A lo largo de la historia de la humanidad el viajar ha sido una actividad de gran valor y aprecio, no solamente en el sentido personal sino también desde una perspectiva académica, incluso intelectual.
Actualmente, gracias a la diversificación de la oferta y su democratización, viajar es una actividad más accesible para los diferentes tipos de viajeros, ya sea a nivel nacional o internacional; sin embargo, hace algunos siglos, la idea de tener un viaje era algo reservado para un grupo reducido de personas.
Durante los siglos XVI y XVII, el mundo conoció el inicio de uno de los antecedentes del turismo más curiosos e interesantes, el Grand Tour, experiencia que tenía un papel primordial en la educación de la clase alta, sobre todo de las familias británicas.
Índice
Origen del Grand Tour
A pesar de diversas conjeturas que a lo largo del tiempo se han presentado sobre el origen exacto del Grand Tour, el académico Francisco Muñoz Escalona plantea en su artículo de divulgación científica “En Torno al Grand Tour, Análisis de un Caso Paradigmático”, que el inicio de esta corriente recae en el rey Felipe de Austria, quien a la edad de 21 años entre 1548 y 1551 realizó un viaje desde Valladolid en España hasta Bruselas, Bélgica, con la finalidad de incrementar su experiencia diplomática así como su cultura y darse a conocer con las personalidades burguesas más importantes de Europa en aquella época.
Estas características se apegan perfectamente a la raíz y finalidad que tenía el Grand Tour en la vida de los jóvenes de las elites económicas de la Gran Bretaña y Europa, por lo que sin ningún problema puede aceptarse como el primer registro de estos viajes “educativos”.
Es importante mencionar que después de este hecho, este tipo de viajes comenzaron a tomar gran relevancia y popularidad entre la aristocracia del viejo continente.
Por otra parte, la primera vez que el término “Grand Tour” apareció fue gracias a Richard Lassels, pues durante 1670 publicó una guía en referencia a estos viajes, donde se señalan recomendaciones y datos de utilidad sobre la importancia que tenía incentivar a los jóvenes en este tipo de viajes; para ese tiempo esta actividad ya tenía una gran aceptación y se practicaba con regularidad, llegando a ser un paso casi obligado socialmente en las clases acomodadas.
¿En qué consistía el Grand Tour?
El Grand Tour era un viaje destinado a jóvenes aristócratas, financiado por sus familias, que les permitía recorrer diversas ciudades y países de Europa. Esta experiencia podría extenderse desde unos pocos meses hasta tres años.
El viaje tenía fines educativos, porque a través de la experiencia de conocer las diferentes realidades culturales, económicas y políticas de este grupo de sociedades europeas, los jóvenes tenían una mejor preparación y a su retorno tenían más experiencia para tomar las riendas de los negocios u obligaciones políticas de sus familias.
Prueba de ello fue el ensayo titulado “Of Travel”, obra del inglés Francis Bacón, publicado a mediados de 1597, donde se plantean los beneficios intelectuales que propiciaban viajar, así como recomendaciones para tener la experiencia más beneficiosa posible.
¿Cuál era el itinerario del Grand Tour?
Aunque los puntos a visitar podían variar dependiendo de la duración, presupuestos e intereses de los beneficiarios, los destinos más populares eran diversas ciudades de Italia como Roma, Nápoles, Turín, Milán, Florencia y Venecia junto con otros países como Alemania, Suiza y Francia, donde principalmente figuraba París como un destino obligado por su naturaleza artística y cosmopolita.
El tema central en la mayoría de los casos era el renacentismo y todo su auge en las ciencias, artes y demás temas de interés, por lo que se seleccionaban destinos que destacaran en esos rubros.
Datos curiosos
El Grand Tour no se podía desarrollar sin el acompañamiento de un tutor que al mismo tiempo fungía como guía personal durante toda la experiencia. Este tutor no podía ser cualquier persona, pues debía tener una amplia formación intelectual y contar con experiencias pasadas en viajes similares.
Otro punto a resaltar es que quizás el mayor objeto de la codicia durante el Grand Tour, más allá del aprendizaje, el crecimiento y las experiencias interculturales, era la obtención de recuerdos de todos los lugares en los que se había estado; para ser más específicos, la compra de “souvenirs” era vital para realmente demostrar socialmente que se había participado en uno de estos viajes, mismos que gozaban de un gran prestigio social. Por lo tanto, todo apunta a que desde este momento de la historia del turismo se comenzó a normalizar la compra de recuerdos de viaje.