Debo confesar que tuve dos principales razones para querer estudiar turismo. La primera fue un fuerte deseo por viajar y conocer el mundo, y la segunda fue que quería aprender idiomas (los que fuera posible). A estas dos razones podría añadir una tercera: una inmensa necesidad por aprender cosas nuevas todo el tiempo, por saber de “todo”.
No hay duda de que tomé la decisión correcta, cada nueva materia me otorgaba la posibilidad de aprender algo nuevo, en ocasiones tan variado como si estudiara varias carreras en una sola, aunque, por el momento, no me haría experto en ninguna (eso podría cambiar si luego hiciera una maestría, por ejemplo). Además, tenía en mi plan de estudios la obligación de estudiar un idioma, y la posibilidad de elegir 2 o 3 si quería. Ya saben, el idioma obligado era el inglés, y a este podía sumarse el francés, japonés, alemán, chino o italiano. Hasta aquí las cosas iban de maravilla, ¿no creen?
Todo esto venía con el paquete de “estudiar turismo”, la carrera era exactamente lo que esperaba. Pero surgió entonces la pregunta obligada: ¿Es verdad que los estudiantes de turismo se la pasan viajando?
La respuesta es clara y en ocasiones dolorosa: ¡NO ES VERDAD! Nada te garantiza que por estudiar turismo vas a viajar. Incluso, te recomiendo que si quieres viajar por el sólo hecho de viajar, no estudies turismo. Hay otras carreras que, una vez concluidas, te ofrecerán un campo profesional más prometedor. Te aseguro que una vez que las termines, tendrás ingresos económicos suficientes para viajar a tu gusto. Pero recuerda, ¡todo depende de ti!
Entonces, ¿de dónde sale este rumor? Alguna vez leí una frase que decía: “No podemos conocer el turismo, si no estamos en contacto directo con él”. Y creo que esa frase resume todas las especulaciones acerca de que los estudiantes de turismo se la pasan viajando. Concluí que el deseo de viajar es la característica más importante con la que un estudiante de esta carrera debe contar. Pero no es un deseo de viajar sólo por hacerlo, va mucho más allá, al grado de ser esencial en la formación académica. Significa entender lo que implica el viaje, ser consciente del beneficio personal y social que otorga, empatizar con la población visitada y su cultura, cuidar los recursos naturales que rodean al destino visitado, etc.
La gran mayoría de los estudiantes de turismo tienen el deseo de viajar, lo que la carrera hace por nosotros es transformar ese deseo en una necesidad y una prioridad; viajar deja de convertirse en una opción, para convertirse en una obligación.
Durante el tiempo de estudios es verdad que las opciones para viajar son mayores a otras carreras, muchas de las materias elegidas tendrán en su programa la oportunidad de hacer un viaje, además, habrá congresos o conferencias a las que seas invitado; sin embargo, será tu responsabilidad cubrir el costo económico que esto represente y siempre tendrás la opción de elegir no viajar. Otra opción que existe, aunque no es exclusiva de la carrera de turismo, es la modalidad de intercambio, y que gran cantidad de estudiantes la toman, aunque también hay muchos que no lo hacen. Creo que se trata de perder el miedo y tener el valor de vivir la experiencia. Un poco más sobre esto lo puedes leer en el artículo «15 errores que cometen los estudiantes de turismo.«
También podemos hablar de los egresados de turismo: las posibilidades de viajar son muy altas. Conozco a quienes se la pasan viajando (y trabajando) en un crucero, los que se han ido a destinos turísticos a vivir para trabajar en un hotel, los que tienen una agencia de viajes y tienen la oportunidad de viajar incluso gratis, los que organizan congresos fuera de su lugar de residencia, mujeres que laboran como azafatas en aerolíneas, entre otras.
Estudiar turismo no es sinónimo de viajar, al menos no en la práctica, pero sí lo puede ser en tu mente, desde el momento en que tomas la primera materia de esta carrera comienzas a hablar e investigar sobre otros destinos y culturas. Eso para mi gusto, es una forma diferente de viajar.
En conclusión, diré que no hay relación directa entre estudiar turismo y viajar, pero sí hay una responsabilidad, casi obligación, por hacerlo.