Acaba de terminar la mayor vitrina turística que se hace en nuestro país, Colombia. Una feria que atrae a muchos visitantes involucrados en el sector turismo, inversionistas y grandes empresas dedicadas a lo mismo. Queda entonces revisar cuál es el resultado, qué queda de todo eso. Somos un país biodiverso, tenemos el primer puesto en aves, el segundo en anfibios y reptiles, dos mares, todos los pisos térmicos, estamos entrando en «un proceso de paz» que ha permitido poder desplazarse a zonas antes vedadas y prohibidas y que son verdaderos paraísos; tenemos infinidad de culturas para poder compartir, somos un país abierto al mundo y que en este momento le está apostando al turismo, especialmente al turismo de naturaleza. Y tenemos con que.
¿Qué resultados arroja entonces dicha vitrina turística? Millones de pesos dice el país, se movieron en inversiones. Pero entonces debemos prepararnos y mucho. Lo tenemos todo, ríos, lagos, mares, montañas, nevados, desiertos, culturas, comunidades enteras esperando que empiece a llegar el turista y empiece a dejarles algo que tanto se habla de la inversión.
Pero estamos en pañales en comparación a otros países cercanos que viven completamente del turismo, con un tamaño mucho más pequeño, estamos en pañales. Debemos empezar a soñar si con que eso va a ocurrir, porque realmente así será, pero lo que tenemos que empezar a hacer es prepararnos para que cuando eso ocurra podamos estar listos y que se ofrezca el mejor servicio, el mejor producto, que ya tenemos listo, solo hay que presentarlo y hacerlo muy bien y de seguro se cumple eso que el riesgo es que el turista se enamore de este país y que nos emborrachemos de amor por nuestra tierra, llena de tantos paraísos, con sueños para todos los gustos, con destinos que se convierten en recuerdos inolvidables, en experiencias únicas.
La vitrina mostró destinos antes prohibidos, inaccesibles y que vale la pena en este momento conocer, esa Colombia que estuvo sumergida en un conflicto y que ahora debemos recuperar. Esa es ahora nuestra labor, retomar los paraísos perdidos en el mapa y anexarlos a nuestros sueños, a nuestros destinos, a nuestras rutas. Viajemos por Colombia, vale la pena cada rincón.