Cuando de actividades turísticas hablamos, es importante saber que existe un elemento destacado que fungirá como nuestro anfitrión y será prácticamente nuestros ojos y oídos en el destino visitado: nos referimos al Guía de Turismo, pero, ¿qué pasaría si no existiese tan importante personaje? Como primer punto, habría un desequilibrio en la preservación del patrimonio, por lo tanto el sector turístico sería un caos y el turismo dejaría de funcionar correctamente; las experiencias turísticas no serían las mismas, la falta de concientización nos llevaría a la prácticamente nula conservación y cuidado de atractivos turísticos: sin el Guía de Turismo se podrían experimentar pérdidas totales de patrimonios culturales y naturales porque no habría un control o la debida concientización para la preservación de ellos.
Efectivamente, como leíste, el mundo del turismo sufriría un serio desajuste, o al menos no funcionaría correctamente, ya que sin esta figura tan importante en la guianza: las reservas, parques nacionales y demás áreas naturales, así como también los atractivos culturales, se verían afectados exponencialmente porque los turistas no tendrían una correcta educación ambiental y se correría el riesgo de que hicieran lo que quisieran (posiblemente negativo) dentro del atractivo, por ejemplo, tocar y dañar piezas invaluables dentro de museos o en el caso de los atractivos turísticos naturales, generar exceso de contaminación y/o incendios por personas que no tienen el conocimiento de dónde o cómo acampar…
Los Guías de Turismo cuentan con un amplio conocimiento, particularmente de su región y en ocasiones de su nación, y es importante su actuación en el tipo de actividades que hacen las personas en sus tiempos libres, porque se encargan de informar, concientizar, direccionar y orientar al turista. Por ejemplo, los guías de montaña auxilian a los turistas que quieren realizar actividades de turismo de aventura como el trekking o el montañismo, que no tienen el conocimiento táctico ni las herramientas necesarias para poder cumplir su objetivo y no se encuentran preparados psicológicamente, ya que en estas modalidades de turismo, pueden surgir situaciones que pongan en riesgo su vida, y si no saben cómo actuar, podrían haber consecuencias fatales.
El Guía de Turismo es el pilar fundamental para el flujo de turistas en un determinado espacio; tiene la habilidad de expresarse de manera amigable, hablar el mismo idioma del turista para que se sienta como en casa, además que explica a detalle todo lo que hay en el atractivo cultural o natural. Si él no existiera, los turistas llegarían a determinado país con un cierto riesgo de perderse, además de la limitante del idioma para comunicarse efectivamente, y sobre todo no existiría esa explicación tan predominante que da el guía del qué, quién, porqué, cuándo, cómo, dónde…de cada lugar.
El intérprete del turismo tiene información práctica para que el turista conozca el lugar a la perfección; si en algún caso surgieran dudas o situaciones complicadas, el guía está preparado para todo.
Finalmente, no debemos olvidar que el guía es el protagonista, el enlace en la interacción entre el turista y la comunidad receptora, la cara del lugar, el embajador del sitio visitado, pieza fundamental en el engranaje del sistema turístico; sin él, solo habría (simples) lugares y no atractivos turísticos. Por todo ello, hay que empezar a dar mayor valor y relevancia a este personaje tan indispensable dentro del ámbito turístico laboral y social.