El turismo representa una actividad primordial en la estrategia económica de la gran mayoría de los países. México es una de las naciones con mayor arribo de vuelos internacionales, en menor medida de derrama económica comparado con otros países con menos turistas. De tal manera que las distintas escalas de gobierno del país ubican a la otrora llamada industria sin chimeneas como unos de los ejes principales en la agenda política local y regional.
En México es reconocido el alto potencial y riqueza de recursos naturales y culturales, la imagen de ser un país megadiverso a nivel mundial ha generado amplias expectativas en torno al turismo. Bajo esta proyección privilegiada y ante la creciente demanda del mercado que sigue la tendencia de consumir novedosos destinos y atractivos turísticos, las instituciones gubernamentales en materia de turismo deciden intervenir e impulsar distintos espacios y productos a través de programas y proyectos que entren en la dinámica del turismo. Con la firme convicción de lograr el tan anhelado desarrollo.
¿Cuándo nació la idea del turismo como medio para el desarrollo nacional? –en un comienzo se pensó en el crecimiento y progreso económico- Si observamos en la historia de México, no es hasta a mediados del siglo pasado cuando el turismo dio los primeros indicios de ser una actividad importante en la economía del país. En particular se puede considerar al cine como el principal medio que de alguna manera mostró al mundo –y principalmente a los norteamericanos- la belleza natural de las playas de la costa mexicana del Océano Pacífico. Como ya es sabido el cese de la Segunda Guerra Mundial permitió la apertura de los viajes a gran escala debido a los avances logrados en materia de la aeronáutica y a la paz entre las potencias mundiales, entre otras cosas. De esta manera México comenzó la aventura del turismo, entre improvisaciones y caminos no muy bien cimentados, debido a que el pujante fenómeno social tomaba en asalto al país.
Fue partir de ese momento cuando se vio con mejores ojos al turismo, se crearon oficinas, departamentos, direcciones y posteriormente la secretaria federal de turismo, con la finalidad de darle orden y un claro rumbo al turismo, nace el FONATUR y los primeros centros integralmente planeados. Y con esto el paradigma y el discurso del desarrollo turístico.
Históricamente y desde que se expropio el petróleo, éste se convirtió en la principal fuente de ingresos a nivel federal, sostiene sin lugar a dudas la economía de México. Sin este importante recurso nuestro país se encontraría en un grave atraso. Es por esta razón que se ha buscado fortalecer otros sectores para diversificar y equilibrar la economía. Más aún con el derrumbe de los precios del petróleo mostrado en las últimas semanas.
Es paradójico que el turismo sea un factor de crecimiento y a su vez contribuya a la degradación del medio ambiente, aculturación y transculturación. A pesar de esto, en la demagogia turística se establece que el turismo sea una llave de desarrollo para las comunidades, muchas veces con la etiqueta de la sustentabilidad. Es importante mencionar que el turismo no siempre significa un proceso transformador en contra del entorno ambiental, paisajístico y social, en ocasiones es determinante para la preservación y puesta en valor del patrimonio. Además, se caracteriza por generar oportunidades de empleo, creación y mejora de infraestructura de los servicios. Sin embargo, la intervención del turismo no impide cambios humanos y medioambientales generados por el proceso social que implica esta actividad, es un fenómeno condicionado por el capitalismo que le dan valor a la cosas convirtiéndolas en mercancías para posteriormente ser consumidas por el mercado.