Cementerio José María Azael Franco, atractivo turístico de Ecuador

Vista del cementerio desde el mirador / Fotos de Alba Telag

El Cementerio José María Azael Franco, ubicado en Ecuador, en la ciudad de Tulcán, provincia del Carchi, tiene sus inicios en el siglo XIX. En 1830, la ciudad de Tulcán era un pequeño pueblo que crecía rápidamente debido a su ubicación estratégica en el camino entre Quito y Pasto, ya que se encuentra en la frontera con Colombia. En ese momento, la ciudad no tenía un cementerio oficial, y los entierros se realizaban en terrenos privados o en la iglesia local.

En 1850, el presidente de la República del Ecuador, José María Azael Franco, ordenó la construcción de un cementerio oficial en Tulcán, que se llamó «Cementerio General de Tulcán» y se ubicó en un terreno donado por la familia Franco. Durante el siglo XIX y principios del siglo XX, se convirtió en un lugar de entierro para las familias más prominentes de la región. Varios de sus monumentos y mausoleos datan de esa época.

Después del terremoto en el año 1923 que sacudió a la ciudad, fue reubicado en Av. Cementerio y Cotopaxi y reconstruido en un terreno más grande y con mejor acceso para ser más seguro y respetuoso con los difuntos. Desde entonces, se convirtió en un lugar de gran importancia para la ciudad de Tulcán, al grado de ser reconocido como atractivo turístico cultural de jerarquía IV.

Interior del cementerio.

El 28 de mayo de 1984, el cementerio José María Azael Franco fue declarado «Patrimonio Cultural del Estado» por el Instituto de Patrimonio Cultural del Ecuador. Y el 23 de agosto del mismo año, la Dirección Nacional de Turismo lo declara, junto a sus jardines interiores, como “Sitio Natural de Interés Turístico Nacional” por su paisajismo, arquitectura y arte.

Ostenta un premio nacional como el “árbol más importante del Ecuador” en la categoría de mayor relevancia turística. La entidad que se encarga de su cuidado y mantenimiento es la alcaldía de Tulcán.

Atractivos turísticos del cementerio José María Azael Franco

El campo santo tiene una extensión de 8 hectáreas y está dividido en 2 fases: «El Altar de Dios», realizada por el escultor José María Azael Franco, y «El Parque de los Recuerdos» por Lucio Ramón Reina. Alberga 309 figuras hechas en árbol de la especie ciprés; la primera diseñada se llama “Camino al cielo”, que significa el pasaje donde inicia el camino hacia la eternidad de forma espiral para poder subir hacia el cielo.

«Camino al cielo».
«Ángel de la muerte»

En un recorrido por el interior, se puede apreciar el Monumento a la Segunda Misión Geodesa Francesa, donde descansan dos científicos de la Academia de Ciencias de París, Charles Rousell y Polidori Espinosi, el segundo sargento en Ecuador a cargo del Servicio Geográfico del Ejército Francés. Su principal objetivo era el de extender el arco de meridiano trazado por los primeros científicos franceses y corroborar la información recopilada en aquella ocasión.

El monumento a la Virgen de la Piedad representa a la figura original de mármol del artista Miguel Ángel. Simboliza a la Virgen María sosteniendo en sus brazos a Cristo muerto, cuyas vestiduras se expanden con numerosos pliegues. Fue elaborada por el artista José Antonio Chuquin en piedra conocida como andesita. El monumento a la Virgen de la Legarda pisando la serpiente como triunfo de lo divino sobre Satanás fue elaborado por el artista José Antonio Chuquin; ambos se instalaron en 1988.

Existen, además, figuras de ciprés de la época precolombina. Y otras más que representan la flora y fauna ecuatoriana, figuras egipcias, romanas y griegas, arcos de medio punto, pilones, mascarones, etc.

Figura indigena.

Desde el mirador del cementerio se puede visualizar, en días soleados, el volcán Cumbal que pertenece a Colombia y el volcán Chiles de Ecuador.

En sus alrededores se pueden visitar atractivos turísticos como: El Parque Ayora, Museo de la Casa del Carchi, la iglesia San Francisco, el Ecoparque y la gastronomía.

El cementerio José María Azael Franco es un lugar de descanso para los difuntos; su valor histórico lo convierte en un atractivo turístico cultural y artístico único y fascinante.

Visitar el cementerio es una oportunidad para experimentar la cultura y las tradiciones de la región, y aprender sobre la historia y la vida de las personas que descansan allí, así como impresionarse por las esculturas en verde podadas artísticamente y su arquitectura única en el cementerio.

Información importante para los visitantes

La entrada es gratuita; se realizan recorridos nocturnos; y cerca de la zona se venden artesanías y alimentos. Además, hay fotógrafos profesionales que pueden tomarte la foto del recuerdo.

Se recomienda no tocar ni subirse en las figuras de ciprés, no ingerir bebidas alcohólicas, no botar basura, no sustraer las plantas, utilizar correctamente el agua en los puntos estratégicos, no grafitear y no fumar. Si no se respeta esto, se pueden hacer merecedores de una sanción.

Alba Telag: 🇪🇨 Licenciada en Turismo. Actualmente, recepcionista en una hostería. Me siento orgullosa de ser una profesional del turismo, ya que este sector aporta significativamente al desarrollo humano y cultural de la sociedad. Apasionada de la gastronomía y la fotografía. Me gusta conocer atractivos turísticos naturales y culturales.
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