Antioquia, hermoso y acogedor departamento colombiano es un icono en su estilo colonial, basado en la cultura paisa, hospitalaria y servicial, posee 9 subregiones todas llenas de colores y contrastes.
En esta ocasión nuestro viaje iniciará en su capital Medellín para adentrarnos en la maravillosa zona norte del departamento tomando la ruta que traza la ciudad; rápidamente la naturaleza nos empieza a mostrar el verde de sus montañas, bordear la cuenca del río Cauca nos permite adentrarnos paulatinamente en la zona reconocida por su economía ganadera lechera y así ver de cerca aquellas casas que conservan la tradición paisa, casas coloridas con portones de madera y vías al natural por las que transitaban nuestros antiguos campesinos. En general, se percibe que es la región más fresca del departamento, donde ninguno de los municipios de nuestra ruta está ubicada en el piso térmico cálido, hecho extraño si se tiene en cuenta que más del 90% de los municipios colombianos son de clima cálido.
En esta subregión, solo se asientan las cabeceras en lugares fríos y templados. En nuestro recorrido vial nos topamos con áreas rurales de municipios como Barbosa, Angostura y Gómez Plata que en sus linderos nos trazan las montañas de la cordillera central para un recorrido total de 102 kilómetros.
Luego de dos horas de trayecto con el color verde como protagonista llegamos a la tierra de los carolinitas (Carolina del Príncipe), esta hermosa tierra conocida como el Jardín Colonial de América recibe su nombre en honor al príncipe Carlos, Hijo de Carlos III heredero de la Corona de España, descubiertos desde mediados del siglo XVII.
Lo primero que podemos apreciar al llegar al municipio es su parque principal, lugar con mezclas religiosas y culturales que enamoran con su colorido a los ojos de los visitantes: en primer lugar la parroquia católica la cual une a los feligreses que son devotos de la Inmaculada Concepción, a través de la Virgen Conchita de Carolina; en su cuadrícula española se aprecian los balcones coloniales con macetas colgantes que representan la vegetación y la flora de sus montañas adaptadas como decoración obligada entre sus habitantes. El municipio también en su parque principal otorga un espacio para el reconocimiento de personajes artísticos como lo muestra la estatua de Juanes, un famoso cantante colombiano.
Tomaremos una “mototaxi” para poder avanzar hacia uno de los principales destinos ecoturísticos conocido como “la Vega” ubicado a solo 5 minutos del casco urbano, este lugar es el punto de encuentro de caminantes y ecoturistas aventureros; bañarnos en sus frías aguas nos llena de fuerza y vitalidad en esta zona hídrica por excelencia. En la época de la colonización, los colonizadores españoles descubrieron ricos yacimientos de oro en estas aguas, lo que generó que muchos colonos llegaran en ese entonces a estas regiones en busca de los ricos yacimientos auríferos, de esto relatan sus aguas las cuales muestran pequeños destellos dorados.
Cuando finalizaba el siglo XVIII y se agotaban los recursos auríferos de la región, muchos mineros partieron a otras regiones y los que quedaron se dedicaron a la agricultura y al transporte de productos agrícolas y mercancías por los diferentes caminos y trochas de Antioquia. Es entonces cuando se reemplaza la minería por el ganado mular y vacuno. Nace también la actividad del transporte y con ella la arriería. Esta fue considerada como la principal actividad económica de los carolinitas hasta aproximadamente la década de 1950.
Posteriormente, con la industrialización, la arriería dejó de ser una actividad lucrativa no sólo para este distrito sino para los antioqueños en general. Acabado este renglón, los habitantes de la región se dedicaron de lleno a la explotación agropecuaria y especialmente a la lechería. A partir de 1927 la región inicia el desarrollo de sus recursos hídricos con la construcción gradual de embalses hidroeléctricos entre 1927 y 1985.
Gastronomía…
Posterior al baño, el disfrutar de un delicioso plato típico conocido como bandeja paisa acompañado de una deliciosa mazamorra nos hace sentir que probamos una delicia de los dioses nutabes adaptada por nuestros arrieros paisas; luego de esta refrescante estadía decidimos regresar recordando la importancia de la riqueza hídrica de la región y su aporte a la generación de energía, la cual conoceremos en un próximo viaje a nuestro destino norte del departamento de Antioquia.