Un mapa es una representación simplificada de una porción de superficie terrestre. Es una forma de comunicación, y de acuerdo a lo que pretenda comunicar, existen distintos tipos. Cuando íbamos a la escuela, la maestra nos pedía un mapa político – que contempla las divisiones políticas entre países, estados, provincias o municipios- o uno físico –que contempla accidentes geográficos, alturas, relieves y representaciones hidrográficas-.
También existen mapas turísticos. Desde hace décadas, el mapa turístico es la primera guía de viajes que uno recibe al llegar a destino. Sin embargo, también cumplen un rol al finalizar el viaje: algunos viajeros coleccionan los mapas turísticos de todos los lugares en los que han estado y otros los llevan de souvenir. En los mapas turísticos, el emisor es el centro receptor de turistas, el mensaje son todos los productos turísticos, actividades, atractivos, recorridos, patrimonio y rutas que el turista necesita conocer durante su estancia en el destino, resultando el turista el receptor del mensaje.
Sin embargo, con el acceso masivo a la tecnología móvil, la creación de las plataformas destino, el surgimiento de las ciudades inteligentes, el poder de consumo de los millenials y el origen de los flashpackers, los tradicionales mapas que los turistas reciben en las oficinas de informes y en los hoteles se encuentran en peligro de extinción. Apps como Google Maps, Here, Foursquare, Booking.com, Trip Advisor y Wikipiedia pueden satisfacer las necesidades de información, orientación y asesoramiento, constituyendo toda una experiencia de viaje.
La tecnología móvil ofrece al turista una
suerte de “experiencia cartográfica digital” que le brinda las siguientes
facilidades:
- Localización. Una de las principales preocupaciones del turista con un mapa de papel es saber dónde se encuentra, mientras que el gps lo muestra instantáneamente y sin requerir esfuerzo alguno.
- Navegación. Si ya sabemos dónde estamos y a dónde queremos llegar, la tecnología nos muestra el camino a través de distintos medios, el tiempo que toma cada uno de ellos y toda la información necesaria para manejarnos en transporte público en una ciudad desconocida.
- Personalización. De acuerdo con el tipo de turismo que se realizará, cada viajero necesitará un tipo de información diferente. Por ejemplo, un turista cuya motivación del viaje consiste en pescar, necesitará un mapa que le muestre las zonas donde se permite la pesca, dónde se encuentran los proveedores de productos y servicios específicos de dicha actividad y sus horarios, etc. A un turista que desea realizar turismo de sol y playa, dicha información no sólo le resultará innecesaria, sino que además requerirá otro mapa. La tecnología permite visualizar diversas capas cartográficas.
- Configuración. Cada turista puede adaptar la información a su idioma o necesidades visuales, auditivas, etc.
- Reconocimiento de voz. Ventaja que permite al turista estar más atento al entorno, ahorrando el tiempo y la concentración que demanda el mapa en papel.
- Realidad aumentada y códigos QR. Estas herramientas brindan una experiencia más intensa y enriquecedora a una demanda turística que se está volviendo cada vez más exigente, en un sector cada vez más competitivo. Tal vez el 80% de la valiosa información que nos ofrece un guía vaya siendo olvidada con el transcurso del tiempo, en cambio las experiencias de realidad aumentada a las que podemos acceder escaneando un código QR desde cualquier Smartphone difícilmente sean olvidadas.
- Gestión de reservas. A través de los Smartphones podemos reservar hoteles, mesas de restaurantes y comprar entradas a parques temáticos y espectáculos. En cambio, el mapa tal vez muestre sus ubicaciones, demandando al viajero llegar hasta el lugar –o consultar un mail o teléfono de contacto, a través de su Smartphone-.
- Conocimiento de la ubicación de los puntos de interés más cercanos, su horario, el horario más concurrido y cómo llegar.
- Interacción en redes sociales. Ya sea para estar en contacto con su familia y amigos durante el viaje, para compartir su vivencia, para demostrar que forman parte de alguna tendencia o para mostrar a otros lo que les gusta. Sin dudas no hay forma que alguna función del mapa turístico tradicional pueda suplir dicha necesidad. Sin embargo, sí puede orientar acerca de lo que el turista desea o debe mostrar.
No caben dudas de que los mapas turísticos convencionales afrontan un desafío sin precedentes y que deberán adaptarse para sobrevivir.
Deben contar con un diseño atractivo que deje de lado algunas reglas cartográficas, volviéndose visualmente amigables. Montañas y caminos tridimensionales, etiquetados, directorio con teléfonos útiles, así como puntos específicos con imágenes que simulan una amplificación de los mismos son comúnmente encontrados. Predominan los colores, las zonas sombreadas y las referencias, ya que el objetivo del mapa turístico es no sólo informar, sino ser accesible y fácil de interpretar. Debe resultar cómodo al bolsillo, a la lectura y a la consulta express si quiere evitar que el turista utilice su móvil para otra cosa que no sea tomar fotografías.
Pueden brindar accesos a información a través de códigos QR, promoviendo así un híbrido del espacio offline y online. Si bien el viajero terminará consultando su Smartphone, podemos garantizar el acceso a información actualizada y confiable.
¿Cuál es tu experiencia con los mapas turísticos? ¿Te encontraste con alguno que te haya dejado sin palabras? ¿Alguno completamente inútil y disfuncional? Nos encantaría conocer tu anécdota.