El auge del turismo, como fenómeno clave en la reactivación económica a nivel mundial, nos enfrenta a una novedosa, pero práctica forma de subsistir en un mercado donde la oferta de nuevos productos y servicios va a ser cada vez más intensa.
La actividad turística, por sus características, involucra a una gran cantidad de empresarios y emprendedores en su cadena de servucción: transporte, alimentos, alojamiento, servicios recreativos y muchos otros, compiten en un mercado cada vez más saturado de ofertas que, en la mayoría de los casos, no han contado en su estructuración con factores diferenciales que las vuelvan únicas, pero a la vez complementarias a otras presentes en su región.
Hasta los mismos atractivos, llámense naturales o patrimoniales, enfrentan esta misma situación pese a la particularidad y singularidad que tiene cada uno, las cuales los podrían hacer ver como exclusivos, pero que, en muchas ocasiones, por su concepción comercial, parecen réplicas exactas de otros ya existentes.
Es ahí donde el término “coopetición”, entra a jugar un fundamental papel, para el desarrollo de una actividad, que se debe alimentar y beneficiar de la diversidad y variedad de sus oferentes.
La coopetición se define como la colaboración oportuna entre diferentes actores económicos que son además competidores. El término es una mezcla o una fusión entre dos palabras: cooperación y competición; se trata de una palabra-fusión, o sea de un neologismo que se genera uniendo el principio de una palabra con el fin de otra palabra. Pero a su vez, este término involucra toda una serie de aprendizajes nuevos para el empresario, desde el cambio de su condición individualista hasta convertirlo en un ser colaborativo, que aprende, goza y se beneficia con el éxito de los demás.
Un destino turístico, entre más y mejores atractivos, hoteles, restaurantes, transportadores, sitios de esparcimiento y recreación, entre otros actores de la cadena de servucción, tenga presentes en su territorio, y a su vez, que estos trabajen articuladamente con el único objetivo de volver competitivo el destino, tiene en este enfoque, la clave del éxito para el desarrollo turístico de una región. Inclusive la coopetencia turística debe ir más allá de solo los actores de un territorio y debe estar también dispuesta a involucrar actores interregionales que puedan aportar por medio de alianzas estratégicas a la cohesión de los destinos.
Existe en Colombia y más específicamente en el Departamento del Huila, un proyecto que le apuesta a este concepto, denominado “Territorio Páez”, que a la fecha propende por la unión de esfuerzos entre operadores y empresarios turísticos de nueve destinos, de dos departamentos, y que tiene abiertas sus puertas a alianzas interregionales para hacer del Sur Colombiano, un modelo a seguir en materia de integración turística.
Los empresarios de este magnífico territorio han empezado a comprender que expresiones tan resonadas como “la unión hace la fuerza” o el tan famoso y legendario lema de los mosqueteros de Dumas “todos para uno y uno para todos”, no son solo frases de cajón, sino una de las estrategias de competitividad más agresivas del mundo actual, si queremos incursionar con éxito en un mercado mundial.
