Después de la pandemia del COVID-19, en el Alto Huallaga cambiaron las costumbres y las actividades económicas que desarrollaban los pobladores de esta parte del Perú. Sin lugar a dudas, los cambios tienen matices diferentes dependiendo del color del cristal con que se mire. La mayoría de las miradas están centradas en la conservación de la naturaleza, principalmente de los bosques.
En mi opinión, el turismo sostenible busca maximizar los beneficios positivos de las actividades turísticas, a la vez que minimizar los impactos negativos y asegurar que las experiencias turísticas actuales no comprometan las oportunidades para las generaciones futuras de visitantes nacionales e internacionales y residentes locales.
El Alto Huallaga es una región geográfica del territorio peruano que abarca principalmente la zona de las cuencas altas del río Huallaga, en la selva central del país. No existe una superficie territorial exacta, debido a que no se trata de una división administrativa formal como un departamento o provincia; debido a ello no hay una delimitación precisa.
Varios departamentos de la selva central del Perú, principalmente en las regiones de Huánuco, San Martín y Ucayali forman parte del Alto Huallaga. Esta región es conocida por su importancia histórica y cultural, así como por su biodiversidad y su papel en la economía del país, especialmente en la producción de café, cacao, bananos, plátanos, cítricos y otros cultivos amazónicos.
Entre las notables ciudades comprendidas en este vasto territorio se encuentran Huánuco, la capital del departamento del mismo nombre, Tingo María, la capital de la provincia de Leoncio Prado, Aucayacu, capital del distrito de José Crespo y Castillo y en la Región de San Martín, entre las principales las ciudades se encuentran Nuevo Progreso, Santa Lucía, Uchiza, Tocache, Sacanche y Saposoa, entre otros.
Diversas entidades nacionales y regionales peruanas están generando expectativas y de alguna manera promocionando el turismo sostenible en áreas de carácter privado y dentro de las áreas naturales protegidas. El objetivo general es difundir las bondades de estas áreas naturales para el uso de los servicios ambientales, difusión y concienciación de la importancia de la conservación de las cabeceras de cuencas, que son las áreas donde “nacen” las aguas que se utilizan para el consumo doméstico, industrial y para la agricultura donde las lluvias no abastecen lo suficientemente las necesidades de los vegetales que se cultivan, y principalmente para la conservación y protección de los bosques.
Departamentos como San Martín, Loreto, Ucayali, Huánuco, Amazonas, Junín y Pasco poseen exuberantes bosques y áreas naturales protegidas y, cada vez la población local y nacional les está otorgando la importancia que merecen, por ello el turismo sostenible -en estos departamentos- está en auge por la participación de turistas nacionales e internacionales que los visitan.
Aparte de las áreas privadas, las áreas naturales protegidas como los parques nacionales, los santuarios nacionales, las reservas paisajísticas, los refugios de vida silvestre, las reservas comunales, los bosques de protección y las zonas reservadas son las más visitadas.
A nivel mundial existe demanda y preocupación de los turistas por el turismo de la naturaleza. Coexiste una creciente demanda y preocupación por este tipo de turismo, según encuestas realizadas por empresas promotoras de turismo: el 60 % de los viajeros ha revelado que es más probable que se incline por un alojamiento si éste es ecológico; el 36% de los turistas ha manifestado su interés por planificar viajes más respetuosos con el entorno y alrededor del 4 % de turistas ha declarado su deseo de participar en algún eco tour.
El Alto Huallaga cuenta con un potencial turístico significativo debido a su riqueza natural y cultural. Entre sus principales atractivos se incluyen la observación de aves en las reservas naturales, el canotaje en el río Huallaga, visitas a comunidades indígenas y la posibilidad de conocer la producción de bananos, plátanos, café y cacao en fincas locales.
Posterior a ello, detrás de la pandemia, los pobladores citadinos han reforzado sus conceptos relacionados con la cultura y cosmovisión amazónica. Según el conocimiento amazónico, las plantas tienen distintos espíritus que pueden influenciar el mundo material y los cuerpos humanos, y pueden comunicarse con la gente. Esta perspectiva de la naturaleza se encuentra en continuo crecimiento de manera exponencial.
Créditos
- Imagen1: By Josue Hermoza – Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=50563348