Entendemos por patrimonio cultural tradiciones, artes, usos sociales, rituales, festividades, conocimiento y técnicas ancestrales y tradicionales. Desde la perspectiva de Thierry Linck (2011) la noción de patrimonio puede ser ambigua y engañosa sin embargo sus diversas acepciones tienen un punto en el que coinciden y es que hacen referencia a la memoria colectiva. Así el patrimonio se reconoce como la memoria compartida de un grupo o territorio y corresponde a la experiencia de la comunidad y su contexto histórico. El patrimonio es la acumulación de saberes técnicos, relacionales, conocimientos y valores, en este sentido el patrimonio tiene atributos de bienes colectivos.
Los atractivos históricos, de acuerdo con Gurria (1991) además de ser elementos creados por el hombre mismo, toman parte también; los pueblos típicos, las fiestas, las tradiciones y el folclore, cada destino cuenta con elementos que los diferencia de los demás, debido a que en cada uno existe un patrimonio cultural distinto, entendiendo que se denomina patrimonio al conjunto potencial conocido o desconocido de los bienes existentes en un determinado territorio que están a disposición del hombre.
Dado a que el patrimonio es parte esencial para las movilizaciones turísticas ha llegado a ser sinónimo del turismo cultural, a pesar de ser solamente una parte de este tipo de turismo, esta categoría acoge los términos de patrimonio cultural material e inmaterial, entendido que el primer concepto se refiere a lo tangible, es decir a los elementos físicos con los que cuenta un determinado lugar siendo algunos de estos; conjuntos monumentales y arquitectura con algún valor o trascendencia histórica que son elementos regularmente presentes en las ciudades turísticas.
Respecto al patrimonio Guillermo Bonfil (2000, pag.20) sustenta que los elementos culturales pueden ser materiales o inmateriales:
(…) cuando hablamos del patrimonio cultural de un pueblo, a lo que nos estamos refiriendo es, precisamente, a ese acervo de elementos culturales, tangibles unos, intangibles otros, que una sociedad determinada considera suyos y de los que echa mano para enfrentar sus problemas.
Este término engloba perfectamente las características del territorio cultural, de acuerdo con CONACULTA en la publicación del folleto El ABC del patrimonio cultural y turismo (2011) se señala que:
El patrimonio cultural es lo que cada pueblo tiene en común y le otorga identidad, le da sentido de pertenencia; es memoria colectiva, historia, sustento para crear, innovar y construir su visión de futuro; es lo que cada sociedad tiene, construye y considera propio. Está presente en dos ámbitos: el material, como edificaciones, construcciones y objetos, y el inmaterial, como lenguas, procesos y técnicas. El primero es parte de nuestro entorno físico, el segundo proyecta nuestra forma de vivir.
La Secretaría de Turismo establece tres elementos que comprenden el patrimonio cultural:
- Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumental, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.
- Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.
- Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.
Las ciudades urbanas normalmente cuentan con estos elementos que las hacen poseedoras de una invaluable riqueza cultural. Cuando un sitio es declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad automáticamente toma una importancia para el país que recibe ese nombramiento por cierto destino, lo que invita al turista a investigar acerca de lo que se ofrece ahí y por lo tanto comienza a tener una relevancia turística no solamente para el sitio sino que esta importancia es en conjunto.
Respecto al término patrimonio inmaterial este se refiriere a lo intangible, a las expresiones culturales como la danza, música, celebraciones, así como tradiciones que enriquecen a un lugar destino, el término está definido por la UNESCO como:
“Tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional.”
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, La Ciencia y la Cultura en la lista del Patrimonio Mundial incluye las siguientes manifestaciones culturales mexicanas como bienes intangibles:
- El Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta (2011)
- La tradición gastronómica de Michoacán cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva – El paradigma de Michoacán (2010)
- La pirekua, canto tradicional de los p’urhépechas (2010)
- Los parachicos en la fiesta tradicional de enero de Chiapa de Corzo (2010)
- La ceremonia ritual de los Voladores (2009)
- Lugares de memoria y tradiciones vivas de los otomí-chichimecas de Tolimán: la Peña de Bernal, guardiana de un territorio sagrado (2008)
- Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos (2008)
El intercambio cultural está siempre presente cuando un viaje sea de la índole que sea realizado, de acuerdo con Carrasco (2015) el turismo cultural puede ser por la interacción y la experiencia de aprendizaje sobre otras culturas cuando se llega a un destino con riqueza cultural, esto puede ser demostrado con cualquier mínima expresión sea esta tangible o intangible.
El turista que busca una motivación de cultura para realizar una visita, tiene como objetivo estos elementos al momento de arribar al destino, aunque debe tomarse en cuenta que en ocasiones los turistas viajan con el propósito de encontrase frente a una festividad tradicional que se realiza en el lugar al que ellos decidieron ir, sin embargo las vivencias pueden ser distintas debido al contexto en que este se presente.
De acuerdo a la Carta internacional sobre Turismo Cultural (1999) el turismo nacional e internacional sigue siendo uno de los medios más importantes para el intercambio cultural, ofreciendo una experiencia personal no sólo acerca de lo que pervive del pasado, sino de la vida actual y de otras sociedades, por lo que se busca un intercambio de conocimientos y valores entre culturas.
Los principales motivos que han llevado a los hombres a desplazarse a otros lugares ha sido el conocer otras formas de vida, cultura, manifestaciones artísticas (Fresneda, 2012) por lo que se habla que tanto el patrimonio material e inmaterial en conjunto, pueden atraer turistas y generar una derrama económica significativa en el destino turístico dónde se lleva a cabo la actividad cultural.
El turismo es una de las actividades económicas más importantes a nivel mundial, de acuerdo con datos de la OMT (2015) la actividad turística representa el 9% del Producto Interno Bruto, además de dar uno de cada once empleos. Actualmente en la República Mexicana esta actividad correspondiente al sector terciario se encuentra posicionada en los primeros lugares como generadora de ingresos, es conocida como “Industria sin Chimeneas” porque «para la práctica de esta no existe algún contaminante o desperdicio industrial» y es una fuente de empleos que beneficia a la población.
La cultura puede ser un medio para incrementar el turismo de algún destino en específico, lo que a su vez resulta beneficioso en la economía del lugar en que este se realice, sobre esto en el Cuaderno de Patrimonio Cultural del Turismo (Aceves, 2012) se hace mención de que en la actualidad, se constituye como una de las actividades económicas más importantes del mundo, la cual en el año 2010 tuvo una fuerte recuperación (+6.7%) después del declive de 2009, registrando 935 millones de llegadas de turistas internacionales (57 millones más que en el 2009) con un crecimiento en la gran mayoría de los destinos a nivel mundial.
Si está hablándose que el turismo es una actividad económica que genera tal cantidad de recursos monetarios en un país y que además la cultura es uno de los motivos por los cuales los turistas deciden visitar ciertos lugares, vale la pena hacer una reflexión acerca de lo que está pasando respecto a la importancia que se le está dando al patrimonio cultural, debido a que si no existe este patrimonio o no se encuentra en buenas condiciones, este no será atractivo y por lo tanto no será una de las razones por las cuales visitar tal o cual sitio y como consecuencia la generación de recursos económicos estará muy baja o en su defecto será nula.
Uno de los mayores retos para la gestión del turismo cultural es generar procesos que garanticen una eficiente administración de los recursos locales, permitiendo satisfacer la demanda y promoviendo una mayor movilización de personas.
Bibliografía:
- Aceves, B. (2012) Turismo: una de las actividades más importantes de la economía mundial, Patrimonio cultural y turismo, Conaculta, México.
- Bonfil, Batalla, Guillermo (1999-2000) Nuestro Patrimonio Cultural: un Laberinto de Significados, Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, Sociedad Mexicana de Antropología, México, pag.20.
- Carrasco. Tania (2015), Políticas públicas y turismo cultural en américa latina: siglo XXI . Cuaderno Patrimonio cultural y turismo, Conaculta, México.
- Carta Internacional Sobre Turismo Cultural (1999), La Gestión del Turismo en los sitios con Patrimonio. ICOMOS. México.
- El ABC del patrimonio cultural y turismo (2013), Conaculta, pag.4.
- Fresneda, S. (2011), La gestión del patrimonio cultural, Patrimonio cultural y turismo, España.
- Gurría Di-Bella, M (1991), Introducción al turismo, Trillas, México, pag.19.
- Lista del Patrimonio Mundia (2016), Organización de las Naciones Unidas para la Educación y Diversificación, la ciencia y la cultura.
- Turismo cultural (2014), Secretaría de turismo.