Uno de los orígenes del turismo es el Gran Tour que se desarrolló en Europa en el siglo XVII. También llamado Grand Tour, consistía en que las élites más poderosas del viejo continente aprovechaban su poder económico para costearse viajes por países como Italia, Francia, Grecia y Alemania, a los que visitaban para adquirir conocimiento de las artes y en general de la cultura, así como entornos naturales; pero además, era un viaje de placer y de diversión. “Al principio, tan sólo era realizado por la aristocracia más adinerada, enseguida se extrapoló a otras capas de la sociedad. El Grand Tour se convirtió en un fenómeno cultural que otorgaba prestigio social entre aquellos segmentos de la sociedad desprovistas de abolengo” (Suarez Huerta, 2016)
Luego de esta etapa, poco a poco el turismo se fue democratizando para las grandes masas; fue aproximadamente en la década de los 60 cuando los conocidos baby boomers se convierten en la primera generación que tenía la posibilidad de viajar constantemente sin restricciones aparentes, lo que a través de las siguientes décadas llevó al turismo a establecerse como una actividad altamente demandante debido a las facilidades de acceso que brindaba a las personas (en este caso a los turistas).
Es así como el turismo internacionalizado y globalizado desarrolló la accesibilidad para realizar viajes masivos, y pronto grandes grupos de personas comenzaron a viajar por todo el mundo, experimentando viajes lujosos o modestos, de acuerdo con la posibilidad de cada uno de ellos.
Actualmente, y a pesar de la pandemia del COVID-19, el turismo espacial y sus soñados viajes a la Luna, parecen regresar al turismo a sus orígenes cuando ofrecía un porvenir inmediato, y donde (como ahora) sólo las élites más poderosas y con grandes fortunas podrán viajar debido a los altos costos que implican este tipo de desplazamientos. Empresas como SpaceX con Elon Musk, Virgin Galactic y Blue Origin se mantienen en pro del desarrollo de este tipo de viajes que muy pronto podrían ser una realidad elitista, por lo que la historia del turismo tiende a repetirse. En el caso particular de Virgin Galactic ya ha vendido sus primeros boletos para aproximadamente 600 personas con un precio que va desde los $200,000 a $250,000 dólares por pasajero. (Sheetz, 2020)
Las conquistas por el territorio lunar, actualmente se encuentran en disputa con el llamado “Acuerdo Internacional Artemisa”, donde las principales potencias mundiales comienzan a dividirse el pastel lunar y espacial, además de establecer protocolos y principios políticos, económicos y humanos en el destino lunar. “Estos acuerdos son un primer intento de organizar lo que sería una exploración y explotación sostenida de la Luna con fines comerciales”(Serrano, 2020), esto mediante la delimitación de zonas seguras, tal vez la minería espacial y tal vez la privatización lunar. Existen muchos puntos de vista con relación a este tema, algunos expertos y líderes lo aprueban apelando a que todo destino debe organizarse para evitar los conflictos que se puedan presentar e incluso bélicos en el espacio, otros más comentan que dicho acuerdo es el principio de la apropiación lunar, dejando a las demás naciones, que no pertenecen a los grupos de potencias, sin opinión ni participación espacial ni lunar.
Sin embargo, países como Estados Unidos han comenzado a tomar cartas en el asunto con su nuevo programa militar y espacial United States Space Force (USSF), donde básicamente su principal objetivo es “un servicio militar que organiza, entrena y equipa fuerzas espaciales con el fin de proteger los intereses estadounidenses y aliados en el espacio y proporcionar capacidades espaciales a la fuerza conjunta”. Las responsabilidades del USSF incluyen: “el desarrollo de guardianes, la adquisición de sistemas espaciales militares, la maduración de la doctrina militar para el poder espacial y la organización de las fuerzas espaciales para presentarlas a nuestros comandos de combate”(USSF, 2020).
En este sentido existen dos cuestiones principales:
- ¿Los viajes espaciales elitistas son sólo la antesala de los viajes espaciales más democratizados?
- O más bien, ¿aún no se aprende de los errores pasados de discriminación que como humanidad viajera se tuvo que enfrentar?
Concluir que las brechas entre ricos y pobres, económicamente hablando, son muy grandes a la hora de hablar de turismo. Sin duda, el recurso económico será el motor que movilice los viajes espaciales, sin este recurso no se podrían desarrollar los grandes y ambiciosos proyectos, ni invertir en la industria espacial. Un presupuesto limitado no alcanza para generar una buena comunidad científica y adquirir los materiales costosos. No obstante, en esta época de pandemia donde se debe repensar el turismo, se vuelve necesaria la democratización del turismo, un turismo económicamente accesible para todos aquellos que gusten de viajar no solo dentro de nuestro planeta tierra, sino fuera de él, al espacio. Por lo pronto los viajeros pobres deberán esperar mucho tiempo, no se sabe cuánto, para que tengan la dicha de poder ver hacia abajo y no hacia arriba el cielo atmosférico de nuestro planeta desplazándose y admirando su belleza dentro de una nave espacial, tal vez algún día su sueño se vuelva realidad.
Referencias
- Serrano, C. (2020). Qué son los Acuerdos Artemisa con los que EE.UU. planea la minería en la Luna (y por qué causan tensión con Rusia). BBC. https://www.bbc.com/mundo/noticias-52780950
- Sheetz, M. (2020). How SpaceX, Virgin Galactic, Blue Origin and others compete in the growing space tourism market. CNBC, 1. https://www.cnbc.com/2020/09/26/space-tourism-how-spacex-virgin-galactic-blue-origin-axiom-compete.html
- Suarez Huerta, A. M. (2016). EL GRAND TOUR: UN VIAJE EMPRENDIDO CON LA MIRADA DE ULISES. ISIMU, 254–279. https://revistas.uam.es/isimu/article/view/3332
- USSF. (2020). USSF MISSION. USSF. https://www.spaceforce.mil/About-Us/About-Space-Force/Mission/