Durante nuestra formación, junto con el contenido teórico – práctico, recibimos distintos valores que nos terminan de formar en aquel futuro coordinador de viajes: vale destacar que estas cualidades también las adquirimos de otros lugares como nuestro hogar, amigos, escuela. Debemos tener en cuenta que el buen uso de éstas es importante no solo profesionalmente, sino también para la imagen de la empresa en la que trabajamos, por lo que es necesario que nos hallemos en constante capacitación para brindar un mejor servicio tanto a nivel humano como a nivel calidad.
Las siguientes cinco particularidades, de las cuales hay muchas más, las cuento con base a mi experiencia como coordinadora, y si bien pueden y/o deben implementarse a todos, muchas veces nos encontramos con su falta de uso por parte de los demás o con profesionales del turismo que suelen darlas por hecho sin notar su falta o error. Veamos…
Índice
Paciencia
Primordial. Es necesario comprender que desde el minuto cero en que nos relacionamos con el grupo, debemos bajar nuestro ritmo y equilibrarlo al de ellos, ¿por qué? Bueno, porque no todos caminamos, hablamos, nos alimentamos, dormimos de la misma manera, por lo tanto, en vez de ellos tener que adaptarse a la celeridad de un coordinador que no sabe esperar, somos nosotros los profesionales quienes estamos obligados a adecuarnos y llenarnos de tolerancia, respetando siempre los horarios estipulados del viaje.
Lógicamente que el grupo tampoco mantiene el mismo ritmo, por lo que es preciso recordarles ese equilibrio que pretendemos lograr para una mejor convivencia durante el viaje y para que entre todos, aprendamos de esta capacidad de soportar algo sin alterarnos.
Buenos modales
Fundamentales. Valores incalculables, aplicados a todos los ámbitos de la vida. ¡Hola, por favor y gracias! Para que el grupo responda a estas palabras mágicas es esencial que los coordinadores las utilicemos con frecuencia y exageración al punto de causar gracia, para que nadie se olvide de decirlas y de reír.
Muchas veces sucede que uno en su vida cotidiana por costumbre las repite, como también sucede que por andar a un ritmo acelerado nos olvidemos de pronunciarlas. Claro que no se tiene control sobre eso, pero cuando nos encontramos arriba de un colectivo y se comparten muchos días, se puede enseñar a niños, jóvenes y mayores, sin caer en la compleja pedagogía de la educación, que el uso de los buenos modales entre todos, conlleva a que el viaje se realice en óptima condiciones.
Empatía
Necesaria. Es una cualidad difícil de localizar en todas las personas, por lo tanto, la considero una de las peculiaridades más importantes para recordarle a la gente cuando comienza la aventura. ¿Por qué? Porque si logramos que ellos se imaginen en el lugar del otro y traten de pensar como piensan y sentir como sienten, estaríamos frente a un grupo capaz de entender las diversas situaciones, tanto buenas como malas que pueden generarse en un viaje que comparten con distintos sujetos, que tienen diferentes formas de ser, de vivir, de pensar, de sentir. Repito, lograr un equilibrio entre todos, tanto físico como emocional, puede generar como resultado una buena experiencia turística.
Además, el valor que le demos a nuestra empatía permitirá escuchar mejor los deseos de nuestros pasajeros y así lograr brindarles un excelente servicio que satisfaga sus necesidades.
Respeto
Continuo. Es necesario mencionar a los turistas que debemos entre todos tratarnos como queremos que nos traten y no solo entre nosotros dentro del colectivo o el espacio donde nos hallemos, sino también con las demás personas que cruzaremos en nuestro recorrido.
Por ejemplo, suele pasar que nos encontramos en el grupo con alguien que quiera relacionarse con los demás como si fueran amigos de toda la vida, sin caer en la cuenta de que quizás al otro no le gusta su trato y eso lleva a confusiones durante el viaje que se vuelven incómodas.
También hay que tener presente que debe respetarse el área por el que transitaremos, esto incluye el medio que nos rodea. Caer en la cuenta de que no estamos en nuestra casa y que las acciones pueden repercutir de una manera negativa o positiva en el lugar, es poner énfasis también en la responsabilidad de cada uno.
Como profesional de turismo debemos promover el respeto por la cultura del lugar que visitaremos y el medio ambiente.
Honestidad
Vital. Para que el turista nos responda de buena manera es necesario ser honesto, porque de aquí parten otros valores.
La gente muchas veces se encuentra viajando con empresas que no cumplen con lo prometido, que deshonran el buen desempeño de otras y logran que caigan todas en la misma bolsa de deshonestidad; y en otras ocasiones no son las agencias de viaje, sino los distintos prestadores de servicios, coordinadores o guías quienes utilizan diversas situaciones para aprovecharse del pasajero logrando una mala reputación.
Para que esto no suceda, es primordial ser lo más justo, decente y razonable para con el grupo, que sepan que si se encuentran en una posición que creen injusta y escapa de sus manos, puedan contar con nosotros y vean a una persona capaz de solucionar sus problema y ayudarlos.
Cuando la vocación del coordinador inspira confianza, la satisfacción del cliente se hace valer y las respuestas a su trabajo no tardan en llegar.
Podemos nombrar muchas más características que hacen del trabajador un mejor profesional del turismo, o que él mismo puede aportar a sus pasajeros, como por ejemplo buena presencia, ética, lealtad, puntualidad, entre otras. Lo importante es que se cumpla con lo que se requiere: no podemos pedir respeto de manera ordinaria, ni podemos exigir paciencia de una forma intolerante.
Recordemos que ser competente en nuestro trabajo nos devuelve muestras de satisfacción por parte del cliente que nos posiciona en un buen nivel laboral y personal.
