Ayacucho, PerúEn imagen Ayacucho, ciudad peruana, lugar que ha sufrido las consecuencias del cambio climático / Foto de Pirata Studio Film en Unsplash

Los embates del cambio climático están provocando efectos negativos en los bosques y en las actividades agropecuarias en todo el globo terráqueo; sus efectos dañinos involucran la pérdida de la biodiversidad, de infraestructura y también de muchas valiosas vidas humanas; por ello consideramos crucial para la sostenibilidad ambiental y el bienestar general, proteger y gestionar adecuadamente los bosques.

En lo que va del año 2024, hemos advertido con mayor énfasis diversos incendios forestales acontecidos en Latinoamérica y muchos países africanos, asiáticos y europeos, como consecuencia de los efectos del cambio climático a nivel mundial. Según estadísticas peruanas, del 100 % de estos incendios el 98 % fueron provocados por mentes maquiavélicas que no han podido sopesar lo que conviene o no.

Los bosques son el hogar de más del 80% de las especies terrestres de plantas y animales, proveen refugio y alimento a una amplia variedad de organismos lo que los convierte en centros de biodiversidad, su conservación es esencial para mantener la biodiversidad.

Los bosques son una fuente de recursos renovables como madera, frutos, plantas medicinales y otros productos que sustentan economías locales y globales. Purifican el aire y normalizan el clima; los árboles en los bosques ayudan a regular el ciclo hidrológico, protegen los suelos y advierten la erosión.

El turismo sostenible tiene como su pilar fundamental a los bosques, ellos poseen un valor intrínseco para el bienestar físico y mental de las personas. Proporcionan espacios recreativos y espirituales, y está demostrado que el contacto con la naturaleza reduce el estrés y mejora la salud mental.

Es harto conocido que el cambio climático está propiciando el calentamiento de la tierra (efecto invernadero) y está produciendo, a ritmo acelerado, cambios en el clima; y se prevé que será progresivo en los años siguientes. El año anterior hemos sido testigos de copiosas e inusuales lluvias que han provocado en muchas regiones del Perú y del mundo huaycos e inundaciones, con la secuela de huaycos, derrumbes, pérdidas económicas y también de muchas vidas humanas.

El cambio climatico en Perú

En el Perú, regiones como Amazonas, Ayacucho, Cuzco, Puno, San Martín, Ucayali, Huánuco, entre otras, han sufrido las consecuencias de torrenciales lluvias que han producido deslizamientos, huaycos, inundaciones y erosión de carreteras. Miles de hectáreas de cultivos de pan llevar, café, cacao, plátanos se han perdido por las inundaciones y por la erosión de terrenos de cultivo. 

En la región Huánuco (Perú) todavía recordamos lo acontecido años atrás (antes de la pandemia COVID 19) en Cancejos (provincia de Chinchao) y en Ambo (en la provincia del mismo nombre): intensas lluvias inusuales han propiciado inundaciones, huaycos y derrumbes, como consecuencia del cambio climático global y la deforestación. En Cancejos, la ampliación de las áreas para el cultivo de papa, primero, y después la tala de bosques para realizar plantaciones de hortensias (flores con fines de exportación), han provocado erosión de carreteras, derrumbes, pérdida de flora y fauna y también de valiosas vidas humanas. Para la instalación de las plantaciones de Hortensias -cuyas flores se venden en el mercado nacional e internacional- se han deforestado tierras de protección, lo cual es contrario a la ley peruana y a los conceptos esenciales de la técnica agronómica y forestal. 

En Ambo, las áreas que circundaban al asentamiento humano afectado denominado “El Arroyo”, han sido “peladas” por la deforestación buscando leña para cocinar los alimentos, y no dejaron vegetación arbustiva ni arbórea para proteger los suelos ni a las viviendas. Las coberturas herbáceas, arbustivas y arbóreas son muy importantes para proteger los suelos de la erosión hídrica provocadas por las lluvias, principalmente de aquellos que se encuentran en terrenos con pendientes pronunciadas y sin cobertura vegetal.

El calentamiento global ha provocado en estos últimos tiempos en la Región Huánuco, el incremento de la temperatura en 0.8 ° C en promedio, y se prevé que en los próximos diez años pueda incrementarse en 2° C, lo cual sería catastrófico, considerando que por el intenso calor se produciría una mayor evaporación de las aguas de los ríos y mares, y a la vez, se incrementarían las lluvias en todo el planeta, aumentando los daños y perjuicios.

¿Cómo contrarrestar el cambio climático?

Los conocedores del tema proponen medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Respecto a la mitigación, el objetivo es reducir o prevenir las causas del cambio climático, es decir, disminuir la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que se emiten a la atmósfera. Es un enfoque a largo plazo y busca estabilizar o disminuir las concentraciones de GEI para frenar el calentamiento global. Las acciones propias indican el uso de energías renovables (solar, eólica, hidráulica, etc.), la mejora de la eficiencia energética, reforestar y conservar los bosques, promocionar tecnologías limpias y reducir el uso de combustibles fósiles.

La adaptación al cambio climático contempla un enfoque a corto y largo plazo, visualiza el manejo de los impactos inevitables del cambio climático que ya están ocurriendo o que se espera que ocurran. Conlleva ajustar los sistemas naturales y humanos a los efectos ya presentes o previstos del cambio climático, para reducir su vulnerabilidad o aprovechar posibles beneficios.

Entre las acciones típicas se encuentran la construcción de infraestructuras resistentes a eventos extremos (inundaciones, huracanes, etc.), la modificación de cultivos para soportar condiciones climáticas más extremas, la gestión del agua para enfrentar sequías o lluvias intensas, y que la planificación urbana tenga en cuenta el aumento del nivel del mar o cambios en los patrones climáticos.

¿Qué se está haciendo en Perú?

El Ministerio del Ambiente del Perú ha delineado políticas para contrarrestar los efectos del cambio climático, es decir, en el ámbito nacional existe la normatividad necesaria, lo que falta es que las normas se apliquen y se conviertan en acciones tangibles y que dejen de ser “declarativas”; las autoridades locales y los gobiernos regionales deben priorizar esta tarea.

Es muy importante que se asignen los presupuestos necesarios para las actividades de mitigación y de adaptación al cambio climático. Las leyes y reglamentos en materia ambiental y forestal deben cumplirse a cabalidad y no deben caer en saco roto, no deben ser simples cantos de sirena; lo declarativo, las quejas y lamentos deben desaparecer y que no se incrementen -cada año- los huaycos, derrumbes, deslizamientos y deterioro de carreteras por la galopante deforestación que provoca el ser supremo de la creación: el hombre.

Se hace urgente y necesario el cambio en los patrones de conducta de las personas a nivel mundial -en lo que concierne al uso de los recursos naturales-, entre ellos de los inagotables, los renovables y los no renovables, en caso contrario será el fin de todo.

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Por Clodoaldo Credo

🇵🇪 Ingeniero Agrónomo, especializado en Ciencias Forestales por la Universidad Nacional Agraria de la Selva. Estudios de segunda especialidad en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Escuela Académico Profesional de Comunicación Social (Lima, Perú). Investigador independiente en temas de agroforestería, comunicación agroforestal y turismo rural.

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