Cuando escuchamos el nombre del país asiático nos viene a la mente los avances tecnológicos, los espectaculares bailes de K-pop, grandes ciudades y deliciosa comida callejera, pero ¿Sabías que la marca país Corea del Sur es una de las veinte marcas más valiosas, además de fuerte, a nivel global? ¿Cuál es la influencia que ha tenido la ola coreana en el crecimiento del sector turístico?
En este artículo, abordaremos, desde un punto de vista turístico, la importancia de la ola coreana (hallyu) en el fortalecimiento de la country brand Corea del Sur, tomando en consideración la promoción y difusión del patrimonio histórico, cultural y natural que el país posee.
En el reciente reporte de Nation Brands 2022, elaborado por Brand Finance y publicado en el mes de septiembre del presente año, la marca Corea del Sur ingresó en el top 10 de las marcas más valiosas, con un valor estimado en $1,911 billones de dólares.
Si retrocedemos a la década de los años cincuenta, Corea del Sur era un país devastado por la guerra, azotado por la hambruna y la pobreza, su débil economía se sustentaba en las prácticas agrícolas, encontrándose en una difícil situación política y social.
Sin embargo, en los años sesenta comenzó un lento proceso de industrialización aunado a un cambio significativo en su política exterior, enfocando los esfuerzos productivos hacia una cultura de la calidad, eficiencia y productividad en las empresas dedicadas a la manufactura y exportación; sin dejar de lado la importancia de la inversión en los rubros de ciencia y educación de calidad.
Para el inicio del nuevo milenio, Corea del Sur ya era conocida por albergar la Copa del Mundo 2002, en conjunto con Japón. Ya teniendo presencia a nivel global debido, principalmente, a la exportación de modernos electrodomésticos y novedosos aparatos tecnológicos de gran calidad, posicionándose en la mente del consumidor e influyendo en el proceso de compra.
La firma de tratados comerciales internacionales, significó un incremento en las exportaciones; el asentamiento de empresas surcoreanas en otros países, generó a su vez, un intercambio cultural entre naciones, mejorando sus relaciones.
Corea del Sur ya era una nación reconocida por el rápido crecimiento económico y sus aportaciones tecnológicas. Con el objetivo de difundir y promocionar la cultura surcoreana, poco a poco, la ola hallyu fue haciendo acto de presencia, a través del entretenimiento, con la llegada de los K-dramas, la música y el K-beauty a diversos países de Asia, Europa, Estados Unidos y América Latina, en donde generó un enorme interés por el aprendizaje del idioma, la historia, cultura y gastronomía. Cada vez las personas buscaban conocer más y más del país asiático. Los seguidores de la ola coreana hicieron acto de presencia: surgieron las primeras comunidades online en donde los blogueros elaboraban artículos que satisficieron la necesidad de los lectores, de conocer más sobre Corea del Sur. De una u otra forma, estas personas lograron difundir la cultura, gastronomía e historia, llegando a miles de cibernautas a nivel mundial.
Ésta situación, naturalmente, llamó la atención de los medios comunicación internacionales, quienes hicieron eco de conciertos y eventos culturales realizados por las embajadas coreanas.
Es aquí, donde las industrias de la música, tecnología, entretenimiento, literatura, alimentación y belleza han jugado un papel relevante para el fortalecimiento de la marca país.
Con la emisión de películas y dramas se ha logrado afianzar la idea que Corea del Sur es una nación moderna y tradicional, que cuenta con imponentes complejos arquitectónicos antiguos desde el naciente Goryeo hasta los modernos rascacielos de Seúl; divulgando la infraestructura urbana existente, la interconexión aérea, marítima y terrestre, permitiendo admirar las bellezas naturales que posee Corea del Sur: desde el emblemático río Han con sus luces de colores, pasando por los hermosos parques públicos en otoño, hasta la lejana Isla Jeju; en donde las haenyeo, con su valiosa aportación, han sido inscritas en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La historia del país cada vez es más accesible para el cibernauta, al contar con una variada oferta de contenidos, traducidos a varios idiomas, tanto por profesionales como aficionados de la cultura.
Incluso, la música ha despertado un genuino interés por aprendizaje del idioma, el cual cada vez es más asequible para aquellos interesados en hablarlo; pues existe mayor oferta en aplicaciones y cursos gratuitos o con precios accesibles.
Las exportaciones de productos surcoreanos se incrementan año con año; ya no se limita solamente a la industria automotriz, petrolera o tecnológica, ahora se envían miles de millones de alimentos, libros, productos de belleza, indumentaria, papelería, artesanías, álbumes musicales, películas, regalos, entre muchísimos artículos más.
Todos estos factores han influido positivamente en el fortalecimiento de la marca Corea del Sur, y por ende, los potenciales viajeros toman en consideración al país para visitarle y conocer un poco más de su cultura. Quieren vivir una nueva experiencia y conocer los sitios emblemáticos que se promueven en películas y series.
Para el año 2020, el sector turístico empleaba a más 191 mil surcoreanos en los diversos establecimientos de alimentos y bebidas, alojamiento, transportación aérea, terrestre y marítima, y servicios de viajes.
Las llegadas internacionales, en el año 2019, se establecieron en 2,155,756 visitantes extranjeros, un porcentaje considerable fue motivado por influencia de la ola coreana.
De acuerdo con las cifras presentadas, en 2018, por The Observatory of Economic Complexity, los servicios de viaje ascendieron a 15.3 mil millones de dólares; en cuanto al tema de las exportaciones, para agosto del presente año, el valor se calcula en $56.9 mil millones de dólares.
El crecimiento y fortalecimiento de la marca Corea del Sur representa el esfuerzo conjunto entre gobernantes, ciudadanos y empresas, un proyecto al que se le ha dado seguimiento durante las últimas décadas.