Cultura, ¿símbolo de identidad o mercancía turística?

La Danza de los Voladores (de Papantla) es una manifestación Cultural de México, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

De acuerdo con cifras brindadas por el barómetro1 de la Organización Mundial del Turismo (OMT, 2019), México ocupa el 7° lugar por llegada de turistas provenientes de todas partes del mundo en el Ranking de Turismo Internacional y el décimo sexto por ingreso de divisas gracias al ejercicio de esta actividad.

Ahora bien, la práctica turística conlleva una interacción sumamente cercana con la cultura, dado que, al momento que una persona llega a un lugar distinto al que reside entra en contacto con un contexto en el que hay formas de vida, lenguaje, gastronomía, costumbres y tradiciones diferentes a las propias; de ahí que para muchas personas el hecho de familiarizarse con una ola cultural novedosa o desconocida, despierte un interés que en parte puede llegar a ser un punto de motivación para realizar su viaje. De lo anterior se puede decir que el turismo y la cultura van de la mano; sin embargo, hay que prestar atención al hecho de que en múltiples ocasiones la cultura pasa a ser un “valor agregado”, es decir, cuando se atribuye a ésta el gasto extra que el turista realiza en el destino que visita al llevar a cabo actividades asociadas con la cultura.

Claro que, ¿Acaso hay perjuicios con el hecho de que la actividad turística obtenga ingresos económicos a través de la cultura? Ante esta pregunta, quizá la mayor parte de respuestas serían un absoluto “no” y es que respecto a ello no hay inconveniente, el problema comienza cuando el componente cultural de determinado sitio deja de ser visto desde la pureza cosmogónica como la muestra del legado patrimonial e histórico de los antepasados y pasa a ser una “mercancía”. Explicado en ejemplos de casos reales, podría señalarse a los voladores de Papantla quienes tal vez no sólo realizan tal plegaria ancestral en determinadas ocasiones, sino que lo hacen numerosas veces en un fin de semana para que los turistas lo aprecien, en ese sentido las personas (comunidad local) se convierten en objetos y la cultura se mercantiliza, pues, los saberes, usos, danza, platillos, música y demás aspectos tradicionales propios del lugar dejan de observarse como un sentido de vida, dicho de otra forma, estas manifestaciones se hacen pero sin la cosmovisión de su origen. 

Cabe resaltar que, el folclore en México es un componente patrimonial e histórico de gran relevancia, mismo que puede admirarse en cada uno de sus Estados, incluso puede establecerse una interacción más profunda en la que se participe de manera respetuosa, crítica y abierta con los habitantes para conocer a grandes rasgos la razón de ser y el significado de las múltiples expresiones culturales que se poseen. Bajo esta premisa, lo que se pretende es defender la importancia de valorar el gran legado cultural que distingue a México, mismo que de ser transmitido de manera pura puede aportar conocimientos acentuados a los turistas y no sólo entregarse como un simple souvenir. 

Es decir, si la cultura se muestra de forma vacía se estaría minimizando la gran e invaluable diversidad cultural que a nivel internacional brinda un sentido identitario y se pierde el grado de conocimiento acerca de la nación que puede compartirse con los millones de turistas que visitan este colorido país. De ahí que, debe hacerse un uso racional y consciente de lo que se vende al turista y pensar si es que se quiere trascender de manera onda y auténtica la cultura, echando mano del turismo para llegar a miles de personas internacionales que vienen a México o si se prefiere emplear dicha actividad como el tirano que transforma a las comunidades en títeres y a la cultura en fetiche para lograr ventas mayores y obtener meramente beneficios económicos. 

Referencias

  1. Barómetro: Según la RAE, cosa que se considera índice o medida de un determinado proceso o estado
Angelica C. Gomez Alvarez: 🇲🇽 Lic. en Turismo por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex). Mi mayor aspiración: ejercer e inculcar un turismo sostenible, responsable y consciente.
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