Tumbes (ciudad peruana) es sol y playa todo el año, con un mar del Océano Pacífico cuya temperatura superficial oscila alrededor de los 27°C, bastante cercana a las playas del caribe, pero también a las de Ecuador, Colombia y Venezuela.
El Perú está dividido en departamentos, provincias y distritos. Desde el año 2002, la división política debía incorporar a regiones conformadas por dos o más departamentos. El proceso quedó inconcluso y a los departamentos se los pasó a denominar regiones; en consecuencia, actualmente se cuenta con 26 regiones y una de ellas es la Región Tumbes, la de menor superficie. Limita por el noreste con la hermana república de Ecuador, al noroeste con el Pacífico y por el sur con la Región Piura, con un clima totalmente tropical pero desértico en un 70 por ciento de su territorio.
Podría señalarse, sin lugar a dudas, que el producto turístico que ofrece Tumbes es su fantástico clima, ideal para el relax y descanso en sus hermosas playas con un mar verdea-zul que invitan a tomar el sol, a caminar en la quietud de las orillas, a disfrutar de los espectaculares atardeceres y de la exquisita comida. Y la apuesta es correcta, porque Tumbes ya es uno de los más importantes destinos para los turistas extranjeros en el Perú, el sexto en el año 2018. Atrajo a la cadena hotelera Decameron, que inició operaciones el año 2012, sumándose a la cadena hotelera Costa del Sol de cuatro estrellas entre otros más de 200 hospedajes (principalmente en Zorritos y Punta Sal). Y aproximadamente el 25 por ciento de los turistas prefirieron hospedarse en hoteles de cuatro estrellas, lo que representaría además un destino de lujo.
¿Se debe mantener dicho producto como “paraguas” o producto principal de venta? Considero que sí, porque es una característica exclusiva que la diferencia de las otras regiones del Perú. ¿Es la pertinente para competir en los mercados internacionales? Sí, porque a diferencia de las playas caribeñas, Tumbes no se ve afectada por huracanes y tifones. Y porque las playas, al menos hasta ahora, ofrecen exclusividad, característica que debería mantenerse para diferenciarse de las playas de arena con multitud de bañistas. Los factores y estrategias deben identificarse para asegurar la continuidad de dicha cualidad.
En el año 2019, antes de la pandemia mundial, Tumbes fue la segunda región con el mayor número de visitantes extranjeros que ingresaron por los puestos de control fronterizos (326 mil turistas), después de Tacna (950 mil).
La mayoría de los extranjeros, siguiendo la tendencia, provenían de Ecuador (35%), según datos del año 2018. Con respecto a la nacionalidad de los demás visitantes llama la atención la alta dispersión de lugares de donde provienen, porque casi en similares cantidades (alrededor del 7%) encontramos a chilenos, argentinos, colombianos, norteamericanos, suizos, alemanes. Y para dificultar más cualquier estrategia de promoción, el registro total de turistas ecuatorianos que ingresaron al Perú el año 2019 ascendió a 339,486, lo que nos lleva a suponer que el 65% de ellos ingresaron por vía aérea a través del aeropuerto internacional de Lima (que registró 2 millones 640 mil turistas), probablemente atraídos por Machu Picchu, en Cusco, o porque no existen vuelos que unan Quito con otras ciudades peruanas. Las conexiones aéreas, tanto para Tumbes como para otras ciudades del Perú, y de ellas con ciudades extranjeras, deben ser prioridad del gobierno nacional y regional para atraer más turistas extranjeros.
En Tumbes, además de sol y playa, los turistas ya efectúan recorridos cortos en cruceros para avistaje de ballenas, delfines y cientos de aves costeras, practicar surf, buceo, navegar en bote de pescadores desde el manglar Puerto Pizarro hasta la playa del amor, la más cercana al mar; recorrer por tierra y mar el Santuario Nacional de los Manglares, recorrer el Parque Nacional Cerros de Amotape, visitar el Museo Cabeza de vaca, asustarse en el criadero de cocodrilos, recuperar fuerzas en las pozas termales de Hervideros, comer los chocolates de sabor inigualable producidos en el Papayal y efectuar caminatas en caballo por la ribera del mar.
Y no dudo que ya se estén ofreciendo, o estén por ofrecerse, actividades como escalamiento de cerros, ciclismo en los cerros para ver los amaneceres y en las playas con los fantásticos ocasos, nado en aguas abiertas, kayak, circuitos cortos para reconocimiento de flora y fauna en mar y tierra, pesca deportiva, maratones y muchas fiestas patronales, con harta música, chicha y platos exquisitos, dada la altísima variedad de peces, crustáceos y moluscos que proveen el mar y la acuicultura. Ello, sin desmedro de que el sector público y privado mantengan constante la identificación de cientos de actividades posibles de ofrecer para el disfrute de los turistas en ambientes seguros para la vida y salud y protección de los recursos turísticos.
La medida principal del turismo es el número de visitantes, y su crecimiento alegra a los propietarios de hospedajes y restaurantes y a las autoridades locales, regionales y nacionales. Y a Tumbes arribaron a hospedajes 158 mil turistas en el año 2012, incrementándose a 410 mil en el año 2019, esto es 159 por cierto más.
Sin embargo, el pedal, como diría el profesor Carlos Villajuana, o la medida del insumo que permitiría satisfacer a inversionistas y gobierno, considero que es el gasto promedio y el tiempo de permanencia. El gasto promedio de los turistas nacionales que arribaron a Tumbes en el año 2016 fue de 317 Soles (77 USD) con una permanencia promedio de 4,6 noches. Mientras que para el 2018 fue de 654 Soles (159 USD) y 7 días de permanencia. Cifras que, estoy segura, vienen atrayendo a más inversionistas con ofertas competitivas. Queda retar a las autoridades, alcaldes de Zorritos y Canoas de Punta Sal, Tumbes, Zarumilla, gobernador regional y MINCETUR para asumir compromisos y destinar los recursos para inversiones necesarias a fin de dotar de adecuada infraestructura pública, limpieza y seguridad para satisfacción de propios y visitantes. Todo ello y la promoción necesaria deberían contribuir a consolidar el destino Tumbes como el preferido de sol y playa de peruanos y extranjeros.
En el Perú, la promoción turística es enteramente responsabilidad de PROMPERU, el órgano técnico especializado del MINCETUR. Y lo es tanto de la promoción externa como interna. Y considero que así debe continuar, porque de lo contrario significaría correr demasiados riesgos respecto a los efectos de una promoción desarticulada y sin adecuado monitoreo y seguimiento. Y, lo más importante, así se permite asegurar la presencia de profesionales especializados que conduzcan la más pertinentes y apropiadas campañas de promoción para atraer demandantes nacionales y extranjeros, dentro de los presupuestos acordes al impacto; es lo que corresponde y confío que ello se cumpla, principalmente en lo concerniente al profesionalismo y expertise de los funcionarios.
Independientemente, me arriesgo a proponer que PROMPERU, en coordinación, por supuesto con la gobernación regional y local, focalice la promoción externa en las ciudades de Quito y Bogotá exclusivamente del corredor de Playas (que deben a las de Piura) juntamente con Machu Picchu. A Quito y Bogotá llegan turistas europeos y norteamericanos, a quienes se les podría conquistar más rápidamente que haciendo campañas en sus países de origen. Y la promoción también debe efectuarse en Río de Janeiro, ciudad que cuenta con conexión aérea directa con Quito y donde habitan muchos surfistas, miles de los cuales ya llegan al Perú a correr sus afamadas olas. Y las ciudades de Tumbes y distritos playeros de Piura deben colocar señales turísticas en Español, Inglés y Portugués.
Sin embargo, ello no significa que los gobiernos regionales y locales no deban destinar los recursos humanos, técnicos y financieros para promover la inversión en turismo, brindar información turística actualizada y adecuada, organizar o coordinar eventos múltiples para atraer visitantes y efectuar la supervisión de los prestadores de servicios turísticos con el fin de garantizar la prestación de estos con altos índices de calidad a precios competitivos. Y también deben ser los gestores de los contratos de administración para la prestación de servicios turísticos públicos bajo su responsabilidad. De todos. De esa manera no se tendría infraestructura inoperativa y sin mantenimiento.
Asimismo, los inversionistas deben trabajar muy estrechamente con las autoridades locales para mantener el corredor de playas de Tumbes y Piura en su forma natural, lo más posible, y limpio y seguro, como principales ventajas competitivas.