Umbria es la región del centro geográfico de Italia. Es el llamado corazón verde del país. Un corazón verde por su naturaleza frondosa, sus brillantes campos de girasoles y su riqueza de agua (lagos, cataratas, ríos…).
Umbria es una de las pocas regiones italianas que no poseen costa pero tampoco le hace falta porque puede estar orgullosa de sus maravillosas ciudades antiguas de origen etrusco, medieval y renacentista, como Perugia, Asís, Spoleto, Orvieto…, y de su bellísimo lago Trasimeno, diseminados todos ellos en una campiña verde, serena y acogedora que fascina desde el primer momento.
La región es fronteriza con Lazio, donde está Roma, siendo fácilmente accesible por carretera, en un par de horas. El viajero descubrirá, así, una región interesantísima por su pasado, su historia y su riqueza tanto espiritual (está la ciudad de Asís, cuna de San Francisco de Asís), como cultural y gastronómica. Una zona rica en muchas vertientes. Se trata de una región que vive del esplendor de su pasado pero también posee un presente activo y dinámico con empresas prósperas como la de los célebres y sabrosos bombones de La Perugina, los famosos Baci (besos) o una gastronomía suculenta, donde brillan, por ejemplo los “singhiozzi”, pasta típica umbra que se asemeja a los espaghetti pero más anchos.
Perugia, capital de Umbria
El primer lugar que descubrir es, sin duda alguna, Perugia, la capital de la región. Adentrarse en esta ciudad es un viaje al pasado fascinante.
Perugia está construida en lo alto de una colina, con lo que llegar hasta el centro de la ciudad implica “navegar” por curvas bordeadas de árboles frondosos, puentes, escalinatas, desniveles y casas de piedras bellísimas de origen medieval. Desde lo alto, Perugia domina alta y majestuosa los verdes campos de Umbria.
El centro histórico posee cientos de rincones dignos de admiración: una iglesia, una fachada, palacios, logias, fuentes… Muchas puertas de piedra (Porta del Sole, Porta Marzia o Porta San Pietro nos adentran en otro tiempo.
La Roca Paolina constituye uno de los lugares más atractivos de la ciudad. Se trata de una verdadera ciudad subterránea, una obra colosal que se nos aparece como una fortaleza. Y es, precisamente, una de sus salidas la que nos conduce al centro: el Corso Vanucci, la gran calle principal de la ciudad, con tiendas elegantes, restaurantes, cafés con terrazas y palacios monumentales. Un hervidero de gentes, de visitantes que admiran la belleza del lugar poblan, casi continuamente, esta calle.
Por Corso Vanucci, llegamos al Palacio de los Priores (que alberga obras de Piero della Francesca, de Pinturricchio, del Perugino…), construido en el siglo XIII, símbolo medieval que representa el antiguo esplendor de Perugia.
Enfrente, atravesando la Plaza del 4 de noviembre, centro neurálgico de la urbe, encontramos la catedral. En medio de la Plaza, aparece majestuosa la Fontana Maggiore, que nos deleita con sus bajo relieves con esculturas de Nicola e Giovanni Pisano, donde descubrimos parte de la historia Romana, la historia Santa y las fábulas de Esopo.
El espléndido Teatro Morlaccho nos llevará hasta la Piazza Fortebraccio, donde se alza el Palacio Gallega, sede de la Universidad Italiana para extranjeros, adonde llegan para estudiar italiano miles de estudiantes cada año, y el Arco Etrusco, símbolo de la civilización antigua que pobló Perugia.
Umbria y sus rincones más hermosos
Dejamos atrás la ciudad de Perugia, rebosante de vida y cultura universitaria, de mescolanza de nacionalidades, de manifestaciones musicales (como el famoso festival de “Umbria Jazz”), teatrales y de belleza arquitectónica, para adentrarnos en la región de Umbria.
Si bien Perugia es la capital de la región y una ciudad, que como dijo en escritor italiano Guido Piovene, da “la felicidad física”, Umbria es algo más. Precisamente del balcón de la iglesia de San Pietro de Perugia, podemos divisar, en el horizonte, la pequeña ciudad de Asís, donde nació San Francisco y Santa Clara (fundadora de la orden de las Clarisas). Se trata de una ciudad medieval, en lo alto de una colina, cuya basílica de San Francisco (decorada con frescos de Giotto), además de otros sitios franciscanos, son patrimonio mundial de la Unesco y lugar de peregrinación de todos los fieles del mundo. Por todo ello, Asís es uno de los lugares obligatorios para visitar en Umbria.
Terni es la segunda ciudad de la región, rica, industriosa y conocida por sus Cascadas, en concreto la Cascada “delle Marmore”, una de las más altas de Europa con su desnivel de 160 metros.
Otras bellas ciudades que no debemos perdernos son: Gubbio, donde todo la artesanía y un centro medieval y renacentista admirarán al viajero; Orvieto con su catedral gótica y sus vinos de solera o Spoleto, bellísima ciudad, construida, también en lo alto, que posee una hermosa catedral, un teatro romano de los primeros años del Imperio Romano y el festival de Música Internacional de los dos mundos. Sin olvidar, el hermoso lago Trasimeno, la isla húmeda del centro de Italia que se fusiona con el verdor del paisaje, y los encantadores pueblecitos que lo rodean, como Monte del Lago.
Por todo ello, viajar a Umbria supone un descubrimiento encantador y quizás, no tan habitual, como los clásicos destinos italianos, tales como Roma, Milán, Florencia o Venecia. Los pueblecitos umbros con sus casas medievales o renacentistas, su folclore, su amor por la buena vida nos van a encantar, sin lugar a dudas. Una región llena de Historia, de arte, de cultura, que ha sabido madurar y conservar a la sombra de sus árboles, a través de los siglos, las bellas cosas que hoy todavía nos hacen emocionarnos.