La Reserva Nacional del Titicaca, creada el 31 de octubre de 1978 mediante Decreto Supremo N.° 185-78-AA se encuentra ubicada en la meseta del Collao, departamento de Puno al sur de Perú a una altura de 3830 m.s.n.m.
Uno de los objetivos principales de la Reserva Nacional es conservar la flora, fauna y la belleza escénica del lago Titicaca (que es primordial en el equilibrio hídrico y climático de la región) además de fomentar el ecoturismo y turismo vivencial, sin perturbar las tradiciones culturales de los habitantes de la zona.
Entre otros se protege una gran diversidad de especies acuáticas (que incluye una especie de pato zambullidor originaria de la cuenca, Rollandia micropterum) y también a siete especies nativas de anfibios (la más conocida la rana gigante del Titicaca, Telmatobius culeus), una docena de especies de peces y varias de mamíferos.
El lago titicaca, tiene una superficie de 8,300 km2 de los cuales 56 % corresponden a Perú y 44 % a Bolivia, una longitud máxima de 195 km, un ancho de 50 km y una profundidad de 300 metros aproximadamente.
Desarrolla un papel fundamental en el establecimiento del equilibrio hídrico del Altiplano. Sus aguas que se evaporan continuamente como resultado de la inmensa radicación solar, dan inicio a un ciclo de lluvias en las zonas alejadas de la cuenca y, al mismo tiempo regulan la temperatura en sus orillas y las hace generosas para una extensa posibilidad de cultivos.
La leyenda narra que, los incas consideraban que de las aguas frías del lago Titicaca salieron Manco Cápac y Mama Ocllo para fundar el Tahuantinsuyo. Entre otras importantes culturas que se asentaron en las orillas del lago están la cultura Pucará, Chiripa y las más importante que es la cultura Tiahuanaco.
La temperatura promedio anual del lago es de 11 °C, y los meses en donde se presentan mayores precipitaciones son de diciembre a marzo, por lo que se recomienda visitar este hermoso paraje entre los meses de mayo y noviembre, no quiere decir que no nos vayamos a encontrar con lluvias, sino que serán menores en comparación a otros meses.
El lago Titicaca es hábitat de gran variedad de especies de flora y fauna silvestre adaptadas a la perfección a las condiciones de su entorno. En la fauna se destacan especies como los patos zambullidores, la rana gigante (que respira casi exclusivamente a través de su piel), la trucha arco iris, el pejerrey argentino, el zorro andino o atoj, el nocturno zorrino, la vizcacha, entre otras.
En la flora existen cerca de 23 especies de plantas acuáticas; destaca: la totora, la planta mágica del lago, que se eleva 2 o 3 metros sobre el nivel del agua y bajo de ella forma un universo que cobija a multitud de criaturas, desde peces hasta moluscos. La totora forma parte de la vida de los pobladores que habitan las islas del lago, para aprovecharla cortan las ramas y las secan al sol para luego construir viviendas, embarcaciones, o para utilizarla como alimento de su ganado vacuno. El llacho, una variedad de alga que permanece sumergida pero que tiene mayores propiedades nutritivas que la totora.
Es importante mencionar asimismo que encontraremos diversas playas e islas que otorgan al Titicaca una belleza sin igual… un paraíso en la tierra; entre las más importante cabe destacar a Chelleca, Campanario, Amantaní. Isla de la Luna, Isla del Sol, Taquile y la Isla flotante de los Uros.
De un tiempo a esta parte el desarrollo del turismo vivencial y del ecoturismo a empezado a ver desde otra perspectiva el concepto que se tenía del lago y del paisaje del Altiplano. Con el paso del tiempo más comunidades aprovechan eficazmente su herencia cultural y habilidades innatas de sus pobladores para generar recursos que les permitan mejorar su calidad de vida sin dejar de lado sus tradiciones y costumbres.