La transformación y adaptación constante de la sociedad y de las instituciones de enseñanza superior, representan un fenómeno prioritario en los procesos de cambio mundial que debemos enfrentar y resolver.
Los cambios en el sector turístico y en la gestión de sus organizaciones, exige como punto fundamental contar con la disponibilidad adecuada de capital humano cualificados, profesionistas con un claro compromiso y convicción al cambio, a su formación interdisciplinaria, con capacidad de concordancia, con visión panorámica, creatividad y habilidades que, generalmente, no se les proporcionan a través de una estructura curricular rígida en las carreras universitarias.
Los diferentes niveles de organización en las empresas turísticas deberían contar a plenitud con las capacidades necesarias, especialmente en aquellos niveles que toman o influyen en las decisiones estratégicas, donde se definen políticas y líneas de comportamiento humano.
El conjunto de posiciones en la estructura de la empresa turística en donde se demanda capacidad de gestión profesional es de gran amplitud. Las tendencias y complejidad de la gestión de las empresas de este sector van aumentando continuamente el número de esas posiciones e incrementando los requerimientos de cualificación necesarios.
Por otra parte, el acceso del turismo a nuevos campos y la apertura de programas nunca antes desarrollados, plantea exigencias de competencias profesionales de alta especialización. La satisfacción de estas necesidades tiende a darse por diversas vías. Entre la que se proponen están las siguientes:
- El desarrollo de competencias profesionales de los directivos, gerentes o ejecutivos que en la actualidad ocupan posiciones que requieren de una mayor compresión y manejo de sus funciones.
- Mejor atención y mayor prioridad a los graduados en las carreras de turismo para ocupar diversas posiciones y funciones dentro de las organizaciones del sector, profesionalizar la administración y operación de las empresas e instituciones.
- Capacitación y actualización contante en todas las áreas y, en particular, en las que se requiere de alta especialización.
Todo lo anterior ha generado una demanda global de capacidad de gestión, que está tomando grandes proporciones en todo el sector turístico. Este crecimiento ha de contemplar al ser humano ya no como un sujeto solitario sino como un individuo con gran capacidad asociativa basado en la reflexión, en el cambio y la adecuación constante.
Corresponde a las universidades e instituciones con carreras en turismo cumplir con ciertos patrones de las competencias profesionales si no se desea tener egresados, aparte de mal pagados, fuera de los mercados profesionales tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, ver a estas instituciones con una perspectiva a futuro, no consiste en establecer qué estudios impartirán, qué profesores tendrán, qué sistemas didácticos y pedagógicos emplearán o implantarán. Si su misión en el desarrollo del estudiante, han de definirse cuáles son las competencias profesionales y virtualidades humanas que requieren engrandecerse de modo especial.
Aunque es necesario reconocer que el nivel jerárquico que el egresado ocupe en una determinada empresa del ramo, dependerá, entre otros factores, de la magnitud de la misma, del conocimiento que de ella se logre, de la experiencia ganada dentro y fuera de ella, y de los resultados que obtenga de sus funciones, pero sobre todo, de su plataforma de conocimientos y preparación.