Santiago de Compostela (Galicia, España) es la tercera ciudad más santa del Cristianismo, después de Jerusalén y Roma. Esto se debe al hallazgo, a principios del siglo IX, del sepulcro con los presuntos restos del Apóstol Santiago, lo cual dio comienzo a una peregrinación que determinó buena parte del desarrollo cultural y social de la Edad Media europea: el Camino de Santiago.
Este ganó mucha popularidad a partir de 1993, cuando el gobierno autonómico de Galicia decide desarrollarlo y promocionarlo como atractivo turístico, convirtiéndolo en una de las rutas más conocidas de Europa. En 2023, por ejemplo, llegaron a Santiago casi un millón de visitantes, prácticamente la mitad provenientes del extranjero.1
El Camino abarca muchas rutas, como el Camino Primitivo, el Camino Inglés, o la más conocida, el denominado Camino Francés. Estas rutas comienzan en diferentes puntos de la Península Ibérica o el resto de Europa y finalizan en Santiago de Compostela, concretamente en su espectacular catedral. ¿Acaban realmente aquí?
Una tradición afirma que los discípulos del Apóstol Santiago viajaron hasta la población romana de Dugium, ubicada en las cercanías del actual pueblo de Finisterre, a unos 90 kilómetros de Santiago, cuando buscaban obtener el permiso para enterrar el cuerpo del Apóstol.
El cabo de Finisterre era para los romanos el fin del mundo conocido, como su propio nombre indica (finis terrae = fin de la tierra). De ahí surge una interpretación de acuerdo con la cual, después de llegar a Santiago, aquellos peregrinos iniciados en las prácticas esotéricas continuaban su periplo hasta llegar a este lugar de enorme significado.
En este contexto, el simbolismo del peregrinaje quedaría muy claro. Todo el viaje se plantea como una travesía cuyo destino es llegar hasta la muerte, simbolizada por el eterno ponerse del sol en el cabo Finisterre, y entonces renacer. El peregrino que regresa a casa ya no es la misma persona que salió de ella, sino alguien renacido. Esto, que en realidad es algo común a muchas otras peregrinaciones, se hace más patente cuando no sólo se llega a la ciudad santa, sino al propio final del mundo.
Esta prolongación del Camino es muy popular entre los turistas, como muestran las cantidades de autobuses cargados de peregrinos que se ven por las carreteras de la zona. Pero también es cierto que las etapas del Camino no están aquí tan claramente establecidas como en otras rutas. Existen varias formas de llegar desde Santiago a Finisterre, de las cuales yo me referiré a la travesía por la costa.
Quizás lo más difícil de escribir sobre tal travesía sea para mí el no entrar en anécdotas y detalles personales, porque he pasado mucho tiempo de mi vida veraneando e incluso residiendo en las orillas de esta costa, así que imagínense todo lo que podría contar (daría para varios tomos).
A continuación, mencionaré algunos de los lugares que se pueden encontrar en la ruta mencionada y varios de sus atractivos:
- Noia: El cementerio de la iglesia de Santa María A Nova, hecho según la leyenda con tierra traída de los Santos Lugares, contiene sepulcros de gran interés histórico, y ahora hay en el hermoso interior del templo, de estilo gótico marinero, una exposición de laudas con inscripciones gremiales.2
- Muros: Un pueblo que puede considerarse como la capital del gótico marinero de la costa atlántica de España. Interesantísimo perderse en las calles de piedra y las plazas de la zona vieja, y sobre todo empaparse de la tradición pesquera presente en todos los rincones del pueblo. Además, Muros ha sido un puerto de entrada de peregrinos, sobre todo ingleses, hacia Santiago.3
- Louro: Este es el lugar con mayor significado de toda la ruta a nivel puramente personal; lo considero prácticamente “mi lugar” en el sentido que Carlos Castañeda da a esta expresión. Por elegir un único aspecto, considero muy recomendable la visita al faro de Punta Louro, para desde allí rodear Monte Louro (también se puede subir hasta sus dos cumbres) y llegar a la laguna de As Xarfas, un espacio protegido que está pletórico de biodiversidad.4
- Carnota: Además de su famoso hórreo5, este pueblo posee una de las playas más espectaculares de toda Galicia, con más de siete kilómetros de longitud y 500 metros de anchura en bajamar. Resulta imperdible subir hasta el mirador de Louredo para ver la playa en toda su extensión. Esta área protegida contiene zonas de dunas y también de marismas, y constituye un lugar tremendamente interesante para los amantes de las aves.6
- O PIndo: El monte que abraza esta localidad, ubicada en plena desembocadura del río Xallas, es conocido como el Olimpo Celta, debido a las leyendas acerca de esta formación granítica, como la que afirma que sus rocas son en realidad héroes y druidas celtas que tomaron dicha forma. El ascenso a la cumbre permite apreciar alguna de estas piedras de caprichosas formas, incluyendo las claramente antropomórficas, como El Gigante, además por supuesto de proporcionar unas grandiosas vistas de la costa.7
- FInisterre: El pueblo es muy interesante y el faro, a unos tres kilómetros de distancia, se encuentra hoy día completamente volcado al turismo. Allí hay que visitar los monumentos relacionados con el Camino, como el pie de peregrino en la roca o el mojón que marca el kilómetro cero. Muchos peregrinos queman aquí las ropas con que caminaron durante todo su periplo, una práctica que evidentemente no se recomienda. E imagínense cómo serán las puestas de sol, capaces de impresionar a las mismísimas legiones romanas, curtidas en mil batallas.8
No sería sincero acabar este texto sin aclarar que la mencionada interpretación, según la cual el Camino se prolonga hasta Finisterre, requeriría de un análisis mucho más detallado, como muestra este texto de Nieves Herrero.9
Pero lo que sí está claro es que la prolongación de la Ruta Jacobea que hemos expuesto nos lleva por zonas terriblemente atractivas. Desde luego, lo que he mostrado en este artículo es sólo una breve muestra. Me he dejado fuera muchas cosas, comenzando por la impresionante gastronomía gallega, que merecería un artículo aparte.
Espero, eso sí, haber despertado su curiosidad por visitar estos lugares de tan agreste belleza.
Bibliografía
- Sequeiro, N. (2024, 28 de enero). El turismo internacional se dispara: supone ya casi la mitad de viajeros en Santiago. El Correo Gallego. Recuperado el 16 de junio de 2024, de https://www.elcorreogallego.es/santiago/2024/01/28/turismo-internacional-dispara-supone-mitad-97431119.html
- Lamas, D. (2020, 26 de noviembre). SANTA MARÍA A NOVA Y EL MUSEO DE LAS LAUDAS. Visitasguiadas.es. Recuperado el 16 de junio de 2024, de https://visitasguiadas.es/en/santa-maria-a-nova-y-el-museo-de-las-laudas/
- Muros, Puerto Jacobeo – Muros Auga e Sal. (SNIPPET). Recuperado el 16 de junio de 2024, de https://www.murosaugaesal.com/
- Monte e Lagoa de Louro. Turismo.gal. Recuperado el 16 de junio de 2024, de https://www.turismodegalicia.gal/gal/que-visitar/espazos-naturais/monte-e-lagoa-de-louro
- Hórreo de Carnota: Cómo llegar, historia y curiosidades. (2022). Hotel Spa Meiga do Mar. Recuperado el 14 de noviembre de 2023, de https://hotelmeigadomar.com/horreo-de-carnota/
- Playa de Carnota · Carnota. viajargalicia.com. Recuperado el 16 de junio de 2024, de https://www.viajargalicia.com/a-coruna/carnota/playa-de-carnota
- Pailos Cundíns, N. (2024, 2 de febrero). El Monte Pindo. GALICIA MÁXICA. Recuperado el 16 de junio de 2024, de https://www.galiciamaxica.eu/mini/el-monte-pindo/
- Cabo Fisterra. turismo.gal. Recuperado el 16 de junio de 2024, de https://www.turismo.gal/que-visitar/destacados/cabo-fisterra?langId=es_ES
- Herrero, Nieves.(2009). La atracción turística de un espacio mítico: peregrinación al cabo de Finisterre. PASOS. 7, 163-178. Recuperado el 16 de junio de 2024, de https://www.pasosonline.org/Publicados/7209/PS0209_3.pdf