Camino al Centenario de Cantonización.
El Patrimonio Cultural es un capital social, que con adecuadas estrategias de gestión puede convertirse en un capital económico de desarrollo sustentable. Con una buena planificación revitaliza usos y/o zonas degradadas o no productivas de las ciudades, consolidando identidad y memoria colectivas local, genera empleos y optimiza las relaciones internas del tejido social, mejora la oferta de servicios y equipamientos de los destinos.
La recuperación del patrimonio edificado (casas, monumentos) en las ciudades, como proceso de renovación urbana, aparece asociado a otros objetivos, uno de esos es la promoción de una nueva imagen del destino, o su reposicionamiento, reconversión: esto hace más atractivas las ciudades y les proporciona elementos distintivos entre el resto de aglomeraciones, sobre todo cuando compiten por captar inversiones que dinamicen sus economías.
El reloj público de Manta es un patrimonio de la ciudad con más de 100 años de historia, fue traído en 1910 desde Alemania. Inicialmente fue ubicado en el edificio de la Aduana (Fibeka), cuando ésta se hallaba en la avenida 2 o Colón. Actualmente el Reloj está ubicado en la Plaza Bolívar junto a la sede de ingenieros y arquitectos de Manta, atrás de la gasolinera Primax.
Ignacio Valencia Ordóñez de origen colombiano es uno de los personajes legendarios para recordarle en la historia del Puerto de Manta, fue el que construyó el antiguo edificio de la Aduana, se le atribuye también a Valencia la construcción del Hospital Lazareto. Desde muy joven se radicó en Manta, falleció el 25 septiembre de 1962.
Tomando la referencia del año 1910 que consta grabado en el reloj público de Manta que originalmente fue colocado en el antiguo edificio de la Aduana. Lo que se puede asegurar es que cuando Manta se canonizó, la Casa de la Aduana ya estaba construida y para aquella época era considerado un edificio por la magnitud del mismo y de acuerdo a la época en que nuestro puerto y ciudad tenía solo unas cuantas casas pequeñas y sobresalía espléndidamente por su belleza arquitectónica en las pocas calles que Manta tenía, esta casa patrimonial fue demolido durante la Alcaldía del Doctor Alberto Cantos.
Se le llamaba «la Casa de Gobierno» y aquí en dicho edificio se efectuó la primera sesión de posesión de los primeros concejales elegidos por votación popular, para dirigir los destinos de nuestro cantón por primera vez.
En el edificio de la Aduana o casa de Gobierno, funcionaban las siguientes dependencias: La Administración de Aduana, el Resguardo de Aduana, la Oficina de Telégrafos, la Comisaría Nacional, la Tenencia Política y la Jefatura Política, la Colecturía Fiscal u Oficina de Recaudación de Ingresos e Impuestos, la Subdirección de Sanidad Pública, el Registro Civil.
En la parte baja del edificio funcionaban las bodegas donde se guardaban las mercaderías de importación y nacionales que llegaban al puerto por vía marítima y que eran custodiadas por el personal de guardias de Aduana uniformados y asignados para tal fin.
La historia también es parte del atractivo de los destinos; se articulan y genera un valor agregado, son parte de los circuitos turísticos de una ciudad.