Dentro de la industria turística, ya se ha comenzado a reflexionar sobre el impacto negativo o positivo que genera un aspecto que va más allá de lo económico y de lo medioambiental, el cual tiene relación directa con lo social. Este aspecto no sólo conduce a los trabajadores turísticos a identificarse como pieza del engranaje que se vincula con este mercado, sino que a un número importante de habitantes de un destino que no se siente o ignora que es parte de este sistema. Uno de los factores considerados hoy en día como determinante para posicionar y obtener el éxito turístico de un destino, es que todos los que de alguna u otra manera intervienen en el desarrollo de esta actividad, estén conscientes de su rol de promotor y de anfitrión. El turismo tiene un carácter universal y su desarrollo contempla y beneficia a todos, pero falta que la sociedad en general tome conciencia de estos beneficios y que se asuma en plenitud.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define el concepto de conciencia, como el “conocimiento interior del bien que debemos hacer y del mal que debemos evitar”. Se puede establecer que la conciencia turística es la identificación total o parcial de la población con los principios y responsabilidades que se involucra en esta actividad, lo que conlleva a tener el conocimiento reflexivo en la importancia de esta industria y del impacto que genera.
La conciencia turística se sustenta en tres principios básicos, los cuales se pueden lograr mediante campañas de educación local (Colegios, universidades, policías, municipios, servicios públicos, etc.):
- Tener conductas y actitudes que favorezcan el trato amigable y cálido hacia los turistas.
- Respetar, difundir y proteger la identidad, el patrimonio y la cultura local, como de otros atractivos turísticos existentes.
- Apoyar los esfuerzos realizados desde el sector público y privado por la promoción del destino.
Dentro de las estrategias impulsadas por organizamos internacionales, se resalta y se valora la iniciativa generada por la OMT (Organización Mundial del Turismo) y la Red Española de Pacto Mundial, los cuales estipularon a través de un convenio, la colaboración de algunas empresas privadas del rubro turístico Español, quienes implementaran programas de responsabilidad social y cuyo nombre es: “Turismo responsable, un compromiso de todos”. Si bien esta medida es apoyada por el principal ente mundial en la materia y uno de los países más visitados del mundo, esta iniciativa puede ser contemplada y ajustada en países o gobiernos comprometidos de igual manera con su desarrollo turístico.
Para mi parecer, la conciencia turística es uno de los pasos que se necesita dar dentro de la actual sociedad, en donde las entidades públicas o gubernamentales vinculadas a esta industria, son quienes deben crear las instancias de trabajo con las instituciones privadas, fortalecer el sector gremial y generar campañas de marketing tanto nacional como internacional para la difusión del destino. Por lo tanto el gobierno, las empresas, las asociaciones o gremios, instituciones educacionales y personas particulares, se deben involucrar para adquirir esta conciencia turística y así aportar a las soluciones sostenibles que mejoraran la calidad del destino.
¿El turista debe tener conciencia turística?
Efectivamente esto debe ser recíproco, ya que el turista debe respetar a las personas, la cultura, el entorno y el medio ambiente del lugar que escogió para visitar. La educación del viajero en este aspecto es clave para preservar y mantener la armonía del destino, acción que facilita su convivencia y el diálogo, más allá de las barreras que se puedan generar por la diferencia de idiomas o culturas.
Soy un convencido que se debe apostar por la creación de conciencia turística en los destinos e incorporarla dentro de la cadena de valor que aporten al desarrollo de un turismo más sostenible. Esto, más el crecimiento económico, la vinculación como la educación sectorial y el respeto al entorno son conceptos básicos que deben ir entrelazados en todo momento.