Varios expertos en el tema turístico y los más optimistas, han manifestado que una posible reactivación del sector en los escenarios internacionales se empezará a evidenciar a partir de la navidad del año en curso, afirmación con la que muchos colegas concordamos, y esto dentro de medidas sanitarias especiales para la transportación, hospedaje, alimentación y visita a destinos turísticos.
Como fiel creyente del turismo interno o nacional, mi postura me hace creer que antes de pensar en movilizar turistas fuera de sus países de origen, es necesario que miremos hacia dentro de nuestro contexto, es decir, debemos empezar la recuperación y reactivación del turismo en nuestro país, sobre todo aunar esfuerzos entre sector público, privado y actores de la escena turística para desarrollar estrategias direccionadas a minimizar el miedo de viajar, dicho de otra forma, debemos lograr causar en el potencial visitante la sensación de seguridad, pero también garantizarla.
¿Cómo se logra aquello? Esto implica cambiar el chip en todos los niveles; esta dura prueba por la que estamos pasando ha permitido evidenciar aspectos positivos, más allá de lo negativo que vemos a diario. La crisis en el corto plazo nos obliga a no ver en el turismo de masas una opción, puesto que las restricciones para eventos y conglomeración de personas seguirán vigentes, algo que Manta (Ecuador) y varios cantones de la provincia necesitaban a gritos, olvidarse de conciertos masivos y enfocarse en el verdadero potencial de nuestras ciudades, es decir; la ruralidad, lo comunitario, el componente histórico-cultural, la cosa arqueológica, el folklore, etc.
En ese sentido, la emergencia sanitaria supone seguir los pasos de un modelo de gestión del turismo orientado desde la resiliencia y enmarcado en el paradigma de la sostenibilidad, por ello se proponen 5 etapas, a saber:
- Diagnóstico: para conocer la situación actual del sector turístico, haciendo énfasis en los sectores menos favorecidos y pymes del sector urbano y rural (aplicación de técnicas e instrumentos de recolección de datos).
- Planificación: una vez que se conozca las realidades diversas del sector, es necesario sentarse e hilar fino a partir de las lecciones aprendidas, esta es la oportunidad de redescubrir el sector y repensar la gestión del turismo, en esta etapa se proponen las actividades y tareas a desarrollar para alcanzar el objetivo principal; reactivar el turismo.
- Programación: una vez cumplidas las fases anteriores, es necesario establecer tiempos, costes, quién y cuándo se ejecutarán las acciones propuestas en la planificación.
- Ejecución: esta fase comprende la puesta en marcha de las actividades programadas con el propósito de lograr el objetivo propuesto, siendo necesario elementos humanistas como la motivación, liderazgo, la comunicación y por supuesto las herramientas tecnológicas que estén al alcance de los sectores a intervenir.
- Finalmente, es necesaria una etapa de cierre o retroalimentación: esta fase engloba todos los procesos que permitan el cumplimiento del proyecto, lo que aprueba finalizar formalmente las actividades planificadas y programadas en función de la verificación del cumplimiento de estas.