El escenario de la actividad turística post covid-19 alrededor del mundo es incierto, pero según expertos se vería reflejado en 2 variables, tal como lo indica Alfonso Vargas catedrático de la Universidad de Huelva que establece que serían las siguientes:
- política gubernamental (restricciones a la circulación de personas en un territorio) y
- comportamiento del turista (más cauto y sensible a la seguridad y a la salud de un destino),
Lo que implicaría un análisis más detallado tanto cuantitativa y cualitativamente de la oferta y demanda turística de los destinos.
Ahora, si bien es cierto la actividad turística se encuentra muy afectada en la parte económica, existe otro factor con el que se tiene que lidiar; precisamente son los cambios de hábitos turísticos de los viajeros en la era postcovid-19, la necesidad de viajar va a estar indispensablemente presente ya sea en busca de destinos próximos o cercanos sin tanto tiempo de movilización o la búsqueda de sitios de naturaleza o de actividades al aire libre.
La pronta adaptación a estos cambios tanto de los prestadores de servicio turísticos (agencias de viajes, hospedaje, alimentos y bebidas, transportación, etc.) y así como también de los destinos será un enorme reto y dependerá esencialmente de su capacidad de reacción y la implementación de políticas y protocolos que generen una ambiente de confianza para los viajeros actuales.
En las relaciones establecidas en el sistema turístico actual, se da una transferencia de elementos culturales que afectará, en mayor o menor proporción o medida, a los turistas y pobladores locales de un destino; este intercambio podrá ser beneficioso o perjudicial dependiendo en gran parte de la planificación turística.
El tema de la relación entre los seres humanos y su entorno ya sea natural o cultural donde se desenvuelven es interesante; se considera necesario tener siempre presente una visión de los individuos formando parte de un ecosistema del que son parte activa, dominando a veces, pero sin perder de vista el hecho de que, al ser miembros en interacción con otros integrantes, las alteraciones que unos provoquen afectarán al resto, ya sea de forma positiva o negativa. Por ello, antes de planificar o poner en marcha proyectos turísticos, ya sea los orientados hacia el turismo de naturaleza, de sol y playa o de interés cultural, debe priorizarse el enfoque de la sostenibilidad y la responsabilidad en los territorios.
Los grandes cambios en el sistema turístico mundial obliga en los actuales momentos dentro de su proceso de reactivación a tener en cuenta tanto a la población local como a los visitantes, por lo que todos los estudios o investigaciones futuras deben ir dirigidos a buscar el bienestar de ambos, tratando de minimizar los impactos negativos, ya sean sanitarios, sociales, culturales, físicos o económicos.
El turismo está tan vivo como aquellos que los están reconstruyendo, y son demasiados los aspectos que inciden en él y lo van alterando. El turismo como actividad económica y social está incidiendo de diversas formas a gran parte de la población mundial y que ha hecho que muchos destinos y empresas modifiquen aspectos, adaptándose a este gran cambio cultural que se aproximan.