Durante el siglo XIX y XX, México vio la construcción de importantes obras de ingeniería, entre ellas la ferroviaria, destacando por su gran importancia tanto por su contribución al desarrollo económico del país como por la enorme capacidad de demostración de los ingenieros mexicanos para resolver de buena forma los retos que suponía la construcción de una línea de ferrocarril que atravesara una parte de la Sierra Madre Occidental.
En 1897 Enrique Creel y Alfredo Spendlove obtuvieron la concesión para una línea que fuera de Chihuahua a algún lugar del Pacífico; crearon la compañía ¨Chihuahua al Pacífico” y construyeron 194 kms. de vía. En 1940 México adquirió los derechos del Ferrocarril Kansas City, México y Oriente Railroad Co., y en mayo de 1952 tomó posesión de la línea aprovechada por The Mexican Northwestern Railway Co., integrándose de este modo en 1955 con la fusión de estas dos empresas, el Ferrocarril Chihuahua al Pacífico S.A. de C.V.
El ferrocarril Chihuahua al Pacífico mejor conocido como El CHEPE, actualmente es un servicio de pasajeros que ofrece una experiencia única al transitar por paisajes increíbles que sólo podrían visitarse a través de este medio de transporte. El tren está integrado por 6 vagones de pasajeros que pueden transportar hasta 520 personas. El servicio del CHEPE tiene una frecuencia diaria, ida y vuelta, actualmente desde el Pueblo Mágico de Creel en el estado de Chihuahua, hasta la ciudad de Los Mochis en Sinaloa, el trayecto de extremo a extremo dura aproximadamente 9 horas y se recorren más de 350 kms..
El CHEPE cruza parte de la Sierra Madre Occidental, las Barrancas del Cobre, que son un sistema de cañones que han sido labrados a través de miles de años; los ríos Mayo, Fuerte y Yaqui que nacen en lo alto de los bosques, han formado un laberinto de más de 16,000 km. de increíbles desfiladeros. Esta área cubre una superficie aproximada de 60,000 kms2, el sistema de las Barrancas del Cobre es incluso más extenso y profundo que el Cañón del Colorado en Estados Unidos.
Los destinos del CHEPE son:
- Creel (Chihuahua)
- Divisadero (Chihuahua)
- Bahuichivo (Chihuahua)
- El Fuerte (Sinaloa)
- Los Mochis (Sinaloa)
El turismo ha encontrado en el CHEPE una interesante ancla para el desarrollo local. Creel forma parte de los Pueblos Mágicos del norte de México, destino considerado la puerta de entrada a las Barrancas del Cobre y, por lo tanto, a la cultura rarámuri que habita en esa región. Es un poblado maderero que reposa entre bosques de coníferas, columnas de piedras erosionadas por el viento y verdes valles. La ciudad se fundó en 1907 junto con la creación de la estación ferroviaria. Diversas travesías pueden partir desde Creel. A 2 kms. se encuentra la comunidad de San Ignacio Arareko y 6 kms. más adelante, su peculiar lago de aguas cristalinas, rodeado de oyameles, encinos y grandes rocas que parecieran haber sido colocadas a propósito por gigantes imaginarios; la zona, es una reserva que cubre aproximadamente 20,000 hectáreas de bosque alpino, donde viven alrededor de 200 familias rarámuri.
Para los más aventureros, cerca de San Ignacio Arareko se encuentran otras formaciones rocosas llamadas Los Hongos y Los Sapos: con sólo mirarlas se entenderá el significado de sus nombres. A 25 kms. de Creel se encuentra el poblado de Cusararé; 3 kms. de camino dentro de la sierra por una vereda panorámica y silenciosa que recrea introspecciones personales, se encuentra la cascada que lleva el mismo nombre y que en época de lluvias muestra sus mejores postales para los amantes de la fotografía.
Divisadero es probablemente el destino más conocido y difundido de la Ruta del CHEPE, es uno de los puntos más altos y otorga un sinfín de posibilidades para aquellos que gustan del turismo de aventura. Podemos encontrar un sistema de 7 tirolesas, vía ferrata y un espectacular teleférico considerado el tercero más largo del mundo; desde luego, existe la posibilidad de caminar por escenarios inimaginables para quienes viven en la ciudad, guiados por grupos rarámuri a pie o sobre caballos. Este destino es naturalmente el mirador más conocido de las Barrancas del Cobre.
Bahuichivo. Una vez haber descendido de la estación del ferrocarril y tras haber transitado durante 45 minutos por un camino de terracería, se llega al pueblo rarámuri más importante de la zona llamado Cerocahui, es pequeño pero simbólico, tiene una iglesia que data del siglo XVI construida con cantera. El mirador del Cerro Gallego es el más representativo; desde una altura de 1,879 ms. se puede observar el pueblo minero de Urique al fondo de la barranca.
Ya en el estado de Sinaloa se llega a este destino con aires coloniales llamado El Fuerte. Se fundó en 1564 y también forma parte del programa Pueblos Mágicos. Para los más observadores, notarán que el clima y la vegetación han cambiado, se pasa del clima frío templado de los bosques altos a un clima tropical, se habrá descendido de los 1,624 msnm desde la anterior estación, hasta los 90 msnm. En la plaza principal existe un edificio que sobresale del resto de la arquitectura, es una construcción de gruesos muros de piedra de más de 100 metros de largo que alberga un museo de sitio.
Los Mochis, el último punto de esta increíble ruta, es una ciudad relativamente joven, fundada en 1903; su historia tiene que ver con la creación de la red ferroviaria, el ingeniero civil Albert K. Owen llegó a estas tierras para las investigaciones de esta red.
Antes de la actual crisis causada por la pandemia de Covid-19, 90 mil turistas en promedio registraron su paso por el CHEPE, el 40 % de ellos fueron extranjeros. La travesía de extremo a extremo contempla cruzar alrededor de 37 puentes y 86 túneles que son considerados obras maestras de la ingeniería mexicana. Sin duda, recorrer cualquier parte de esta ruta dejará recuerdos, sensaciones y pensamientos imborrables. Es una apuesta de viaje que vale la pena vivir y “dejarse llevar” por el único tren de pasajeros de larga distancia que sigue actualmente en funcionamiento como tren turístico en México.