Hace un par de semanas se publicaron en las redes sociales, las imágenes de un caballo de calandria que colapsó en la avenida Chapultepec de Guadalajara, las fotografías provocaron el descontento de extensos sectores de la sociedad tapatía, quienes exigieron al ayuntamiento que se erradique por completo esta práctica turística.
Tras este último hecho, el ayuntamiento de Guadalajara -a través de la dirección de Gestión por los Derechos de los Animales- realizó una revisión de los 101 caballos registrados ante el municipio con 55 calandrias.
De acuerdo a Érika Magdalena Pérez Mejía, funcionaria del departamento, “las revisiones son físicas, médicas y psicológicas, además de vacunar, desparasitar se está poniendo medicamento para parásitos externos.”
Hoy se dieron a conocer las reformas al reglamento sanitario de control y protección animal, entre las que se incluye un apartado específico que pretende regular el uso de calandrias en la ciudad.
Entre las nuevas regulaciones se propone la verificación periódica de la salud de los caballos, además se determina el establecimiento de rutas para las calandrias. El ayuntamiento además pretende comprar con recursos públicos las nuevas calandrias, “más ligeras y adecuadas”.
En una entrevista publicada en milenio.com, Don Miguel, calandriero desde hace 30 años afirma:
“Nosotros respetamos, alimentamos y cuidamos en todo a nuestros caballos, que además de ser muy agradecidos son nuestra fuente de trabajo. Cuando vemos compañeros que tratan duramente a sus pencos les imponemos una sanción, porque si no los dejamos trabajar estaríamos atentando contra su fuente de ingresos”
Los paseos suelen tener costos de entre 200 y 300 pesos, y recorren sitios como el Templo y el jardín del Carmen, el Parque Revolución, el Expiatorio de Guadalajara, la zona del centro y la avenida Chapultepec.
Muchos en Guadalajara creemos que -a pesar del arraigo histórico de las calandrias como símbolo de la ciudad- es tiempo de dejar atrás esta tradición y proveer de empleos que no impliquen maltrato animal.
¿Tú qué opinas del uso de calandrias? ¿Te parece una tradición digna de ser preservada o consideras que debería desaparecer? ¿Crees qué sea posible regular este negocio o sería mejor prohibirlo?