nos corresponde y lo que forma nuestra identidad, pues ésta es nuestra cultura, la herencia de nuestros antepasados.

En México abundan diversos hábitats que mantienen un sentido de  pertenencia más allá de los habituales, existe un fuerte arraigo cultural en cada uno de los Estados, sin embargo, la realidad es que cada uno de ellos guarda grandes misterios y enigmas que son descubiertos únicamente cuando se entiende la cultura local , se vive y se transmite.

Que decir de las grandes costumbres, de las fiestas religiosas que se celebran cada día y que veneran a cuanto santo sea posible; de los ecosistemas naturales que nos adentran fuertemente a una cultura específica, inmersos en una identidad donde abundan las “bebidas de los dioses” mesuradas o no, como lo son el tequila, el pulque, el tepache y el mezcal, la majestuosidad de un destilado mexicano,  siendo impregnados de culturas similares con prácticas ancestrales que nos heredaron para ser hoy lo que somos.

México, un país con identidad nacional, el padre y la madre de indígenas, prehispánicos y contemporáneos, todos ciudadanos del orgullo de nuestra patria y del símbolo de la multiculturalidad, una riqueza que no se regala, que sólo se transmite para ser vivida en la cuna del ombligo de la luna, ejemplificado por mexicas o aztecas, México.

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Por Daniela Cacho Guevara

Estudiante de Turismo Internacional, entusiasta, emprendedora, amante del mundo equino y del protocolo y etiqueta de todos los temas referentes a alimentos y bebidas, hotelería, gastronomía, vinos e innovación turística. Facilidad de palabra, gusto por la música y escribir.

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