Madrid ofrece una multitud de cocinas diferentes para todos los paladares. Simplemente, acercándonos a muchos de sus restaurantes, podemos iniciar viajes inmersivos en multitud de culturas exóticas y lejanas de Asia, América o Africa, a través de sus gastronomías. Unica diferencia: a veces, es un viaje auténtico y otras de “cartón piedra”. Con Doli, restaurante indio del Barrio de Salamanca, en plena calle de Diego de León, podemos afirmar tajantemente que es de verdad. Su cocina resulta auténtica, honesta, de calidad y sin trampas.
Desde que hace 6 años, el chef indio Singh Sukhwinder (anteriormente había trabajado en establecimientos indios con solera como Tandoori Station de Madrid o Benarés en Londres) decidió abrir su restaurante en la capital de España, ha mantenido su línea de elaborar una cocina de todos los rincones de la India, para transmitirla a los españoles o extranjeros que se acerquen al local. Por cierto, hemos podido constatar que había clientes indios comiendo, lo que es un signo de confianza y de calidad. Sunny, jefe de sala e hijo de Sukhwinder, junto a un equipo servicial y amable de camareros, ponen al comensal a gusto en un local cómodo, decorado con toques exóticos y refinados de buen gusto.
La cocina de Doli es tradicional y su carta presenta los habituales platos de currys de pollo, pavo, cordero y pescado (hay muchos de éstos últimos), el pollo Tikka Massala, el pollo tandoori, sopas conocidas como la de lentejas etc. Es decir, recetas a las que nos tienen habituados muchos locales de este país. Sin embargo, la carta de Doli se diferencia por algunas cosas. Primero, por su gran calidad y la exquisita elaboración de los platos. Segundo, por el manejo de las especias, sabiamente equilibradas, calculadas y adaptadas para cada plato y tercero, por la variedad de recetas, entre las que nos llama la atención la cantidad de panes y arroces diversos.
Si bien Doli es un poco más caro que otros “indios” de Madrid, merece la pena pagarlo porque nos vamos a encontrar con una auténtica gastronomía de calidad, donde estamos seguros de que lo que comemos es fresco y está bien cocinado, según las auténticas pautas culinarias indias.
Para los que se animen a ir y quieran probar una selección de las mejores elaboraciones de la carta, recomendamos el menú degustación, en el que se incluyen los platos más típicos de la cocina india a un precio de 32, 50 euros. Si volvemos, cosa casi segura, ya nos podremos poner a descubrir otros platos menos conocidos presentes en la carta.
El menú es copioso, rico, sabroso, además de muy equilibrado en sus especias. No hay una sobredosis como ocurre otras veces, en un alarde de exotismo vacuo. Aquí, hablamos de una cocina refinada y muy pensada. Empezamos por unos entrantes de samosas, pakora y chicken Tikka. La samosa, empanadilla típica oriental, está muy rica con su relleno fino de carne de cordero, cilantro y, como no, especias artísticamente mezcladas. Resulta suave y tierna. La pakora estando buena es un poco más densa por su rebozado de garbanzos. El Chicken Tikka llama la tención por estar muy suave y aromatizado con yogur, gengibre, lima y especias.
En cuanto a los segundos, el famoso Chicken Tikka Massala está muy sabroso y delicado (se nota que la materia prima es buena, cosa que no ocurre en todos los restaurantes indios), mientras que el Lamb Rogan Josh presenta un cordero en salsa espesa de tomate con hierbas y especias, muy bueno, pero, quizás, no apto para los paladares sensibles al picante. Como nota fresca, el plato de mango vegetal con verduras cocinadas junto a esta fruta, hace el contrapeso aireado y dulce a las carnes. Tanto el pan (Nan) finamente aderezado con ajo y el arroz resultan deliciosos. El menú incluye postre o café.
Dirección: Diego de León, 13. Madrid.
Precio medio: 35 euros.
Horarios: abre todos los días
Reservas: 910 27 95 30 o en en su página web.