Cancún, Los Cabos y Puerto Vallarta, entre otros, hoy en día son destinos turísticos con gran afluencia, debido a la imagen proyectada a nivel internacional. Viajeros de distintas partes del mundo son atraídos por estos centros turísticos, principalmente de Estados Unidos y Canadá. Acuden al pais maravillados por la oferta turística convencional, misma que absorbe, la mayor parte del tiempo de estancia y ocasiona que los turistas desconozcan otros lugares con atractivos sin igual, cuya prioridad es brindar experiencias, basando su principal recurso en aspectos intangibles de zonas geográficas determinadas, algo que no incluye el esquema all inclusive.
Nos referimos al Turismo Comunitario, donde no hay grandes cadenas hoteleras ni lujo, más bien tienen en su principal atractivo, la amabilidad de las personas, las cuales comprenden la importancia de los turistas cuando estos deciden visitar su hogar. El visitante se involucra en la dinámica de la comunidad, prueban gastronomía típica y son partícipes de usos y costumbres, para muchos, desconocido. La promoción turística en estos lugares es casi nula, pues las regiones que deciden impulsar el Turismo Comunitario no anhelan masificar sus pueblos, apuestan por un modelo que debe ser replicado en nuestro país: recibir turismo de calidad y no de cantidad, donde las comunidades son quienes toman las decisiones.
Hay muchos ejemplos, empero, cabe destacar el trabajo realizado por la comunidad de Santa Catarina Lachatao, ubicada en la Sierra Norte de Juárez en el estado de Oaxaca. Aquí, las tradiciones se mantienen sumamente arraigadas, razón por la cual se pensó presentar al viajero como un atractivo turístico.
Esta región esta conformada por notables paisajes naturales, historias dignas de contar, arquitectura excepcional, gastronomía ancestral, servicios turísticos en desarrollo, etc., Lachatao no le pide mucho a los destinos que han sido incluidos en el Programa Pueblos Mágicos de la SECTUR Federal, puesto que presentan un perfecto ejemplo de identidad local, de orgullo por sus raíces y de visión por preservar la cultura que los hace únicos. Entienden que el turismo es un aliciente y revulsivo a su economía. Sin embargo, no dependen de esto, al contrario, para mantener sus tradiciones, se encargan de que los jóvenes aprendan y valoren actividades rurales, como la agricultura y la ganadería, como parte de su identidad.
En perspectiva, aquellos que han tenido la fortuna de visitar este lugar saben el privilegio de compartir la experiencia que brindan los habitantes de la Sierra Norte de Juárez y que posiblemente para la gran mayoría ha pasado desapercibido. Sin duda es importante considerar estas prácticas, en donde la identidad juega el papel principal, fuera del turismo tradicional.
