Las amplias y desérticas distancias de la Patagonia Argentina, en su momento estuvieron inmersas en el proyecto nacional del tendido de redes ferroviarias. Movilizar cargas y también habitantes de los pequeños poblados se tornaba una auténtica necesidad para el lento desarrollo regional.
Así fue como se hicieron las tramitaciones en Europa y EEUU para adquirir locomotoras a vapor y los correspondientes coches que allí fueran utilizados en la Primera Guerra Mundial.
El término “trocha angosta” proviene de la distancia entre ejes de los mismos (75 cm). En principio el tren llegó a la localidad de la provincia de Río Negro Ing. Jacobacci (1917). Posteriormente se amplía el recorrido (1921): Jacobacci (Rio Negro) – Esquel (Chubut). Para el sostén logístico del proyecto, se tramita la adquisición de coches belgas y vagones de carga (1922), además de cincuenta locomotoras de la compañía alemana Henschel & Sohn.
Posteriormente, se compraron veinticinco locomotoras adicionales a la Baldwin Locomotive Works en Filadelfia (Pensilvania, Estados Unidos). En los vaivenes constantes de la vida político-económica de Argentina, el proyecto ferroviario fue decayendo, al comenzar la construcción de rutas, la movilidad de carga/personas se fue orientando hacia camiones, ómnibus, etc. Cuando en 1993 el gobierno nacional decidió clausurar, entre muchos otros, este ramal, se alzaron voces incluso fuera de Argentina. Paralelamente, la Patagonia comenzó a ser “descubierta” por el turismo, con lo cual la Trochita fue atracción de visitantes y hasta para algunas producciones cinematográficas.
Con la aparición del libro de Paul Theroux, El Viejo Expreso Patagónico toma oxígeno ya a nivel mundial. El libro de este novelista norteamericano cuenta un recorrido de Norte a Sur en el continente siempre a bordo de trenes. En 1999, el Gobierno de Argentina declaró a La Trochita como Monumento Histórico Nacional.
Y así de aquellos antiguos viajes, atravesando distancias en este cono austral, con inviernos de muchos grados bajo cero, nevadas, vientos patagónicos: donde era el nexo y punto de encuentro de muchos habitantes que esperaban ansiosos a ese amigo, que cual toro furioso, resoplando vapor proveniente de las entrañas ferrosas – alimentado a carbón que los maquinistas con palas y de manera permanente arrojaban a ese pequeño infierno de llamas y combustión – avanzaba por estepas y entorno de picos aterciopelados, pasó a ser un “niño mimado” del turismo nacional e internacional. Los coches conservan los antiguos fogones (a leña): en donde los pasajeros preparaban comidas rápidas…y/o calentaban el agua para algo muy de argentinos: el mate1.
Turistas europeos, principalmente alemanes se acercan para ver a esas máquinas a vapor provenientes del país teutón, se dice que son únicas en funcionamiento en todo el mundo. En talleres propios, empleados municipales con mucho amor por el trabajo y rescate de esta joya local, fabrican, reacondicionan con todo el empeño a partes de estos trenes que desde hace muchos años: no se fabrican.
En la actualidad realiza el viaje con fin turístico desde la ciudad de Esquel al poblado Nahuel Pan (36 kms.). Un viaje al pasado, muchos lo ven con reminiscencia de far west; desde lo personal, parte de esta patagonia agreste, dura…pero cálida y receptiva. Aquí donde Originarios (Mapuches2) criollos, comunidades europeas: son parte de una historia de desencuentros y encuentros, sangre, marginalidad…vivencias. La vida en la Patagonia.
Referencias
- [1] Mate es un concepto con significados muy diversos. Cuando procede del quechua mati (“calabacita”), hace referencia a una infusión de yerba mate. En este sentido, el término también puede emplearse para nombrar al recipiente que permite tomar dicha infusión o al ritual asociado a esta costumbre.
- [2] Los mapuches (del autónimo mapuche) o araucanos (nombre dado por los españoles a los indígenas que habitaban la región histórica de Araucanía o Arauco) son un pueblo amerindio que habita principalmente en el sur de Chile y Argentina. En la lengua mapuche o mapudungún, el nombre que ellos mismos se dan es mapuche, o mapunche, compuesto de mapu, ‘tierra, país’, y che, ‘persona, gente’; es decir, ‘gente de la tierra’, «nativo».