Hay un lugar en el centro del país en el que la celebración del Día de Muertos cobra una relevancia singular por ser donde inició el mestizaje cultural de nuestro país: la ciudad de Tlaxcala.
México suele ser considerado en el ámbito internacional un país mágico, con rasgos surrealistas y espíritu festivo. Si a esos ingredientes se les combina con creencias religiosas, arraigadas durante siglos, tenemos un coctel que trasciende fronteras y capta la atención de propios y extraños. Una de esas experiencias es el Día de Muertos.
Esta celebración se manifiesta de diferentes modos a lo largo y ancho del territorio mexicano, pero hay un lugar en el centro del país del que poco se habla y que fue donde se originó gran parte de esta tradición que es resultado del encuentro que se dio entre las comunidades tlaxcaltecas ahí asentadas y los frailes franciscanos que llegaron en el siglo XVI.
La fusión cultural inició con la convivencia de la flor de cempasúchil –la bien llamada «flor de muertos»– con la cruz, traída del otro lado del mundo, lo que resultó en una celebración donde participan rituales religiosos, sabores y colores de los cuales hoy, en pleno siglo XXI, podemos ser partícipes.
Cerca de lo que hoy es la capital del estado, en los señoríos tlaxcaltecas y mucho antes de la llegada de los españoles, ya se conmemoraba a los muertos durante la época del fin del ciclo agrícola, cuando se cosechaban cultivos locales como el maíz, frijol, calabaza o garbanzo.
Un calendario nahua determinaba 20 series (o «meses») de 13 días, y otro calculaba 18 series de 20 días cada uno. Coincidían en que en lo que hoy conocemos como agosto, se recordaba a los niños difuntos en el Miccailhuitontli, y a los adultos fallecidos se les veneraba en el Huey Miccaihuitl, en el actual septiembre.
Esto lo observaron los franciscanos y en su misión evangelizadora adaptaron ese culto y lo integraron al rito católico, dado que, en Europa, la Iglesia católica, en memoria de los mártires, asignaba el Día de Todos los Santos y posteriormente el Día de los Difuntos, al 1 y 2 de noviembre.
Tlaxcala fue también una de las primeras ciudades que se fundaron en la Nueva España, y conserva uno de los primeros templos católicos levantado en América que aún se pueden apreciar: el Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción, hoy patrimonio de la humanidad por la Unesco parada obligada en el recorrido por esta ciudad.
Por ello, Tlaxcala Capital ofrece una experiencia legítima. Los visitantes encuentran en tierras tlaxcaltecas algunos elementos que, con muy pocas alteraciones, se preservan desde aquel 1524, cuando los primeros frailes franciscanos arribaron a la región para conocer las costumbres del altiplano e introducir el cristianismo.
Sin duda estas fechas son un gran pretexto para vivir la experiencia del Día de Muertos de una manera diferente. A tan sólo 120 kilómetros de la Ciudad de México y a un paso de la capital poblana, Tlaxcala capital, origen de México, recibirá a los visitantes que buscan experiencias ricas en cultura, patrimonio, tradición, gastronomía y momentos significativos que contar.
Actividades durante la «Fiesta de Todos Santos» en Tlaxcala.
Durante estas fechas se podrán admirar los altares y atrios de las diversas iglesias y parroquias de Tlaxcala capital que se adornan para la conmemoración, y desde el 28 de octubre de 2022 es posible ver caminos de flores en varias casas. No faltará en los panteones papel picado, flores de nube y de cempasúchil, manteles, fotografías, agua, pulque, algún guisado y pan de muerto –que aquí se llama ‘hojaldra’–, de esa manera los deudos recuerdan y, simbólicamente, conviven con sus antepasados, especialmente durante el 2 de noviembre.
Vivir la tradición de Día de Muertos es parte de nuestra identidad y si buscas un destino cercano, que te ofrezca nuevas experiencias, algo único y valioso, Tlaxcala capital es una gran opción, pues guarda secretos que pocos conocen y aquí te contamos uno de ellos con una pisca de historia.
Este año, las casas del Centro Histórico de la Ciudad de Tlaxcala se vestirán de color durante la celebración de Días de Muerto. Los habitantes de la capital, declarada desde 1986 por decreto presidencial como Zona de Monumentos, se aprestan a decorar las fachadas, los marcos de sus puertas y ventanas para atraer a sus fieles difuntos, pero también para que los vivos se acerquen a tomarse selfies.
A partir del 26 de octubre y hasta el 2 de noviembre se llevará a cabo la «Fiesta de Todos Santos» con la cual se espera que se continúe reactivando la economía de la capital de la entidad con menor territorio de México
