En mi humilde opinión los esfuerzos del gobierno mexicano por la industria turística son nulos, no existen. Se preguntarán el por qué de tal afirmación, sí el sector aporta importantes bondades al desarrollo económico de la nación, además, vemos promoción de destinos mexicanos por todos lados e inclusive programas para fomentar el emprendedurismo en los negocios del sector; es correcto, pero eso que vemos no son más que estrategias de los gobiernos en turno para mantener una increíble inercia positiva y ascendente que sólo está siendo capitalizada empíricamente.
Nos encontramos en una situación como la que se dio durante la primera década de este milenio, donde los excedentes percibidos por la nación resultado de los altos precios en la cotización internacional de la mezcla mexicana del petróleo, permitió un momento histórico para el país disponiendo de recursos económicos extra, prácticamente ilimitados, que para variar, sepa usted a donde fueron a parar; y qué de bueno para la población dejó esa situación, creo que como siempre, sólo la grata experiencia para el recuerdo y uno que otro politiquero rico nuevo.
Entonces qué está sucediendo o qué tiene que ver esto con el turismo y el semi-abandono de la industria en México, bueno pues que México es un destino importante a nivel internacional no por la actividad gubernamental, si no por las características inherentes de nuestro pais al que mágicamente desde siempre los turistas escogen como su lugar para disfrutar vacaciones y gastar su presupuesto, en gran medida debido a los deseos e imágenes mentales que los turistas alojan en su consciente y subconsciente con respecto al destino, las referencias positivas que les llegan de turistas que han vivido la experiencia y el compromiso de los empresarios turísticos por la profesionalización y calidad de los productos y servicios que ofrecen a los visitantes.
Esto es lo que permite una industria turística mexicana en boga, un sector económicamente rentable, y una actividad que puede ser ciento por ciento sustentable.
A pesar del magro esfuerzo gubernamental de todos los niveles, el Turismo en México crece a pasos firmes, tanto en el ámbito internacional como en el local, y en todas sus especialidades.
Actualmente los gobiernos tanto locales y estatales como el federal, instrumentan diversas estrategias, de las cuales, la mayoría siguen en esta dinámica de éxito empírico del Turismo y sólo algunas brillan por la profesionalidad, multidisciplinariedad, transversalidad y sentido de sustentabilidad de las cuales platicaremos en otras aportaciones.
Firmemente creo que si los gobiernos aplican estos principios y focalizan al Turismo como una industria prioritaria para el desarrollo del país y cada una de sus comunidades, una realidad de bienestar y abundancia nos alcanzaría más pronto que tarde.