Querido turista:
No tengo palabras para expresarte mi agradecimiento por estar aquí, en mi hogar que también es tu hogar, mi lugar que también es lugar de mi familia y amigos. Aunque debo decir que no siempre fue así, hace algún tiempo yo era extraño en estas tierras. Después de terminar mis estudios, llegué aquí en busca de una oportunidad de crecimiento, quería conocer nuevas fronteras y demostrarme a mí mismo que los sueños se pueden hacer realidad.
Encontré trabajo y gente buena, con el correr de los días y meses me fui enamorando de este destino, turístico por naturaleza. No me puedes negar que es hermoso, mira sus playas, sus calles, sus edificios históricos, su gente, siente el clima, disfruta su comida, aquí los días y las noches son diferentes a la ciudad ¿no crees? Tenemos de todo, diversión, cultura, historia.
Tú, mi buen amigo turista, vienes aquí por vacaciones 2 o 3 veces al año únicamente, yo vivo aquí. Tú vienes y pasas momentos fugaces inolvidables, yo construyo toda una vida.
Ambos sabemos que este es un territorio ajeno para ti. No dudo que te hayas tomado la molestia de investigar acerca del lugar, pero no es lo mismo, la información que puedas tener no se compara con lo que yo sé. Te pido seas responsable y amigable con nuestras áreas naturales, protege a nuestros animales, no tires basura, no malgastes el agua, economiza la energía que consumes.
Yo al igual que muchos de mis amigos, trabajamos en la ultra-nombrada industria turística. En el hotel que te quedes, el taxi que abordes, al restaurante que vayas, con la operadora que rentes un servicio extra, con la persona que te acerques a pedir información turística, TODOS ellos son prestadores de servicios turísticos como yo.
Todos estamos encantados de consentirte el tiempo que estés aquí, daremos nuestro máximo esfuerzo por cumplir tus deseos, te daremos la mejor de las sonrisas; pero por favor, sé consiente que somos seres humanos y que podrán haber ocasiones en que no tengamos el mejor humor, que estemos cansados, o que tengamos problemas. Sé consiente que podemos cometer errores, que tendremos malos días. Si entiendes eso, yo sabré que tú estás haciendo un esfuerzo por gastar dinero y que mereces disfrutar experiencias únicas y diferentes al ajetreo que vives en la ciudad.
Créeme, día con día mis compañeros y yo nos esforzamos para consentirte de la mejor manera. Lo que quiero es que te vayas contento, que cuentes lo bien que la pasaste, y por supuesto que nos recomiendes, por lo que lo que menos deseo es que te vayas con un mal sabor de boca sobre nuestros productos y/o servicios.
Me comprometo a aprender más, capacitarme, y ser mejor tanto profesional como personalmente.
Además quiero recordarte que las empresa en las que trabajamos tienen reglas, horarios y políticas que debo respetar, por lo que habrá veces que de verdad ¡no se puede hacer aquello que tu pides!, también recuerda que no eres el único, hay más turistas como tú, que se merecen el mismo trato y respeto de nuestra parte. Gracias por tus propinas, en la mayoría de los casos representan la mayor parte de mi salario.
Quiero que disfrutes, conozcas, y aprendas lo más que puedas de este bello lugar, que salgas de del hotel, camines por nuestras calles, platiques con las personas locales y los respetes, que compres tus souvenirs y satisfagas las necesidades que requieras en las tiendas de abarrotes, depósitos, mercados, restaurantes, fondas, y los demás pequeños comercios, que día a día compiten con grandes empresas extranjeras, y que no necesitan porque muy probablemente ya tienen los bolsillos llenos.
Gracias por leer esta carta que escribí especialmente para ti, estoy para servirte.
¡Bienvenido amigo turista!
Atentamente un prestador de servicios turísticos.
Carta escrita en colaboración con: Karen Santana
