En un mundo globalizado en el cual cada vez es más fácil viajar, han surgido un sinfín de organizaciones e instituciones de todos los niveles y dominios que promueven la movilidad internacional como medio para fomentar el desarrollo económico, el intercambio cultural y la educación con una visión global.
A través de intercambios estudiantiles, programas de trabajo, voluntariados, o simplemente por medio de viajes «de mochilazo» y aventuras improvisadas, muchos estudiantes y egresados de turismo (y otras carreras) han aprovechado esta tendencia para vivir la valiosa experiencia de radicar fuera de su ciudad o país.
Con la esperanza de motivarte a vivir esta experiencia por lo menos una vez en tu vida, enlistamos 7 valiosas lecciones que se aprenden cuando vives en otro lugar:
Índice
1. Tu mundo no se limita a tu ciudad de origen
Cuando vives en otro lugar y sales de tu “burbuja” por primera vez, te das cuenta de que existe un mundo entero del cual puedes formar parte si así lo deseas. Los lazos emocionales que sientes por tu familia y tu lugar de origen se mantienen, pero no te limitan a quedarte en la misma ciudad cuando sabes que existen un sinfín de oportunidades en otros lugares.
2. Tu familia no se limita a tus parientes biológicos o consanguíneos
Cuando compartes la experiencia de vivir en otra ciudad con nuevos amigos y roommates, se conforma un espacio comunitario de apoyo mutuo en el cual se generan lazos afectivos que te hacen sentir como en familia. Sabes que tienes el apoyo de tus compañeros de aventura en los momentos difíciles, y aquellos que te acompañen en tu experiencia seguramente terminarán siendo tus amigos por el resto de tu vida.
3. Sabes adaptarte a diferentes circunstancias
Vivir en otro lugar conlleva un proceso de adaptación a un estilo de vida distinto en un entorno desconocido, por lo general renunciando a muchas de las comodidades de nuestra vida cotidiana para empezar desde cero, por lo que gradualmente se desarrolla una habilidad para adaptarse a situaciones desfavorables que resulta muy útil en el mundo estudiantil y profesional.
4. Puedes amar otras ciudades y países tanto como el tuyo
Las experiencias que nos sacan de nuestra zona de confort y nos obligan a confrontarnos con otras realidades culturales, tienen un profundo impacto psicológico que las convierte en una parte fundamental de nuestra identidad. Este impacto produce fuertes vínculos emocionales hacia los lugares en los cuales las vivimos, por lo que resulta bastante común que los viajeros “se enamoren” de aquellas ciudades o países en los que vivieron sus experiencias más memorables.
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5. El mundo no es lo que creías
Entrar en contacto con otras culturas y formas de pensar nos lleva a cuestionarnos muchos de nuestros principios y creencias, lo cual expande nuestra visión de la realidad y transforma gradualmente nuestra forma de ser. Al volver a casa te das cuenta de que ahora ves el mundo desde una perspectiva diferente.
6. Eres más capaz para enfrentar retos y superar obstáculos de lo que creías
Tras superar el reto que representa la experiencia de vivir en otro lugar, te das cuenta de que ahora eres capaz de hacer cosas que antes no te creías capaz, lo cual te da una nueva confianza que te permite enfrentarte a la vida y superar los obstáculos. La independencia que ganas al darte cuenta de que eres capaz de vivir sólo y adaptarte a diferentes situaciones te permite considerar un sinfín de posibilidades y caminos profesionales, no sólo en tu ciudad o tu país de residencia, sino en tu planeta entero.
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7. Existen otras formas de vivir más allá de lo que consideramos normal
Cuando te encuentras en un contexto cultural diferente al ordinario, te das cuenta de que las comunidades, familias y sociedades se conforman de diferentes formas en diferentes culturas, y lo que puede ser considerado como una locura en tu país, en otra parte del mundo puede considerarse completamente normal, así que lo mejor es dejar atrás los prejuicios y estereotipos para reaprender acerca de las diferentes culturas y formas de vida desde una nueva perspectiva.
¿Has vivido una experiencia similar? Cuéntanos qué aprendiste.