Dentro del fenómeno turístico, se integran algunas actividades de entretenimiento para turistas, es el caso de los casinos, un tema de intenso debate en nuestro país, puesto que en el año 2012 fueron clausurados totalmente, luego de la consulta popular del 07 de mayo de 2011 y llevada a cabo en el anterior periodo presidencial, el ex presidente Rafael Correa, consultaba a la población si estábamos de acuerdo que en el país se prohíban los negocios dedicados a juegos de azar, tales como casinos y salas de juego, sosteniendo que tal actividad se podría prestar para acciones ilícitas como el lavado de dinero, a lo que el pueblo ecuatoriano respondió afirmativamente.
No obstante, se debe tener en consideración que en el mundo y especialmente en países como Estados Unidos, los casinos, más allá de ser un importante atractivo turístico, son parte esencial de la economía. Según un estudio realizado en 2014 por Oxford Economics, los casinos estadounidenses y las apuestas y espectáculos que se generan al interior de éstos, representan a la economía del referido país, un impacto de 240,000 millones de dólares y dieron empleo a 1.7 millones de personas. Eso incluye 38,000 millones de dólares en impuestos locales, estatales y federales que la industria dijo que pagó el año pasado en cuotas por apuestas, impuestos a la propiedad, impuestos por ingresos y más.
Según Alfredo Uquillas (2011), en su estudio denominado “Diagnóstico y análisis del impacto de los casinos en el Ecuador”, manifiesta que; en el Ecuador, los juegos de azar a diferencia de los países del orbe, no es una industria millonaria en la que se jueguen altísimas sumas de dinero, sino más bien es moderado el consumo, así, para 13 millones de habitantes hay 45 casinos de diferente categoría ubicados a lo largo y ancho de las diferentes ciudades del país, los cuales están controlados por el Ministerio de Turismo, en el año 2008 aportaron al estado vía impuestos aproximadamente 2 millones de dólares y generaron al menos 2,000 trabajos directos y 5,000 indirectos.
Si se analizan las cifras económicas de manera comparativa entre Estados Unidos y Ecuador, es claro que la diferencia es abismal, no obstante, ese no es el objetivo de este escrito, sino más bien, considerar algunos aspectos favorables de esta actividad de entretenimiento turístico, a saber; los beneficios directos en materia de empleo ligados a la misma construcción de la infraestructura básica y turística, la operación y administración del casino, por otro lado se crean oportunidades en las áreas de servicios conexos asociados a la hotelería, la provisión de alimentos en restaurantes, las relaciones de consumo en zonas comerciales, la presentación de espectáculos, teatros y cines, incluso la plusvalía que se genera a las ciudades en donde se encuentran ubicados, lo que también influye en las tarifas de alquiler en las zonas cercanas al casino, a estos a aspectos se suma también la diversificación de la oferta turística local y nacional.
Desde mi punto de vista, siendo bastante objetivo, son aspectos económicos y laborales importantes, que el estado ecuatoriano podría considerar para una hipotética reapertura de estos centros de entretenimiento turístico, reflexionando en que se debe crear una normativa que limite dicha actividad única y exclusivamente a los hoteles de lujo, de manera que el estado a través del MINTUR y demás entes pertinentes, pueda regular formal y estrictamente la actividad.