No es tan extraño que el arte pictórico y el vino se unan. Los dos tienen mucho de creatividad, de talento, de buen hacer y de sensibilidad. Por eso, como dice el artista catalán, Cesc Farré, artífice de la iniciativa, junto a las Bodegas 202 : “He expresado gráficamente sensaciones, olores, recuerdos y sabores que puede despertar el vino”. Y, efectivamente, lo ha conseguido, plasmando en unas bellísimas acuarelas de azules y rojos, según el vino, todo el concepto del terruño, de las vides y de la ilusión en unos horizontes que prometen el paraíso para los sentidos.
Esta colaboración entre el mundo artístico y el enológico, o dicho de otro modo, entre lo conceptual de las ideas y lo material, han dado como fruto un estuche exclusivo con dos vinos y dos láminas, litografías firmadas por Cesc Farré (a un precio de 110 euros). Este último, arquitecto de formación, está especializado en la técnica de la acuarela. Es profesor, investigador, entre otras muchas otras cosas y su estilo está muy focalizado a la luz, el color y a la naturaleza. De ahí, su pasión por este proyecto que parte del vino, o sea de la tierra y el paisaje.
Bodegas 202, situada en Laguardia, en La Rioja, una de las tierras vinícolas más importantes del mundo, ha partido de dos vinos excelentes: Ansa 2016 y Aistear 2016 para esta apuesta tan sensorial, intelectual y novedosa. Esta traslación de “la voz más pura del viñedo”, como califica el enólogo Luis Güemes a sus vinos, al plano artístico con Ansa y Aistear como protagonistas bajo el pincel de Farré han resultado un auténtico éxito para esta bodega-boutique o garage-winery, de pequeñas proporciones pero grandes ideas, ilusiones y pasión como transmite Marta Ortiz de Arce, responsable de Marketing y Sostenibilidad de la bodega, y catalizadora de este proyecto. Está previsto que esta sea la primera de otras muchas iniciativas que giren en torno al tema artístico, siempre con un firme compromiso de futuro entre la simbiosis vino y arte.
Nacida de la iniciativa de un matrimonio de estadounidenses al hacer el Camino de Santiago que decidieron fundarla en 2014, Bodegas 202 (el número hace alusión al prefijo telefónico de Washington DC) posee 20 hectáreas de uva tempranillo en viñedos repartidos por la zona. De ahí, surgen dos vinos: Ansa y Aistear, reflejos de la modernidad riojana que combina frescura, estructura y un gran potencial de guarda pero con el máximo respeto al terruño.
La sintonía que se ha conseguido en la expresión del alma de estos dos vinos es sobresaliente. Ansa, es el vino de la experiencia, el que tiene más peso y por ello, Cesc Farré lo ha plasmado con tonos rojos que demuestran su poso, su fuerza y su elegancia.
En cuanto a Aistear, un vino más joven, se ha querido plasmar más el concepto de viaje con esos azules grisáceos de horizontes y cielos que prometen su futuro, su infinito de posibilidades.
En ambos casos, predominan las texturas físicas que insinúan el mundo de las ideas y trasladan la complejidad sensorial de cada vino en estas bellísimas acuarelas que susurran y evocan ante todo la vida del vino. Como dice Cesc Farré: “Es una obra matérica, que se puede tocar, en la que es todo química a través de la conjunción de elementos”. Efectivamente, todo es química pero, también, todo son sensaciones. Comencemos a degustar…