bitcoin

La virtualización progresiva de la experiencia humana se ha extendido a casi todas las áreas de la vida; el turismo no podía ser la excepción. Esto implica que cada vez más personas gestionan sus viajes a través de Internet, sin intermediarios. Desde luego, la practicidad de este medio es excelente, aunque hace que se pierda, indefectiblemente, el componente humano de la industria del turismo. Así pues, para alinearse con la necesidades de los clientes online de este sector y de tantos otros, se ha multiplicado el uso de medios de pago virtuales, como carteras digitales y criptomonedas. Estas últimas son divisas alternativas que generan amores y odios, y que están íntimamente ligadas con el futuro de la industria turística.

¿Qué son las criptomonedas?

Este tipo de divisas se ha popularizado en los últimos años, con algunos booms sorpresivos que hicieron que el mundo de las finanzas recalculara sus principios. Hoy en día se puede pagar en tiendas online, operadoras de viajes y casinos, con Bitcoin, pues ofrecen legitimidad y seguridad a la hora de realizar las transacciones, ¿cómo se logra esto?

En primer instancia, se debe a la naturaleza de las criptomonedas, que son divisas que responden a un código computarizado; en otras palabras, las criptodivisas son cadenas de datos que representan una unidad. A diferencia de los medios tradicionales, las criptomonedas son descentralizadas, es decir que no son controladas por ningún gobierno ni banco, sino que se gestionan a partir de un protocolo de Internet.

Estas criptomonedas se desarrollan a partir de un proceso conocido como «minería», mediante el cual los mineros añaden al libro mayor de la divisa todas las operaciones individuales registradas. Este libro mayor es de público acceso, lo cual garantiza la transparencia de las cotizaciones. Así pues, en vez de estar regidas por las directrices de un gobierno, las criptomonedas se justifican conforme la credibilidad de sus usuarios.

El libro mayor es también conocido como «cadena de bloques» o blockchain, y es uno de los conceptos fundamentales para entender las criptomonedas. Esta cadena registra todas las operaciones realizadas en la divisa y las almacena, aunque protege los datos personales y de cuenta, que están encriptados.

La primera y más conocida de las criptomonedas fue Bitcoin, creada en 2009 por una persona que usó el seudónimo de Satoshi Nakamoto. Así comenzó una red de nodos distribuidos alrededor del mundo, que alcanzó un gran impacto y repercusión en el mundo de las finanzas.

Las criptomonedas y su (posible) uso en el turismo

El hecho de que cada vez más usuarios se acerquen a este tipo de divisas ya es motivo suficiente para que el sector del turismo las considere como medio de pago. Sin embargo, hay motivos más específicos por los cuales esta industria puede sacar provecho de este tipo de monedas. En primer lugar, al tratarse de una divisa descentralizada, que no es regulada por ningún gobierno, permite realizar transacciones internacionales sin inconveniente ni tasa alguna. En la misma línea, al estar por fuera de las normativas bancarias, no están contempladas en ningún régimen fidecomisario, por lo cual no generan déficit ni requieren que ninguna entidad establezca su valor. Esto se traduce en ganancias menos gravadas. Además, al tratarse de monedas virtuales fraccionables hasta en ocho decimales, permite la realización de micropagos. Todas las transacciones se realizan en tiempo real, al contrario de lo que sucede con los pagos en bancos, sujetos a demoras y contratiempos. La falsificación de pagos o identidad resulta casi imposible, dada la seguridad de las cadenas de bloques que estructuran las criptomonedas. Al mismo tiempo, esto garantiza el anonimato, gracias al encriptamiento de los datos personales.

Asimismo, este medio de pago favorece a los pasajeros, quienes no están sometidos a límites de efectivo ni restricciones de cuentas bancarias. No es necesario declarar las criptomonedas, al contrario de lo que ocurre con otros tipos de dinero. En este sentido, el pasajero se ahorra el trámite de tener que cambiar de divisas a la hora de viajar: las critpomonedas se adaptan automáticamente a la economía del país donde se usen. Además, las monedas como Bitcoin no fluctuan de acuerdo a las subas y bajas de las monedas tradicionales, sino que dependen de su propia dinámica interna.

Proyección a futuro

Las criptomonedas están en pleno desarrollo y serán unos de los medios de pagos hegemónicos del futuro mediato. En medio del delineamiento de los modelos turísticos para adaptarse a la vida post-Covid, es una buena idea tener presentes a las criptomonedas para no quedarse afuera del mercado del mañana.

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Por Entorno Turístico Staff

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