Rosi La Loca es un gastrobar, entre bar y taberna modernizada, donde se comen tapas vanguardistas y cosmopolitas, fusionadas de la cocina mediterránea, asiática, árabe y latinoamericana. Situado en el centro histórico de Madrid, a dos pasos de la céntrica Puerta del Sol (kilómetro 0 de la ciudad), donde bulle toda la vida más ajetreada de la capital, Rosi La loca es un local lleno de colores chillones, de flores de tela, de adornos vegetales, de vajillas exóticas y lámparas floreadas cuya primera impresión es que se trata de un lugar exótico que nos va a transportar a lugares de fantasía.
Difiere de la tradicional taberna de Madrid en su concepto más moderno, divertido y alegre, tanto en su formato como en su comida, aunque esté basada, parcialmente, en ciertos platos españoles como los arroces, el jamón ibérico, las croquetas o el pulpo, pero siempre pasados por el tamiz de la modernidad con toques vanguardistas y “gamberros”.
Al entrar, casi podíamos decir que se trata de un ambiente mexicano por sus colores y su especial decoración, pero en realidad, Rosi La loca tiene su propia personalidad, en la que reúne culturas de muchos lugares. La locura, lo divertido, lo extravagante forman parte de la idiosincrasia de este gastrobar, abierto en 2015.
Con llenos diarios, es necesario reservar en este sitio de explosión de colores, sabores y animación contínua, generada por los efervescentes y dicharacheros camareros/as del restaurante. Una gama de cócteles divertidos, frescos y originales, así como un buen muestrario de sangrías, acompañan la comida internacional que se toma aquí.
Hay matices asiáticos con los riquísimos baos (como los sabrosos baocatas de costillas de ternera en pan bao de remolacha), influencias mexicanas en los tacos de cerdo “No mames, wey”, nikkei en los ceviches o italianos con el pecorino de trufa que acompaña el timbal de huevos rotos.
Este crisol de culturas que se respira en Rosi La loca, basado en las raíces españolas de la comida y del concepto de taberna castiza revisitada a través del prisma de colores llamativos como los rojos, los rosas, etc, es lo que atrae de este lugar que genera “buen rollo” y alegría para la vista y el estómago.
El chef Javier Alfaro, curtido en los mejores restaurantes de Madrid, ha encontrado este punto equilibrado entre comida tradicional y elementos gastronómicos cosmopolitas divertidos que enriquecen la oferta de sabores de Rosi La Loca. Pasión, técnica y un toque de locura se unen en su saber-hacer culinario.
Hay platos muy ricos que simbolizan esta fusión, casi todos concebidos para ser compartidos por los comensales y a precios correctos. Destacan las zamburiñas con salsa mayonesa de kimchee y lima, flameadas en la mesa, por los camareros o recetas como los fideos Udón con atún rojo y camarones. Aunque, toda la carta es apetecible y de calidad.
Solo queda relajarse en ese mundo de fantasía, diversión y locura y dejarse llevar con cualquiera de los platos que ofrece la carta. No hay que irse, sin probar el tiramisú en cafetera…de color rosa (¡como no podía ser de otra manera!) que, además de divertido, está muy conseguido.
- Dirección: c/Cádiz, 4- Madrid
- Precio medio restaurante: 30 euros.