En las últimas semanas se ha hablado mucho de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Los desacuerdos entre las 2 economías más grandes del mundo terminan afectando al comercio mundial, y el turismo no es la excepción a la regla.
La demanda turística internacional constituye el sector más importante de la demanda turística ya que en comparación con los viajes nacionales, reporta mayores beneficios: estancias más largas, más consumo de bienes y servicios, utilización de transporte y alojamientos más caros y aportación de divisas al país de destino.
Es sabido que este conflicto comienza en julio del 2018, con la acusación de Estados Unidos a China, por prácticas económicas desleales y robo de propiedad intelectual. Las medidas y represalias implicaron nuevos aranceles en varios de los productos que se comercializaban entre ambos países. Estas medidas se agravaron en mayo de 2019, con las restricciones que EEUU aplicó a la empresa estrella china: Huawei.
¿Cómo impactan estas medidas en el mercado turístico internacional?
El turismo receptivo es una de las industrias fuertes de los Estados Unidos, principalmente los destinos como Orlando, Miami, Los Ángeles, Las Vegas, Hawaii, Nueva York, Washington, etc. Muchos de los turistas que visitan estas ciudades, provienen del continente asiático, en su gran mayoría de nacionalidad china. Según la Oficina Nacional de Viajes y Turismo de EEUU, 3 millones de turistas chinos visitaron el país durante 2018, contribuyendo con un total de US,4 mil millones.
Se cree que estas cifras disminuirán gracias a la propaganda nacionalista que China impulsa a través del Ministerio de Cultura y Turismo, donde se advierte a la población acerca de los peligros actuales que Estados Unidos representa; tiroteos y robos, hostigamiento y agresión policial en las calles y aeropuertos. También advirtieron a los estudiantes chinos que se encuentran en dicho país, sobre posibles intensificaciones de las restricciones en los visados académicos. Arne Sorensen, máximo ejecutivo de la cadena hotelera Marriott, aseguró (en una entrevista concedida a Bloomberg) que los turistas chinos están prefiriendo otros destinos como Europa.
El turismo de negocios también se ve afectado. Financial Times informa que China ordenó repatriar a desarrolladores estadounidenses que trabajaban para Huawei, en la sede de Shenzen. También se cancelaron las reuniones de contacto con negociadores de Estados Unidos.
Con la recesión provocada por el congelamiento de las economías de estas potencias, se verán afectados otros países como los latinoamericanos. La incertidumbre de los inversores ante la caída de las bolsas en la región trae consigo el debilitamiento de las monedas locales, y un aumento del dólar frente a ellas. Esto impacta directamente en los viajes internacionales, disminuyendo la capacidad de consumo de potenciales turistas.
Aunque existen consecuencias negativas, pueden algunas ser positivas. En el caso de México, aumentó las importaciones hacia Estados Unidos, sustituyendo en ciertos productos a China.
Esta guerra aún no tiene fecha de vencimiento. El mercado mundial y las grandes empresas, entre ellas las turísticas, se mantendrán expectantes a la relación entre estos 2 líderes económicos, capaces de alterar las operaciones comerciales a nivel mundial.