La pandemia – producto del COVID-19 – trajo consigo consecuencias devastadoras para todos a nivel mundial y de sobra se sabe que en el ámbito laboral uno de los sectores más afectado fue y sigue siendo el turismo.
Esto llevó a que surgieran nuevas estrategias que hicieran posible pasar este mal trago, y cada sección – hotelera, gastronómica, agencias de viajes, etc. – logró de alguna manera llevar adelante estos casi dos años de pandemia.
Por eso voy a destacar el trabajo de aquellas personas que tomaron al turismo y lo convirtieron en virtual de la mano de la tecnología: la responsable de llevarlo a nuestros hogares.
Sin embargo, si se tiene en cuenta la definición que hace la OMT de «turismo», ésta hace referencia a “las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno natural por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año con fines de ocio, por negocios y otros motivos”, es por esto que existe una contradicción si se habla de turismo virtual, ya que las personas no sólo no estarían desplazándose de su casa, sino que además no lo harían por un período determinado para considerarse turismo, por lo que sería más adecuado referirse a este como una práctica de entretenimiento y no como turismo en sí.
Ahora bien, quiero compartir con ustedes algunos datos fehacientes sobre el turismo virtual.
Por un lado, esta información me permite decir que las respuestas de aquellas personas interesadas en realizar esta experiencia fueron positivas, destacando el alcance de llegar a cualquier lugar ahorrando no solo dinero, sino también tiempo, el cual sería aprovechado por el guía para poder brindar mayor contenido sobre el destino elegido. Otro punto positivo es la relación socio-cultural que se produce entre los pasajeros virtuales, ya que no todos se encuentran en el mismo punto geográfico, y eso genera un aporte óptimo al grupo durante la excursión virtual.
Otro asunto a tener en cuenta es el público que participa, y es que si bien las edades varían, se destaca la participación de un grupo etario mayor a 50 años el más interesado en realizar este tipo de viajes.
No obstante, aparte de las lógicas cuestiones de salud que alguien pueda tener, no solo son las condiciones pandémicas las culpables de que la gente mayor no pueda desplazarse, sino también se debe a razones económicas, es por esto que optan por pagar un servicio de menor costo que aunque no se asemeje a viajar físicamente, les proporciona un placer virtual.
Por último, quiero enfatizar en la necesidad de no terminar con este tipo de entretenimiento, por diversas razones. Una, por el movimiento económico que genera en todas aquellas personas que lo ofrecen. Dos, por el alcance que tiene a distintos sectores y a diferentes personas. Y tres, porque son los mismos pasajeros quienes piden volver a realizar esta práctica virtual.
Mi agradecimiento a la Tec. Univ. En Turismo Cynthia Lenzi por la información brindada.
