Cosalá, Pueblo Mágico ubicado en el noroeste de México, a dos horas en automóvil desde este puerto, tiene una atmósfera muy especial, que proviene de su pasado minero y tradiciones centenarias, cuyas leyendas de fantasmas dejan atónitos a los visitantes.
En la página de la Secretaría de Turismo de Sinaloa se informó que con el propósito de apoyar los programas de promoción y fomento para atraer turismo, la dependencia invitó a los sinaloenses y turistas nacionales y extranjeros a que conozcan y disfruten del patrimonio natural, gastronómico y ecoturístico de Cosalá.
De acuerdo con la información proporcionada, “entre majestuosos cerros que pertenecen a la gran Sierra Madre Occidental, se encuentra un pueblo como suspendiendo en el tiempo, con arquitectura colonial del siglo XVII.»
«A la vez que por las noches la obscuridad avanza, las calles se recubren de una tenue luz que lo envuelve de misticismo”, expuso la dependencia.
En las fiestas de Cosalá, localidad de unos 20 mil habitantes, su quiosco se llena de vida y color y sus capillas y sus casas de arcilla, pintadas de brillantes colores, reflejan aún el esplendor de otros tiempos.
Cosalá, pueblo minero, en tiempos de la Independencia fue considerado como el que tenía la población más prospera del noroeste del país, donde ahora todo es magia y color.
En este destino hay una amplia diversidad de manifestaciones culturales, fruto de su mestizaje y del esfuerzo de su gente por conservar las costumbres de sus antepasados, por lo que es posible recorrer la traza urbana con el ancho de sus calles y banquetas, que no han sufrido modificaciones desde sus tiempos de auge minero.
En esta localidad hay fachadas e interiores que aún se conservan en un 90 por ciento y en la actualidad se realizan trabajos de rescate para alcanzar su esplendor total.
El recorrido por Cosalá incluye el Templo de Santa Úrsula, del siglo XVII, con su altar mayor trabajado en cantera y sus túneles que en la época del virreinato conectaban con las casas de los personajes más importantes de la población.
En el Centro Histórico hay un quiosco tradicional y una zona de monumentos., en donde es posible degustar de unos mariscos, un jugo o unos dulces, en los puestos de su alrededor.
El edificio más antiguo del lugar es la Capilla de Guadalupe, construida de adobe y cantera, entre 1600 y 1700. Además está la Quinta Minera, que muestra el lujo que llegó a tener el lugar en su momento de mayor prosperidad.
Asimismo, los talleres de talabartería enseñan cómo se elabora la mejor artesanía del lugar y los habitantes difunden muchas leyendas de fantasmas en los rincones de este Pueblo Mágico.
Es pertinente destacar una fiesta mágica en este pueblo, cada 11 de diciembre, en la víspera del día de la Virgen de Guadalupe se celebra la esencia de los usos y costumbres de la población local desde hace 300 años.
Poco después de caer la noche aparecen miles de velas que van iluminando las calles y casonas del pueblo. Una mística atmósfera envuelve el lugar, donde los habitantes participan con cirios en la peregrinación, para iluminar el paso de la Virgen por las principales calles, acompañada de bailes como la Danza de Bramadores del Jaguar y el Baile de los Mineros.
Al concluir la peregrinación se ofrece una tamalada, que además invita a degustar empanadas y dulce de leche. Es un evento que se realiza en el atrio de la capilla y sus alrededores, una vez que se personifica la aparición de la Virgen en medio de cantos religiosos.
Fuente: Notimex
