Egipto es un destino que no se debe dejar de visitar cuando se planea vacacionar; su pasado milenario es un imán que atrae la atención de propios y extraños, no en balde millones de turistas se dan cita cada año en este país, origen de la actual cultura occidental.
Pisar en donde alguna vez gobernaron los faraones, caminar como los súbditos lo hacían en las majestuosas pirámides de Keops, Kefrén y Micerino, que son vigiladas por la esfinge de Giza, observar el mar Rojo en donde Moisés separó sus aguas para que el pueblo de Israel pudiera salvarse de la persecución de los egipcios, de acuerdo a la biblia, hacer un crucero por el Nilo y el sincretismo que guarda el desierto de Sahara, son experiencias imperdibles.
La República Árabe de Egipto se localiza en el continente africano, limita con Sudán al sur, con Libia al oeste y con Palestina e Israel al noroeste, mientras que al norte colinda con el mar Mediterráneo y al sureste con el mar Rojo.
Pero vayamos por partes. Para conocer Egipto es fundamental conocer su gente, su cultura, sus tradiciones. El cristianismo copto y el islán, son las dos grandes religiones preponderantes en este país, y qué decir de su pueblo: personas hospitalarias, atentas y agradables.
En Egipto se puede explorar y convivir con la naturaleza a través de su imponente desierto que se extiende desde el Nilo y el Mediterráneo hasta Sudán y Libia. A su paso se encontrarán cinco grandes oasis: Bahariya, Kharga, Siouah, Farafra y Dakhla.
Después de una agotadora estancia en este mar de arena, se puede hacer crucero en el río Nilo, que es el más largo del mundo, con 6 mil 700 kilómetros o bien sumergirse en las refrescantes aguas del mar Rojo, que tiene una importante riqueza de fauna y flora.
Y lo que podríamos definir como la cereza del pastel, es visitar sus pirámides, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Son monumentos portentosos y emblemáticos, construidos en piedras de alabastro, y que para su época muestran el extraordinario conocimiento científico que tenían los egipcios.
Sin lugar a dudas, Egipto es un país maravilloso, y más si es visitado durante el Ramadán, conocido internacionalmente como el noveno mes del calendario musulmán, en donde se practica el ayuno desde el alba hasta la noche; es como la navidad para los cristianos, se intercambian regalos y se visita a la familia.
Por supuesto que la seguridad es importante, por ello en los últimos tiempos se ha incrementado, para que los turistas puedan pasar unas agradables y tranquilas vacaciones. El país hace esfuerzos importantes para poder atender como se merece a sus visitantes.
Así que amable lector, no lo piense mucho, haga realidad esta aventura y déjese consentir por un pueblo amigo, por una gastronomía exquisita como el mezzé, kebabs y meloukhia, y por sus lugares emblemáticos. Una vez en Egipto usted se sentirá todo un Indiana Jones.
