ballenas-en-Loreto,-BCSBallena Jorobada en Loreto, Baja California Sur (México)

Si hay algo que el ser humano debe valorar tanto como su vida y seres queridos, son los elementos bióticos que lo rodean. La flora, por una parte, como medio para la generación de alimentos y oxígeno y si hablamos de turismo, como un atractivo sin igual, parques nacionales y reservas naturales, son sitios habitualmente visitados. En Ecuador el florecimiento de los guayacanes se ha convertido en un producto turístico exquisito para determinado segmento de mercado. 

La fauna por su parte, es el medio regulador de la flora, así como de poblaciones de animales que podrían introducirse en nuestro hábitat común; dentro del fenómeno turístico es bien conocido, que miles de personas viajan por presenciar acontecimientos naturales como el apareamiento y nacimiento de ballenas, que se ha convertido en un producto turístico al que hemos llamado “avistamiento de ballenas”, y así, alrededor del globo, acontecimientos similares estimulan el turismo. 

En definitiva, los recursos naturales y culturales son el capital más importante que posee un sitio de interés y los principales atributos que el visitante desea conocer. Pero no sólo en el turismo los recursos naturales son importantes, en nuestra vida cotidiana el mar es una de las principales fuentes generadoras de alimentos, no obstante, es el ecosistema que más hemos destruido a lo largo de los años, y en los bosques la tendencia es similar. La cosmovisión del pueblo Manteño por ejemplo, en varias representaciones zoomorfas, el caso de las sillas U, mostraba jaguares como deidades de adoración, es decir que la presencia de estos felinos era extensa en Manabí, en la actualidad encontrar uno de estos especímenes en nuestra provincia, sería motivo de celebración y alegría.

A medida que avanzan los años, la explotación de los mares y los bosques se acrecienta, las poblaciones crecen y demandan más productos, se deforesta de manera irracional y no se siembra, se pesca a escala industrial y se contaminan los mares, paradójicamente así estamos funcionando. 

Es común observar en redes sociales, videos de personas “rescatando” tortugas enredadas en plástico o cabos, y todos nos asombramos por esa gesta solidaria, lo que no reconocemos es que es culpa nuestra que la tortuga, el tiburón, lobo marino, ave o cualquier otra especie haya terminado en tal situación. 

Es justo, aplaudir, que en Manabí existe el único centro de rehabilitación de fauna marina que funciona desde el 2013 en el Parque Nacional Machalilla, iniciativa liderada por Rubén Alemán, veterinario que ha dedicado parte de su vida a salvar y rehabilitar especies en peligro de extinción o en mal estado. La importancia del centro, es que sirve como medio para sensibilizar al ser humano sobre su accionar hacia los océanos.

El turismo es por ende, un instrumento para acercarnos a nuestros recursos naturales y desarrollar mecanismos para conservarlos.  

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Por Isidro Alcívar Vera

🇪🇨 Es Ingeniero en Administración de Empresas Turísticas, con un Máster en Gestión de Empresas Turísticas. Investigador acreditado por la SENESCYT-Ecuador en temas relacionados al turismo: rural, comunitario, sostenible y arqueológico. Escribe para los periódicos El Mercurio y El Diario.

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