A tan solo 1 hora 20 minutos de Guadalajara se encuentra Amatitán, un municipio de Jalisco que guarda en sus calles leyendas y tradición.
Amatitán se distingue por la elaboración de tequila, y es que son los principales productores del estado.
Desde el ingreso al pueblito quedamos sorprendidos. Y es que la curva de la Herradura, una curva bastante pronunciada y como su nombre lo dice, en forma de herradura, es el primer contacto con Amatitán. Esta curva, que curiosamente termina en el cementerio, es mítica por los múltiples accidentes que han ocurrido y las leyendas que ahí se cuentan, algo bastante misterioso y aterrador.
A un costado del cementerio, se encuentra el camino a Casa Herradura, un lugar muy importante para el mundo del tequila, sin embargo para poder acceder, se debe tomar el tour con costo que incluye también la visita a Tequila.
Siguiendo nuestro camino nos dirigimos al centro de la ciudad. Nuestra intención era encontrar la secretaría de turismo o algún lugar en donde nos pudieran dar información sobre los principales atractivos turísticos y sus ubicaciones.
Al llegar a la plaza principal nos encontramos con un pequeño manantial, ¡sí!, ¡agua pura de manantial a un costado de la plaza principal! En ese momento sabíamos que Amatitán nos ofrecería muchos atractivos.
Al preguntar por la secretaría de turismo, nos mencionaron que no había una en el municipio pero en el museo nos podían dar información. Así que nos dirigimos al museo que se encontraba a tan solo una cuadra de la plaza central.
Ya en el museo, se nos brindó la información que necesitábamos e incluso nos mostraron un video con la reseña de Amatitán, la atención siempre fue espectacular. En ese lugar, los turistas pueden solicitar un recorrido por los principales atractivos del municipio, en los cuales destacan: las grutas, las cuevas y las tabernas.
Un poco más cultos, empezamos nuestro camino al siguiente destino: la Presa Santa Rosa, la cual se encuentra a 20 minutos de Amatitán.
El camino para llegar a la presa se encuentra pavimentado, sólo tiene algunas partes con derrumbes, por lo que es importante ir a una velocidad moderada y con mucha precaución.
El paisaje que vimos durante el recorrido fue ¡maravilloso!
Para nuestra sorpresa, el camino terminaba justamente a un costado de la presa, sirviendo también como mirador. Después de pasar un rato admirando el hermoso paisaje, continuamos con nuestra aventura, nos dirigimos a las grutas “El Chimulco”.
Esta importante ex Hacienda se encuentra a dos cuadras de la plaza principal y además de ofrecernos las grutas, es un restaurante. Creímos que para ingresar a las grutas, necesitábamos consumir algo del restaurante, pero no fue así. Se puede acceder de manera independiente y sin costo.
Una vez dentro del restaurante, el camino hacia las grutas se compone de un pequeño puente colgante de madera, que culmina con una pequeña abertura en lo que pareciera una pared, ahí se encontraba la entrada a las grutas.
El lugar se encuentra iluminado con una tira de focos y para recorrerlo se debe avanzar por un camino hecho con tablas.
Al llegar al fondo de las grutas, se puede ver como el agua de manantial emana de las paredes, haciendo de este un espacio mágico y misterioso. Quedamos muy satisfechos con nuestra visita a las grutas. Es una experiencia que tienes que vivir.
Además de las grutas, Amatitán cuenta con cuevas, las cuales, para nuestra sorpresa, se encuentran a un costado del pequeño manantial que vimos a nuestra llegada. Para ingresar, nos pidieron una cuota de recuperación de $10.
Durante el recorrido por las cuevas, hay un momento del camino en donde no se puede avanzar ya que el agua del manantial se hace presente. Para pasar por ahí se necesitan botas de hule especiales, sin embargo esto no fue un obstáculo para disfrutar de esta experiencia.
Para finalizar con nuestra visita en Amatitán, nos dirigimos a la Ex Hacienda La Cofradía, nuestras investigaciones previas nos referían un lugar embrujado y lleno de espíritus.
Esta hacienda se encuentra a 15 minutos de Amatitán, tomando el camino hacia Tateposco.
Al llegar fue bastante complicado el acceso, ya que está rodeado de hierba y no hay una entrada específica. Después de luchar con la maleza caímos en un ambiente de suspenso, el lugar es bastante tétrico, paredes destruidas y un silencio que te hace tener escalofríos.
Fue la cereza del pastel en nuestra aventura.
Video: Las Cuevas de Amatitán